Capítulo 3.

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—Deberías mandarle algún mensaje, no tienes el número telefónico de Richard Camacho todos los días— insistió mi amiga por milésima vez.

—Le prometí que no...

—que no publicarías su número —Jess terminó la oración por mí— pero no te dijo que no podías guardarlo y hablarle —mi amiga comenzó a mover las cejas rápidamente haciendo una cara rara.

Desde que le conté ayer sobre todo lo que pasó con Richard cuando ella desapareció —o más bien, cuando fue obligada a abandonar el hotel— no ha dejado de actuar como una loca, en todos los sentidos.

—No quiero traicionar su confianza, quizás no vuelva a tener la misma oportunidad pero, se lo prometí, no quiero que cambie como es por este tipo de cosas, ¿entiendes?

—Claro que sí— dio un gran suspiro, frustada, llevándose ambas manos a la cabeza y lanzándose a la enorme cama que Martina había preparado para nosotras.

Martina era una amiga que habíamos hecho con Jess cuando CNCO vino el año pasado a dar un concierto. Ella tenía un departamento en la ciudad —que quedaba a unos treinta minutos del hotel en el cuál los chicos se estaban hospedando— y nos lo ofreció para facilitar nuestras locuras de gordas fan. Martina, como pueden deducir, también era cncowner, y desde el concierto anterior hemos mantenido contacto con ella, quien ahora estaba visitando a su familia al otro lado del país pero que llegaría en la madrugada para sumarse en nuestra aventura.

Pedimos comida china para cenar, la verdad era que con Jess habíamos estado ahorrando desde que supimos que los chicos vendrían, así que el dinero no sería problema ya que lo habíamos organizado de la mejor manera. Lo que podría dificultar nuestra aventura, sería una mala organización de esta, como el imprevisto del hotel, sin embargo, teníamos toda la paciencia y energía para poder solucionar cualquier obstáculo si se trataba de los chicos.

—Bien, repasemos el plan...—comenzó Jess mientras masticaba un trozo de carne mongoliana de nuestro pedido que ya había llegado, claro, en la ciudad siempre es todo más rápido.

  —Iremos mañana a la radio 40principales, en donde Martu ya nos estará esperando — agregué yo, recordando nuestro plan.

  — Esperaremos hasta que los chicos salgan y le pediremos una foto—  volvió a decir mi amiga.

Sí, ese era uno de nuestros objetivos, además de poder entablar una conversación con alguno de ellos o siquiera unas palabras, cosa que afortunadamente yo había logrado de manera inesperada. Volviendo a lo anterior, aún no cumplía aquél objetivo de la foto, ya que cuando tuve la oportunidad fue lo último que pensé. Estaba teniendo una conversación agradable con Richard Camacho, ¿realmente quería cambiar eso por una foto?, la respuesta es claro que no, así que sólo me limité a aprovechar el momento y no desperdiciar ningún segundo en poder conocerlo.

— Pero de una manera tranquila, y sin alterarnos —enfaticé en mis palabras para que mi amiga supiera que esta vez, tendría que controlarse para no terminar como el día de ayer.

  — Sí, sí— dijo voltéando los ojos—...y como sé que Martu irá directo a pedirle foto a mi bebé Erick, y tú obviamente a Richard, le pediré fotos a los otros chicos primero— dijo Jess sonriente.

  — Como sea — reí divertida— pero recuerda, no seremos las únicas, seguro habrán cientos de fans más y lo sabes, así que si no lo logramos tendremos más oportunidades hasta que los chicos se vayan del país. Por favor no seas un animal salvaje — le advertí a mi amiga.

  — Hey —se quejó Jess por como la había llamado, sin embargo, sabía que tenía razón.

Jess podía ser muy alocada si de conseguir algo de los chicos se trataba, creo que pudieron ver cuán impulsiva puede llegar a ser. Por otro lado lado, yo era más racional y veía las cosas desde otra perspectiva, como la "mamá fan", quien sólo quiere proteger a los chicos y ver que sean felices aunque debiera limitarme. Y finalmente, Martu estaba en el medio, era un poco como las dos y quién nos equilibraba respecto a los chicos, es decir, a veces me impulsaba a unirme a sus locuras, como otras veces me apoyaba para hacer entrar en razón a Jess. Éramos el equipo perfecto para adentrarnos en la aventura con nuestros ídolos.

Infiltrada. » Richard Camacho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora