Capítulo 09: Shion.

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Yuna era llevada ante al Patriarca, aquel santo que tenía la fama de ser sabio y poderoso, que junto a Dohko de Libra, habían sido los sobrevivientes de la anterior Guerra Santa contra Hades...

Shion de Aries, quien se encontraba en el trono del patriarca, no portaba su casco y parecía pensativo, él también había sentido un extraño presentimiento, no quería sacar conclusiones, pero no deseaba que una guerra surgiera, no con el Santuario renaciendo.

Sus pensamientos fueron cortados al escuchar la puerta moverse, levantó la vista y observó a Teneo.

-¿Teneo, qué pasó, averiguaste de quién era el cosmos que entró al Santuario?- el santo se arrodilló en señal de respeto.

-Así es... de hecho viene conmigo...- aclaró, mientras se ponía de pie, se acercaba a la puerta. -Adelante...- con intriga Shion esperaba que el invitado ingresara, se sorprendió al ver una pequeña figura, con una capucha que cubre su cuerpo, con una Pandora Box, pero su sorpresa aumento cuando observó la máscara que portaba.

El regente se levanto, esperando alguna explicación, la joven se quitó aquella capa, mostrando sus vestimentas extrañas, así como su cabello claro, quien se arrodilló.

-Su santidad, soy Yuna, santo de bronce del Águila, vengo del futuro...- explicó con la cabeza baja. -Sé que es difícil de creer...-

-Te creo...- habló, lo que sorprendió a la santo de bronce y al dorado. -Nunca te había visto, pero siento un gran cosmos lleno de justicia que emana de ti, si no eres un enemigo, sin duda, eres un aliado...- la joven levanto la vista. -¿Yuna, verdad?-

-S... si...- él se acercó y mostró su mano, la cual ella tomó dudosa.

-¿Por qué estás aquí?- cuestionó, mientras la ayudaba a levantarse.

-Eso es lo que deseo saber... la estrella de Athena me envió a este lugar...- explicó.

-Caíste en Jamir...- Yuna asintió. -¿Y cómo está Yuzuriha?-

-Se encuentra bien...- él la soltó y sonrió levemente.

-Me gustaría preguntarte muchas cosas, pero no es el momento, lo más importante es que regreses a tu época, el que estés aquí, puede generar cambios en la línea espacio tiempo...- la joven santo asintió. -Pero si la misma Athena te ha enviado aquí, debe tener un significado, dudo que te haya mandado por capricho.

-¿De que habla Shion-sama?- cuestionó Teneo.

-He sentido un cosmos, es débil, pero maligno... aún no sé que busca o dónde está exactamente... y ahora aparece un santo del futuro, algo como las coincidencias no existe...- dijo con voz sería.

-Yo no sé nada...- dijo preocupada.

-Supongo que fue una situación de emergencia... algo grande se avecina...- aseguró con preocupación, es lo último que quería que ocurriera.

-Por algo usted ha sido el Patriarca más sabio que ha existido en este Santuario...- una voz masculina interrumpió el momento, los santos y el Patriarca se pusieron en alerta.

-¿Quien eres?- exclamó Teneo, colocándose cerca del regente, mientras con la mirada buscaban al intruso.

-Soy el inicio de su fin, cuando encuentre la llave para liberar a mi señora, el Santuario de Athena dejará de existir, tanto ahora como en el futuro...- carcajeo.

-¡Crees que te lo permitiremos!- exclamó Yuna, quien no lo dudo y se puso su armadura, la cual, al lucir diferente sorprendió a Shion y Teneo.

-Imposible... eres... ¿tú eres un santo Omega?- señaló.

-¿Omega?- susurró sin salir de la sorpresa el Patriarca.

-Si sabes quién soy, significa que eres igual que yo...- señaló.

-Así es, así como tú diosa te envió aquí, a mí también mi señora me envió con una misión...- Shion metió su mano a la manga izquierda de su hábito.

-Una diosa del futuro busca destruir el pasado... acaso no sabe que si modifica la línea del tiempo, ella también podría resultar perjudicada...- explicó, pero el invasor pareció no importarle.

-¡No tengo porqué darte explicaciones!- antes de que pasara algo, Shion elevó su cosmos y de su manga saco un sello de Athena, el cual colocó en el techo, una corriente eléctrica recorrió el lugar, sin afectar a los santos.

Por un momento no pasó nada, pero después un grito inundó al lugar, apareciendo una silueta, la cual cayó a unos metros de ellos, Yuna y Teneo se pusieron en guardia.

-¿Quién eres?- señaló la santo de manera amenazante.

El intruso era un joven de cabellos castaños, ojos azules, piel morena clara, con ropas que asemejan a la Roma antigua, así como su armadura, de colores platinos, quien parecía molesto, pero dispuesto a no decir nada.

Saint Seiya. Guerreras de dos épocasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora