Capítulo 11: Casta Guerrera.

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Yuna estaba decepcionada, no había podido evitar la tragedia, el enemigo había tomado ventaja, le había fallado a Athena.

Tanto ella como Teneo se encontraban en la sala del Patriarca, siendo atendida de sus heridas, por lo tanto ya no portaba su armadura, pero había optado por cambiarse por una ropa más adecuada a la época y usar máscara.

-¿Estás bien?- Teneo se acercó a la joven santo.

-Si...- contestó casi en un susurro.

-Ya veras que lo resolveremos, yo te ayudaré y salvaremos a la tierra...- animaba el santo dorado, Yuna sonrió levemente.

-Gracias Teneo-san...- sin duda para ella, era todo un honor estar a lado de santos legendarios, el Patriarca se acercó a ellos, tenía un semblante de preocupación. -Shion-sama...- Teneo de hizo a un lado.

-No es necesario que uses la máscara...- dijo en tono tranquilo.

-Es necesario, es la ley del Santuario de esta época, no tengo ningún privilegio, al contrario tengo una misión y debo respetar todo lo que eso conlleva...- declaró con mirada firme.

-Eres una santo honorable Yuna-san, me alegra que en el futuro el Santuario y nuestro legado siga en pie...- dijo con tono amable y una leve sonrisa.

-Shion-sama... ¿qué haremos?- cuestionó con preocupación el santo de Tauro.

-Sé exactamente a dónde irán...- aseguró, la declaración sorprendió a los santos. -Teneo, deben ir a Jamir...- Yuna, quien estaba sentada se levanto.

-¿Jamir?- dijo, acaba de ir allí, posiblemente debía quedarse ahí, se había equivocado drásticamente.

-¿Por qué a Jamir?- habló el santo dorado.

-Ceres se encuentra encerrada ahí...- la declaración sorprendió aún más a los santos.

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-¿Cómo termino Ceres encerrada en Jamir?- cuestionó Koga, quien se encontraba con Souma, Haruto y Ryuho, Edén seguía en Jamir.

-Cuando la cultura Romana comenzó a surgir, para legitimar su legado, se denominaron descendiente de los grandes héroes griegos... nosotros, las deidades del Olimpo nos encontrábamos en un letargo, pero hubo sacerdotes que lograron robar el cosmos divino...- explicaba la diosa.

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-¿Cosmos divino?- cuestionó Teneo.

-El fuego de la sabiduría y la inmortalidad... su fuente está en el sagrado Olimpo, si un humano se hace de él y sobrevive, se convierte en una especie de Dios...- explicaba Shion. -De ahí surge el panteón Romano, para ligarse a la herencia griega, esos nuevos dioses tomaron nombres, sinónimos de los olimpiados...- Yuna escuchaba atentamente.

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-Saturno, Marte, Pallas... ahora Ceres...- habló Ryuho. -¿Eso quiere decir que los dioses romanos buscan erradicar a los dioses griegos?- formuló.

-Así es...- tomó la palabra Saori. -Ceres fue la primera en hacer su movimiento, atacó cuando no me encontraba en el Santuario...- comenzando a narrar aquella antigua historia.

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-Sólo estaba el Patriarca y unos cuantos santos, Ceres pensaba que tenía la ventaja, pero no contaba con mis antepasados, lemurianos, principalmente las castas guerreras, 7 familias que por generaciones entrenaban su cuerpo, espíritu y cosmos... muy pocos venían al Santuario y obtenía una armadura, pero en esa ocasión la 7 familias se unieron al patriarca, logrando encerrar a la diosa Ceres...- concluyó.

Saint Seiya. Guerreras de dos épocasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora