Capítulo 5

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Después de jugar contra Brasil, tristemente para nuestro equipo siguió la mala racha, seguimos en el campamento otra semana más, pero ese día era nuestra oportunidad se jugaba por la fortaleza, todos estábamos más que agotados física y emocionalmente, pero lo daríamos todo.
No era un circuito nuevo, de hecho yo amaba ese juego, pero tenía una gran modificación, se jugaba con los ojos vendados y con un compañero como guía. Empezó todo muy reñido, nadie quería perder. Yo me sentía mal por Octa cada vez que pasaba ya que sabía lo difícil que era para el tener los ojos vendados, quería mostrarle mi apoyo de alguna manera, pero no le dije, ni hice nada; no me atreví.
Recuerdo que el último punto sería por relevos, Daniel y yo, Naty me guiaría. En la alberca me golpeé en la rodilla, pensé que podría seguir, pero el dolor me venció, cuando iba en la rastrera me deje caer sobre la arena, no aguante más, Natalia estaba muy desesperada, inmediatamente llegó todo el equipo muy preocupados, pero en especial Octa, lo notaba en sus ojos.
Tardaron en llegar los paramédicos y cada vez aumentaba más el dolor, me subieron a la ambulancia y me llevaron de urgencias al hospital de Punta Cana, donde la pasé terrible, vomité un par de veces por el dolor e incluso se me bajo la presión.
Ya era bastante tarde cuando por fin me dejaron en paz,ya estaba en mi habitación y lo único que quería era dormir, cuando entro Octagón por la puerta, para nada me lo esperaba, incluso pensé que era mi imaginación ya que me acababan de sedar para soportar el dolor, mi cerebro no estaba funcionando bien.
Me dijo que me veía terrible y yo ya lo sabía, estaba toda mojada, entonces él acarició mi rostro con su mano y me agradó, no debía demostrarlo, no era lo correcto pero puse mi mano sobre la de él para que no la quitará, no sabía lo que hacía, no estaba pensando bien por culpa de los sedantes. Lo que pasó después está todo revuelto en mi cabeza, recuerdo a Octagón llendose y a mi pidiéndole que se quedará, después de eso solo hay un recuerdo había un chico junto a mi acostado conmigo en la camilla, sin máscara.
A la mañana siguiente desperté sola, me asustaba un poco la idea de pensar que Octa había estado ahí, que hayamos llegado a hacer algo más comprometedor y que yo ni siquiera lo recuerde, incluso llegue a pensar que eso no había pasado que el no había estado conmigo, pero Rommel me había contado que esa noche el había desaparecido, solo le había dicho a Natalia que iba al hospital porque se sentía mal.

Exatlón OctanaWhere stories live. Discover now