—¿CÓMO QUE NO? — dije parándome de la banca.
—ESTÁ JUSTO AQUÍ— dije casi gritando.
—Harry cálmate — dijo Jamie empezando a preocuparse.
—Él está aquí Jai —dije al borde del llanto.
—Harry , no hay nadie ahí — dijo suspirando triste.
—JAMIE ÉL ESTÁ justo aquí —dije gritando.
—ESTÁ AQUÍ —repetía mientras las lágrimas caían de mis ojos.
—Él no está ahí Hazz, cálmate porfavor —
—No lo entiendo... no lo entiendo —
—Lou — dije mirando a Louis, él tenía la cabeza gacha, mirando el suelo , él solo lloraba en silencio.
—Hazz —dijo Louis
—¿Lo ves Jamie? Él está justo aquí , me llamó Hazz, él está aquí — repetía una y otra vez.
—Lou, vamos dile algo, dile algo por favor ¿Porqué el no te puede ver? ¿Qué está mal con él?— dije sollozando descontroladamente.
Louis me miraba mientras las lágrimas salían una tras otra de sus ojos.
—¡LOUIS!—grité
Jamie miraba la escena desconcertado.
Le dirigí otra mirada a Louis y caí a sus pies llorando desconsoladamente.
No le quité la mirada de encima, ni siquiera cuando su figura empezó a desvanecerse ante mi.
—No tengas miedo Harry —dijo antes de hacerlo por completo. Su voz hizo que me dé un escalofrío. Se iba volviendo transparente hasta que finalmente desapareció dejándome ahí tirado en el suelo con los ojos nublados de tanto llorar.
—Ven aquí Hazz —
Por un momento me había olvidado de la existencia de Jamie, lo miré y se acercó a mi estrechándome en sus brazos. Realmente necesitaba ese abrazo. Me había quedado sólo de nuevo.
¿Qué mierda eres Louis? Un fantasma, ¿acaso yo era esquizofrénico? ¿porqué no lo podía ver Jamie ? ¿Porqué solo yo? ¿Porqué se había ido? ¿Porqué ? Tantas preguntas vagaban por mi cabeza que sentía que explotaría.
Ese día llegué a mi casa y lloré mucho más de lo que había llorado en toda mi vida, vomité unas tres veces, me sentía desvanecido , pude quedarme dormido a duras penas luego de varias horas intentándolo.
Me desperté por una tremenda pesadilla, estaba sudando mucho y mi respiración era agitada.
Me destapé y caminé hacia el baño .
Me lavé la cara y evité mirarme al espejo.
Me toqué la frente y ardía en fiebre.
Intenté recordar donde estaban los medicamentos.
Moví mi mesita de noche, me serviría como escalera.
Subí lentamente, sentía que me desmayaría de nuevo.
El closet era muy alto y apenas logré alcanzarlo.
El polvo hizo que diera un estornudo.
Ubiqué la cajita de medicamentos y cuando ya estaba por bajar sentí otra caja, era pequeña , nunca la había visto.
La tomé entre mis manos haciendo a un lado los medicamentos y bajé de ahí.
Soplé el polvo de encima y entonces la pude ver mejor.