HYUNGWONLlevo una semana sin salir del apartamento. Los chicos andan demasiado ocupados que ni me hablan. Trabajan sin descanso en busca de una ruta que nos permita alejarnos de los que desean capturarme.
Después del almuerzo con Hoseok, no hemos vuelto a hablar. Ni me dirige la mirada, es todo demasiado incómodo. Lo que me he limitado a hacer es ordenarles la casa, cuál sirviente, y prepárales las comidas del día. Sé que parece muy monótono pero al menos no me quedaba encerrado en la habitación haciendo absolutamente nada. Cuando sacaba el tema del trabajo en la mesa, comenzaban a hablar de otras cosas e incluso pasaban de mi.
Hoy es sábado y ellos se tomarán un pequeño descanso. Me sentía realmente mal por toda la dedicación que ponen debido a mi, independientemente de que sea su trabajo. Así que decidí levantarme algo más temprano y prepararles un buen desayuno. Este consistía en varias tostadas de diferentes sabores, arroz, Kimbap para Jooheon y tazas de café. Al anterior nombrado opté por exprimir zumo de naranja y poner el jugo de esta en un vaso ya que no le gustaba el café.
Dejé la primera bandeja en la puerta de Shownu. Con él no tenía mucha confianza así que no entré. Luego me adentré en la habitación de Jooheon con cuidado. Este roncaba demasiado alto causándome varias risas en mi interior, se veía muy gracioso. Dejé la bandeja en su gran escritorio moderno y salí sin hacer ruido. Tragué saliva ya que la última puerta que me quedaba era la de Hoseok. Me quedé algo pensativo: dejarle la bandeja en el suelo o adentrarme en su habitación. Mi corazón me pedía a gritos hacer la segunda acción pero mi instinto me pedía huir.
Hazlo.
Me limité a entrar con sumo cuidado e intentando no hacer ruido. Todas las luces estaban apagadas así que no veía nada. Recordaba un poco dónde estaban situados los muebles llegando a poner la bandeja sana y salva en el escritorio de Hoseok. Mientras comenzaba a acomodar la servilleta en la bandeja, noté un aliento de menta en mi cuello, brindándome escalofríos. Sabía quién era, pero continué colocándolo todo hasta que me envuelve con sus brazos para pegarme hacia él.
Cerré los ojos notando sus besos por mi cuello. Estos eran eléctricos y empezaban a darme un placer intenso. Hoseok pasa la lengua por uno de los besos anteriores dados para luego morder demasiado fuerte el lugar. Un gemido sonoro sale de mis carnosos labios. Me giré completamente hacia él y le agarré de las mejillas para comenzar a besarlo con necesidad. Él me lo sigue apretando su agarre en mi cintura algo fuerte, demasiado fuerte.
- Ah...- un gemido sale de mis labios parando el beso. Él aprovecha y mete su lengua en mi boca sin previo aviso para comenzar un juego lleno de lurjuria. Su lengua se movía al compás con la mía y amaba las sensaciones que me daba. Paro el beso con cuidado quedándome a milímetros de sus labios.
- Te extrañé mucho.- susurré con una voz la mar de agitada. Podía ver, tras la oscuridad, que sus ojos estaban en llamas y eso me producía un quemor en mi interior que poco a poco iba creciendo.
- ¿Mucho, muñeco? - noté como pasaba su lengua por mi labio inferior y volvió a juntar nuestros labios de una manera algo brusca. Sonreí en medio del beso parando este de nuevo para responderle.
- Mucho.- volví a susurrar. Escuché un gruñido por parte de Hoseok al parar el beso que me dejó algo helado. Parecía una bestia. Mis piernas comenzaban a temblar y por instinto agarré una de las tostadas para ponérsela entre sus labios. Me hago hacia un lado para encender la luz de su escritorio. Pude observar el semblante serio de Hoseok mientras se comía la tostada.
El anterior nombrado se sienta en la cama y paso la vista al escritorio: cientos de papeles, bolígrafos y mapas de todo el mundo se encontraban encima de este. Me centro en los mapas y en los garabatos que hay dibujados.