CAPITULO4

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Narra Alfred:

Llevo más de media hora en la sala del piano componiendo. Vivimos 16 en esta casa, y la mitad están en el sofá... Amaia también esta ahí. Me quedo mirando como duerme, cojo una manta y decido unirme a esta siesta comunitaria. Me siento cerca de su cabeza, ella abre los ojos y apoya su cabeza en mi regazo, mientras, la acaricio el pelo. 

Agoney se nos queda mirando y sonríe. Masculla algo pero no le llego a entender y no puedo leerle los labios porque no llevo las gafas puestas, asi que solo le sonrío y acto seguido cierro los ojos.

.....

Narra Amaia:

Ya hemos acabado las clases de la tarde. Y cuando veo la melena rubia y rizada de Miriam en la cocina, recuerdo que aún no le he preguntado que la pasó en la comida. Se está haciendo una infusión, con jengibre y canela. No me había fijado, pero que bien le quedan esos pantalones... Aitana y Nerea hablan en la mesa.

Buah, soy lo peor, que mal me siento, ella siempre me consuela cuando estoy mal, y yo ni siquiera la pregunto a ella... 

-Hola chicas, que tal las clases.-Pregunto

Nerea me sonríe y suelta super emocionada -Bua he flipado en clase de Mamen, te juro que he llegado a notas que en mi vida pensé que llegaría. 

Aitana la interrumpe. -Ya, ya. Es verdad, la he oído yo que estaba con Vicky.¿Tu que tal?¿Por cierto, no hay miel por ahí verdad?

-Pues sin más, he repasado con Capde, y he mirado la letra de la canción con los Javis. Aunque esta muy guay el acting que me han dicho para hacer.-Miro a Miriam por el espejo-¿Y tú?

-Bieen. Bueno tengo que repasarme la letra porque la tengo con pinzas, y si mañana hay pase de micros... Pero es que para las letras en inglés soy pésima, la verdad.-

-¿Que te pasó hoy?-Digo tal cual. Nerea chasquea la lengua, y me mira. A veces me gustaría tener filtro. 

-Nada. Sólo me agobié un poco.-Y se señala la garganta.-Pero ya mejor.- Y vuelve a bajar la vista a su infusión.

Aitana y Nerea se miran. Miriam no miente nunca, y cuando lo hace se la nota.

Por el fondo aparecen Ana y Mimi dando saltitos, como dos niñas pequeñas. 




La verdad detrás de AlmaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora