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Ahora que tenía todos los días al peliblanco metido en su casa, ya no podía tomarse la libertad de tomar café, los doctores se lo habían prohibido, al igual de que no debía de consumir antidepresivos, puesto a que no le correspondía. Lo único que podía consumir de drogas eran aquellas pastillas para dormir, las cuales si tenían receta.

El pelirrojo, que acababa de despertar, se sentó en el borde de la cama, pensando en todo lo ocurrido hace ya unos varios días atrás. Nadie le había vuelto a molestar, o dos cosas; o es que se habían enterado del asunto, o es que el otro les había amenazado.

Quizás la segunda deducción era más creíble.

Se levantó sin ganas, comenzando a bostezar un poco debido a que recién se levantaba, no tenía ganas en realidad, pero debía hacerlo para que el otro se quedara más tranquilo de que se encontrara bien.

Al ir a su salón, se encontró con él; estaba levemente dormido, por lo que aprovechó aquello para intentar hacerse un café. Sacó cuidadosamente todas las cosas para hacerse uno, no le importaba mucho el agua, él podía aguantarlo frío, la idea era tomar su café. Al terminarlo, se fue a su habitación lo más silencioso que pudo, y allí, comenzó a tomarlo rápidamente, intentando de apurarse para que el peliblanco no le pudiera "atrapar".

Ya al terminarlo, salió de la habitación con la taza en mano, y al cerrar la puerta, se encontró con un Murder algo enfadado. Mierda, le había atrapado.

— ¿Estuvo bueno el café?. — Preguntó con sarcasmo, y aquel gesto enojado de los brazos cruzados.

— . . . — El pelirrojo guardó silencio, ni si quiera hizo el intento de mascullar un "perdón".

El peliblanco le arrebató la taza, para luego dar un suspiro grande; odiaba que el menor no cumpliera con la palabra de los doctores, del tener prohibido el café y otras cosas más.

— ¿Por qué haces esto? No va a cambiar nada, Fuka, y lo sabes. — Le dijo con un aire triste.

— . . . Porque no quiero seguir aquí. — Le dijo sin más, entrando de nuevo en la habitación, dejando a un Murder con el corazón destrozado, haciéndole pensar que él ya no le quería.

Oh Fukase, si sólo hubieras hablado con él, nada de esto hubiera sucedido.
Pero decidiste dejar que aquel pensamiento invadiera tu mente, y terminaras allí arriba.

Bad Mother 「Fukase Fanfic」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora