Iba de paso lento a la tienda, había estado toda la tarde en una actividad para su colegio por lo tanto estaba más que agotada, sus pies dolían muchísimo eso de estar parada todo el día corriendo de un lado al otro como que no iba con ella, entro peleando contra si misma a la tienda, el ir ahí significaba que retrasaría su encuentro con lo que más deseaba en ese momento, su cama. Pero maldita sea, su niña interior le impedía no obtener su ración diaria de galletas con chispas de chocolate; las amaba demasiado. Fue al mismo stand de siempre pero esta vez se dirigió primero a las neveras para escoger algo de tomar, al llegar a la caja se encontró con la sorpresa de que ya no era el mismo chico tras la caja ahora era otro de pelo castaño. Entrego el dinero que debía pagar al chico para llevarse sus cosas aun que ahora mismo siendo sinceros había olvidado por completo que sus pies pedían a gritos un descanso.
-Hoy llevas algo distinto contigo.- Escucho la voz del chico tras ella por lo que miro por sobre sus hombros sonriendo y asintiendo a su comentario.
-Gracias.- murmuro al chico que entregaba su cambio. Se puso en dirección a la puerta sin antes mirar a al chico que al parecer esperaba por ella, este ya no llevaba su usual uniforme de camisa blanca con detales en rojo al igual que su gorra sino que vestía a jeans negros con una camisa blanca simple y dejaba ver en totalidad su cabello negro algo despeinado. Él se despidió del nuevo chico alzando su mano y sonriendo para luego ir tras ella.
-Eres un gato.
-¿ah?- cuestiono la chica deteniendo sus pasos ante la repentina y poco usual pregunta el pelinegro. Este señalo su cabeza y entonces ella recordó que llevaba puesta una diadema con orejas evidentemente de gatos, no pudo evitar sentir un poco de vergüenza se había olvidado quitárselas antes de salir el colegio. Asintió levemente quitando su diadema.- si, digo... no. Es que tenía una actividad y debía llevarlas.
-¿Por qué te las quitas?- Pregunto el chico tomando aquella diadema y volviendo a colocarla sobre la cabeza de la menor provocando que esta produjera un color carmín en sus mejillas inconscientemente.- pensé que no habías venido al colegio y no te vería hoy.
-Pensé que no habías venido a trabajar y que no te vería hoy.- Botó la chica sin saber por qué antes de retomar su camino hacia la parada de autobuses.
-Ayer te fuiste rápido.
-No quería molestar.- Entonces todo se tornó en un silencio un tanto incómodo para la chica aunque a él no parecía molestarle en lo absoluto ya que traía la misma sonrisa de siempre.
-No ibas a molestar ¿esta es tu parada?- pregunto el chico una vez habían llegado al destino de la chica.
-si.
-Entonces nos vemos mañana... ¿cuál es tu nombre?
-Gio.
-bueno Gio, yo soy...
-Dylan.
Dijo la chica sonriendo amplia mente a lo que el chico respondió de igual manera aunque un poco confundido, se despidió de ella agitando su mano de un lado al otro mientras se alejaba y ella lo hizo de igual forma. Entonces solo cuando perdió de su vista al chico fue cuando noto que está sonriendo tontamente sola en una parada de autobús.
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Opportunity
Teen FictionEs increíble como alguien puede cambiar tu vida. Así es el amor.