Había llegado a la tienda más temprano de lo usual ya que había salido horas tantas de su colegio por lo tanto pudo notar una expresión de sorpresa en el rostro del chico al ver que era ella quien entraba por la puerta haciendo sonar la campanita que colgaba de ella.
Volvió a hacer el mismo procedimiento de todas los días pero justo antes de tomar sus galletas preferidas se distrajo al ver a la misma chica de hace una semana entrar volviendo a llamar la atención del chico al igual que la última vez.- ¿entonces si podrás venir?- escucho venir de la chica la cual veía de reojo como está prácticamente estaba saltando de puntillas frente al chico.
Sacudió su cabeza tratando de ignorar la conversación, no era de su incumbencia. Fue directo hacia la caja para pagar las galletas.
-¿estas segura? No son las que llevas normalmente.-la chica alzo la mirada viendo a lo que el chico se refería, no se había dado cuenta que las galletas que había escogido no eran sus favoritas si no eran unas simples galletas de vainilla.
-no tiene nada de malo probar con algo nuevo.-trato de excusase.
-¿se conocen?-escucho a la chica uniformada a falda verde hablar tras ella.
-Es cliente frecuente.- Dijo el pelinegro a lo que ella asintió levemente antes de tomar sus no galletas favoritas y dirigirse a la puerta del local.
-Hasta mañana, Gio.- se despidió aquel chico.
-Adiós.
Mientras escribía este capítulo mi transporte me ha dejado por distraerme.
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Opportunity
Teen FictionEs increíble como alguien puede cambiar tu vida. Así es el amor.