Capítulo 1

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Habían pasado dos días desde que realicé la audición para el programa. Dos días en los que me centré en no pensar, el problema es que cuanto más lo intentaba menos lo conseguía. Jugué en el parque con Sofía y después la llevé a tomarse un helado porque el calor era sofocante.

Era por la noche y mañana tenía que ir al estudio para enfrentarme a la decisión del jurado, o entraba y era el mejor día de mi vida o me quedaba fuera y por cuestión de estadística eso era lo más posible. Pero eso no era lo único que ocupaba mi mente, unos ojos verdes en contraste con un pelo negro y unas facciones que se me antojaban perfectas se habrían paso desde lo más recóndito de mi mente como un torbellino y en cuestión de segundos lo invadían todo, quitándome el sueño pero relajándome al mismo tiempo, haciendo que cayera en la agitación y en los brazos de Morfeo y provocando así noches intranquilas y que mi cansancio aumentase con el paso de los días.

-Mila, venga Mila despiértate que papá y mamá ya te han preparado el desayuno y te están esperando.

No recordaba para que me tenían que esperar.

-Déjame Sofía, cinco minutitos más.

-Vas a llegar tarde y ya sabes que a Demetria no le gusta que le hagan esperar.

Como un resorte me levanté de la cama al oír aquello, no podía creérmelo, el día más decisivo de mi vida y casi me quedo dormida por esa…240388. Y lo más increíble de todo es que ni siquiera me sabía su nombre, de locos.

Me vestí rápido y cuando baje me encontré a mis padres abajo con gesto de estar casi tan nerviosos como yo.

-Buenos días, perdón por no ayudar a hacer el desayuno, no he dormido muy bien. – O mejor dicho, no me han dejado dormir muy bien.

-No te preocupes cielo – me contestó mi madre – nos hacemos cargo, de hecho prefiero eso a que no hubieras pegado ojo en toda la noche.

-Siempre podré ponerme un poco de pegamento si de eso de trata. – Reí pero lo hice sola ante los ojos de mis padres.

-Tienes un sentido del humor pésimo, menos mal que lo compensas con tu preciosa voz y tu forma de ser que sino pobre chico el que se enamorara de ti.

-Bueno, tampoco hay prisa para eso, ¿verdad Mila? – Intervino mi padre – no necesitas a los chicos ahora mismo.

Debería haberme hecho la enfadada, o regañarles por meterse con mi peculiar sentido del humor, o por ser tan proteccionistas conmigo pero en lugar de esto me lancé en brazos de ambos, esa seguía siendo la única manera de sentirme completamente protegida. Al menos por ahora.

-Os quiero, os quiero mucho.

-Y nosotros a ti, cielo. Y venga, que al final vamos a llegar tarde.

Durante el trayecto me iba tensando cada vez más y más, empezaba a estar realmente atacada.

Cuando llegué me pasaron sin más preámbulo al escenario donde la gente comenzaba ya a acumularse. En el fondo me sentía mal por todas aquellas personas porque sabía que estaban exactamente igual que yo. Los jueces no tardaron mucho en llegar y todo ocurrió de forma rápida, aunque no todo lo rápida que me hubiese gustado.

-Chicos y chicas, muchas gracias a todos por venir y participar – comenzó Simon – sois todos geniales y ojala os pudiéramos hacer un hueco aquí a cada uno de vosotros pero sabéis que no es posible. A continuación diremos los nombres de las personas que se quedan pero si vuestro nombre no está en la lista no desesperéis, llegar hasta aquí ya es todo un logro y eso indica que tendréis una segunda oportunidad en este mundo.

Los nombres comenzaron a fluir por su boca, ninguno familiar, ni rastro del mío y fue en ese momento cuando las lágrimas que llevaban gestándose en mis ojos durante días salieron sin que tuviera ningún control sobre ellas. Nos mandaron a una especie de jardín que había fuera del recinto pero bien podrían haberlo hecho al mismísimo infierno que me daría igual. Me sentía completamente destrozada, como si fuese a caer por un precipicio sin fin.

The X Factor - 240388 (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora