Aproximadamente después de un mes, comencé a tomar el ritmo de las Delta Nu. Mi nueva personalidad me pareció un poco agobiante, después de todo a veces me sentía fuera de lugar; sin embargo me era indispensable tratar de encajar. Y el parecer todo lo que estaba haciendo, estaba dando los resultados que esperaba. Desde aquella fiesta en Omegha Phi, no había visto a Tobías; pensaba llamarlo pero mis hermanas se negaban a ello. Después de todo era la segunda regla del libro.
Regla 2: Jamás buscarás la atención de un chico
No entiendo porque decían eso después de todo el interés debía de venir de ambas partes. En cierto punto me pareció machista, al parecer en algunos aspectos Krems no era diferente el internado; pero eso no importa nada, seguía sin sentirme en casa. Mis padres no habían mandado ninguna carta, al parecer no les intentaba mantener contacto conmigo. A pesar de mis múltiples intentos por comunicarme con ellos, ninguno de mis esfuerzos había valido la pena. Camile a previsto decaída por lo que decidió llevarme a un antro; aquella aventura terminó en tragedia después de que Camille logró que dos chicos comenzaron una pelea por disputarse un baile con ella.
"Lo que pueden llegar a hacer los hombres por un culo bonito" pensé.
Después de dos semanas de acostumbrarme a mi nueva vida, dejé de sentir aquella conexión que tenía con Tobías, o al menos trate de ignorarla. Comencé a vagar de hombre en hombre por todo el internado, mis hermanas parecían satisfechas con mi nueva actitud. Y muy en el fondo de mi alma yo también me sentía satisfecha; después de todo eso me evitaría corazones rotos.
Mientras recordaba todo esto, terminaba de ponerme labial. Si, tenía una cita. Para ser más exacta una cita doble, era con un chico de la hermandad de Beta Tau, dentro de mi esperaba ver a Tobías ahí. Pero no sería así, el chico que me había invitado a salir se llamaba Derek. Cuando se los dije a mi Ivonne y Emma, solo sonrieron; y no me dijeron nada. El vestido color rojo carmesí que tenía puesto, resaltaba mi cintura. Di una pequeña vuelta, en aquellos tacones; en los que había aprendido a caminar. Mis pies ya no dolían y ni rastro alguno de ampollas.
No me tope con nadie cuando baje las escaleras, todas habían ido a la actividad "premio", la ganadora había sido Maggie la cual había juntado 17 piezas de ropa interior. Le dieron una caja de condones y fueron a una clase de "pole dance" .
"Vaya premio" reí dentro de mi.
Tome una de las carteras que había en un estante de madera blanca y salí por la puerta, en cuanto escuche la bocina del auto de Derek. Baje los escalones de la entrada con cuidado y ahí estaba el, con aquella camisa blanca que se ajustaba a su torso perfectamente; y un pantalón negro que marcaba sus piernas. Se veía bien, sus ojos
cafés , irradiaban una chispa de calor. Me sonrió y se acercó a mi.— Te ves preciosa —sonreí con arrogancia como mis hermanas me habían enseñado hacerlo
Subimos al auto, era un Mustang color negro. Era una buena presa. Condució en silencio hasta el restaurante; todo el camino me tomó de la mano y frotó en su pulgar contra mi palma. Era relajante. Sonreí para mi, sería una bonita velada.
En cuanto llegamos nos bajamos del auto y le dio las llaves a un chico para que lo estacionara; me tomó de la mano y me ayudó pasar primero. Era un lugar elegante había lámparas de cristal y velas por todos lados, era algo romántico. Nos hicieron pasar inmediatamente en cuánto dio nombre supuse que sería alguien importante y de alguna familia acaudalada. Pasamos a una mesa que se encontraba junto a la ventana, sin embargo nuestros acompañantes no habían llegado aún.
—White siempre es así de impultual, no me asombraría que apenas se estuviera arreglando. Es mi mejor amigo, pero a veces es un descortés —Derek me regalo una sonrisa y yo hice lo mismo
—No te preocupes, puedo esperar
—¿Quieres algo de vino?
Asentí con la cabeza, Derek le hizo una seña a una mesera, la cual acudió de inmediato al llamado
—¿Se le ofrece algo al señor? —preguntó aquella chica con una voz melodiosa
—Una botella de Montrachet, por favor
—Enseguida —y se fue de manera rápida
En cuanto nos lo trajeron, Derek destapó la botella y sirvió dos copas, las cuales chocamos con elegancia y gentileza, para después tomar un sorbo. El vino era bueno, tenía un gusto dulce a uva que quedaba impregnado en el paladar. Un beso sabor a uva, no vendría nada mal, pensé.
Nuestras sillas estaban juntas, por lo que la mano de Derek se posó en mi pierna desnuda. Un bullicio llamó nuestra atención, era una chica de cuerpo voluptuoso y de cabello corto, llamado Marian. Mis pecas y yo palidecimos.
—Tobías, ¿tú nunca cambias cierto?
Oh no.
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Manual de putas
Teen FictionA veces la sociedad es un abismo, cuando entras en el por mas que trates de salir jamás estarás de vuelta en la superficie. Eso es lo que me paso al entrar a la universidad. En casa con las viejas costumbres conservadoras de Austria, y aqui en Le Ro...