-Habla- la voz grave de Tae Hyung retumbó en el silencio que se había formado en la sala.
La casa de Tae no era grande ni pequeña, y solo constaba de un piso. Habían dos habitaciones, donde, en una dormía la madre de los hermanastros, y en la otra, Tae y Ho Seok juntos, pero en camas distintas. La cocina estaba separada de la sala y comedor por una pared con una puerta blanca, y había un escalón que separaba la sala del comedor. Eso dejaba al comedor en una posición más alta.
O eso fue lo que Tae me contó.
El elegante hombre de cabellos negros estaba sentado en el sillón más largo, de color chocolate y de tela. Nos miraba con seriedad, y con sus brazos cruzados sobre su pecho. Sus ojos estaban en los de mi novio, luchando por ver quien iba a ganar esa batalla de miradas. Y ninguno parecía dispuesto a perder.
-Pensé que estabas muerto- esta vez fue Jae Hae la que rompió el incómodo silencio.
La mujer estaba parada atrás de Tae, a un lado para poder ver bien al hombre en frente nuestro. Estábamos los tres parados, en realidad, sin ganas de sentarnos para estar más cómodos.
-¿Por qué no toman asiento?- dijo mirando el sillón más pequeño que había a un lado nuestro.
-No vengas a nuestra casa a decirnos que hacer- bramó molesto. También tenía sus brazos cruzados sobre su pecho, mientras su mirada se parecía a la del azabache sentado en frente nuestro.
¿Es acaso posible que dos personas tan distintas como lo son ellos, sean tan iguales a la vez?
Miré de reojo a Tae, y lo pude notar un pude notar un poco tenso. Jae Hae, que estaba un poco más alejada de mi, no parecía para nada cómoda, y estaba abrazándose a sí misma de forma protectora. Sus ojos claramente mostraban molestia y un poco de miedo.
-Como quieran- dejó escapar un suspiro.
-Deja de parecer tan calmado- Tae Hyung dio un paso hacia adelante, pero yo le impedí seguir caminando hacia él, agarrándolo de su remera-. Habla de una vez.
-Sí, se podría decir que estuve muerto- dijo de repente, mirando a Jae Hae y respondiendo a lo que ella antes había dicho-. Estuve cuatro meses en coma, y cuando desperté, los médicos habían pensado que yo moriría gracias a la gravedad de la herida. La policía me visitó y me contó que la persona que había intentado asesinarme estaba en la cárcel, y que dudaban que salga pronto- sus ojos volvieron a mirar a su hijo, pero esta vez con un poco de desprecio-. Pero veo que no fue así. Me enteré que saliste un mes después de que yo despertara.
Tae rodó los ojos, y dejó caer sus brazos a cada lado de su cuerpo. Miró a Jiu Min, que también lo estaba mirando desafiante. Parecían dos animales a punto de comenzar una pelea.
-Me enteré que estás saliendo con Jung Kook- dijo mientras sus ojos viajaban hacia mí.
Sentí un escalofrío recorrerme todo el cuerpo, y no se sentía bien, no como cuando Tae me mira de esa forma tan intensa. Ahora sentía un poco de miedo y náuseas, ya que este hombre me causaba intranquilidad. En cambio, cuando Tae me ve de esa forma, sé que me está protegiendo. Sus miradas son tan... Iguales pero diferentes.
-¿Tienes algún problema con ello?- Tae me agarró del brazo, y tiró de él para posicionarme detrás suya de forma protectora.
-Sabes lo que pienso al respecto- escuché como dejó escapar una carcajada. Yo cerré los ojos, agachando la cabeza, un poco molesto con su reacción.
-¿Para que volviste?- preguntó con agresión Tae Hyung.
Me aferré a la remera de Tae, acercándome a su cuerpo e intentando no pensar que estaba pasando todo esto. Sentí como los músculos de Tae se des tensaban, y parecía más tranquilo.

ESTÁS LEYENDO
Estaremos bien
Fiksi Penggemar~Una vez leí: "cuando tomas la decisión correcta, no importa realmente lo que otros piensan". Así que, por favor, piensa una sola vez en lo que tú quieres, y no en lo que el resto espera que quieras. Hazlo por ti, Jung Kook~ ~Lo lamento tanto Tae...