Estaremos bien

51

Habían entrado. Habían logrado pasar las pruebas, y ahora solo tenían que esperar un mail en donde les avisen cuándo tenían que empezar su entrenamiento. Estaban ansioso, como decir poco. Estaban nerviosos, más algunos que otros. Estaban felices, y no se podía describir con palabras concretas qué tan felices se encontraban.

Jungkook estaba sentado en el sillón, mirando con ansias la televisión mientras mordía sus uñas. Sus piernas estaban pegadas a su pecho, abrazandose con su otro brazo a ellos. Su buzo, el cual era unos talles más grandes que él, estaba cayéndose por uno de sus hombros. Su pantalón de tela fina, holgado y robado de su novio, dejaba que corrientes frías lo recorrieses por todo el cuerpo.

En las noticias no estaban hablando de él, ni de Jimin, ni de TaeTae, ni de BigHit, ni del nuevo grupo, sino de Yoongi. Y no estaba nervioso porque el chico estaba en las noticias debido a rumores de una colaboración debut entre él y Zico, sino que estaba nervioso por si en algún momento hablaban de él. Estaba ansioso, y no de la buena manera. De lo contrario, tenía un poco de pánico, un poco de tristeza.

Taehyung lo miraba desde el umbral de la cocina y la sala de estar. Él estaba nervioso porque Jungkook estaba nervioso. Desde hace tiempo que su pareja no puede despegarse de las redes, un poco obsesionado con lo que estaban diciendo de él. Se despertaba, agarraba su celular, miraba Twitter o algo así, y cuando veía que no había nada malo sobre él, se volvía a acostar a su lado. Y así todo el tiempo. Cuando estaban almorzando, cuando Taehyung le estaba contando algo, cuando estaban mirando una película, cuando estaban cenando, cuando estaban por dormir. Siempre miraba las redes. Estaba tan ansioso siempre, tenía miedo siempre.

Taehyung le decía que no tenía que preocuparse por eso. Le vivía recordando lo hermoso y maravilloso que era. Jungkook le sonreía, limpiaba sus ojos brillosos, lo abraza y besaba y, por último, se olvidaba de todo eso y volvía a revisar las redes.

—Bebé— llamó desde su lugar, intentando llamar la atención del menor, el cual simplemente hizo un ruido con la garganta y sin despegar la vista de la pantalla—, ¿podrías dejar de mirar la tele solo un segundo?

Se acercó a él, tomó el control de la televisión y la apagó. Jungkook se quejó, cruzandose de brazos y haciendo que las mangas de su buzo cubriesen sus manos. Taehyung pensó que era la imagen más tierna que había visto, pero, cuando miró los dedos de Jungkook, que sobresalía por las mangas de la tela, lo descartó de inmedito. Estaban tan dañados sus dedos, entre rojo y violetas al rededor de las uñas, cosa que lo preocupaba demasiado.

—Te estás haciendo daño— alcanzó su mano, mirando sus dedos y besando cada uno de ellos—. Te haces daño mirando esos programas, leyendo cada cinco minutos el celular para ver si hay alguien hablando de ti. Eso no está bien, bebé.

—Tae...—quitó su mano de la de su pareja, algo avergonzado mientras se acercaba a su cuerpo para acurrucarse a su lado—. Ya hablamos de esto...

—Sí, ya hablamos de esto, pero no estás escuchando— pasa un brazo por los hombros de Jungkook, pegándolo a él y besando su sien—. Por favor, Kookie, al menos... de a poco. Inténtalo de a poco, ¿sí?

Jeon no respondió, simplemente cerró sus ojos, aferrándose a la camiseta de su pareja. Suspiró, pasando sus piernas sobre las del mayor.

—Perdón...— habló bajito, avergonzado, triste y desepcionado de sí mismo.

—Sabes que yo estoy aquí para cualquier cosa que necesites. No tienes que mirar lo que el resto diga de ti, independientemente de que seas famoso o no— acarició su cabello—. Entiendo... entiendo que sea importante, pero tienes que saber que hay millones de personas que están hablando bien de vos, que te aman. Ellos no importan, solo tú.

—Bu...

—Sé que así no se hacen las cosas, y que sería mejor que veas a un profesional porque yo no sé de psicología ni nada, pero solo... solo quería que supieses.

—Te amo—se estiró, agarrando el rostro de Taehyung y acunándolo entre sus manos antes de besarlo castamente—. Y... tal vez podría ver a un profesional.

De pronto, un celular vibró. Taehyung miró hacia detrás de Jungkook, donde su celular reposaba con la pantalla mirando hacia arriba. Se estiró para agarrar el aparato y contestar; era Jimin.

—Park— a penas dijo eso, escuchó el grito de Jimin del otro lado de la línea, y Yoongi gruñendo, además del sonido de un golpe de, tal vez, una mano contra piel—. ¿Jimin?

—Perdón, perdón—se disculpó rápidamente—. Llamaba para avisar que... espera, ¿Taehyung?

—El mismo— contestó con una sonrisa. Jungkook lo miró, algo curioso de saber lo que decía su amigo, así que Taehyung, al darse cuenta, puso el altavoz—. Te estamos escuchando los dos— le avisó.

—Bueeeeno— dijo con un tono que les hizo imaginarlo sonriendo.

—¿Qué pasa Minnie?—preguntó el menor, acercándose al celular para que lo escuche.

—Como ustedes saben, yo tengo amigos en todos lados—la preja rió, y se escuchó a Yoongi quejarse de algo del otro lado—. Hay una chica del staff que me dijo cuando empezamos. Supuestamente hoy nos deberían mandar un mail, pero mañana empezamos.

—¿Para eso llamaste?—preguntó Jungkook, frunciendo el ceño.

—Perdón por molestarte con mi amistad, Jeon—se quejó Jimin, sonando molesto, lo que hizo que el menor riera bajito—. Además, Kook, quería saber cómo estás.

—Toy bien—habló bajito.

—No tas bien—le respondió con algo de burla—. Tae me dijo que...

—¡Taehyung!—Jungkook se quejó, mirando a su pareja y tirándosele en cima para golpearlo o algo así.

Taehyung cayó hacia atrás sobre el sillón, con Jungkook sobre él mientras intentaba golpearle en el pecho. Taehyung reía, Jungkook lo insultaba y regañaba. Taehyung intentaba agarrarsus manos para que deje de moverse tanto, pero Jungkook se seguía moviendo con insistencia. Taehyung logró sentarse sobre el sillón, acercándose rápidamente a Jungkook para besarlo.

—¿Chicos?—se escuchó a Jimin preguntar. El celular estaba en el piso, y el mejor amigo del chico estaba confundido mientras escuchaba silencio después de haber escuchado un par de gritos—. Hey, chicos— un gemido—. Oh...

Jimin cortó la llamada.

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Hola a todos. Perdón por el hiatus inesperado y por no avisar que iba a estar ausente por tanto tiempo. No me sentí muy bien durante esos meses, así que necesitaba un descanso. Pero volví, y con mucho más.

Tal vez hayan muchos de ustedes que hayan desaparecido, así como otros que sigan acá, cosa que agradezco muchísimo.

En fin, tengo muchos proyectos nuevos que planeaba empezara publicar esta semana. Mañana publicaré el prólogo de uno de los libros que tengo planeado empezara publicar, así que si están interesados, los invito a pasarse por él mañana.

Les deseo salud a todos!