Tomo el celular en mis manos que pide a gritos que toque el botón verde táctil, una vez que toque el botón lo llevo a mi oído para poder escuchar a la persona que reclama mi precensia en voz.
-¿Si?.- Pregunto sin despegar mis ojos de aquellas gemas azules.
- Remy, santo cielo, ¿Dónde estás?, Esto es una locura, todo se salió de control, por favor dime qué estás bien.- La voz de Diane se escucha muy altera, con temor en ella.
Una voces se escuchan de fondo y algo choca contra el auricular del teléfono provocando que escuche un ruido en seco.
- Dinos la dirección y iremos por ti, no se cómo te perdí, ¿Estás bien?, ¿Tienes miedo?.- Ahora es la voz de Jessa la que se suena del otro lado.
- Estoy bien, y no, no tengo tanto miedo.- El se levanta del sofá para ir en búsqueda de algo en la habitación la cual desde abajo puedes ver una parte de la cama y unos zapatos de encuentra cerca del barandal de metal negro.- Estoy...- Me levanto del sofá y camino hacia una ventana para poder ver hacia abajo.- En una gasolinera, está algo lejos de donde era la fiesta.- hablo mientras contempló como algunos autos junto a edificio y una calle son iluminados por las farolas de luz cálida de la vereda.
- Mierda, nosotras estamos escondidas en un estacionamiento, y Scott no regresa con el auto.- Habla Diane nuevamente.
- Espera, ¿Cómo que Scott no vuelve con el auto?.- Pregunto dejando de sostener la cortina, está cae para volver a su lugar inicial, ocultando la cena ventana rústica.
- Se fue porque nos perseguía la policía, nos dejó escondidas, dijo que volvería y que no tardaría mucho.- Contesta nuevamente mi amiga, novia del conductor que escapa de la policía.
- Ustedes, ¿Están bien?.- Pregunto nuevamente preocupada por la cotización de mis mejores amigas.
- Si, tranquila. Remy, quédate en la estación de servicio, mándame la dirección por mensaje y cuando venga Scott te iremos a buscar, ¿De acuerdo?.- Se escucha algunas palabras que salen de la boca de Jessa pero no logro entenderlas.
- De acuerdo, nos vemos allá.- Cuelgo la llamada y miro la pantalla para luego suspirar.
Siento como lago cálido y pesado es puesto en mis brazos, miro hacia atrás y me encuentro con su rostro.
- Black...-Hablo para ser interumpida.
- Cayden.- Sus labios se mueven tan lentamente que hasta creo estar atontada.
Mi sorpresa es tán grande como Rusia. Es su nombre y es tan extraño como el, nunca en mi vida escuche un nombre como ese.
- Decías...- Habla mientras camina por la sala.
- Ah, si... ¿Hay una gasolinera cerca de donde estaba la fiesta?, Por favor dime que sí.- hablo mientras miro su espalda.
- Si la hay, ¿porque preguntás?.- Camina hacia donde se encuentra la escalera.
- Les dije a mis amigas que estoy ahí, y tengo que estarlo, ellas irán por mi una vez que Scott se allá librado de la policía.- Hablo mientras acomodo el abrigo negro en mi cuerpo.
El toma algo de un mueble debajo de la escalera, un casco negro, se da vuelta y camina hacia mí, me mira a los ojos con profundidad, con cariño, nuestra altura es tan diferente pero eso no nos impide poder ver nuestras almas, poder ver el alma del otro.
- Vamos te llevó.- Dice para luego colocarme el casco.
El sonríe a medias y luego toma el casco que antes yo había usado, se lo cuelga del brazo para luego caminar hacia la puerta y abrirla. Camino hacia ella para poder ver el enorme y ancho pasillo moderno, miro hacia atrás para observarlo, ¿Porque siento que si lo pierdo de vista se alejara de mi?, No sé el porqué pero no quiero experimentar una sensación de abandonó por su parte.
Una vez arriba de la moto negra con la cual me rescató el día que me asaltaron en aquel callejón oscuro, el día en que nos conocimos, salimos del garaje subterráneo hacia la fría noche de invierno en Chicago.
A solo unos metros veo la estación de servicio que se encuentra en una esquina, su luz fría la hace ver algo tenebrosa y de mala muerte, pero si no fuera por la nueva tienda de comestibles que tenía el lugar sería viejo y tenebroso al 100 por ciento, la motocicleta avanza hasta estacionar frente a las ventana de vidrio de la tienda, rápidamente bajo del vehículo mientras el motor se apaga, me saco el casco para entregárselo a su dueño el cual ahora está parado junto a su moto sin su casco y alborotando su cabello con la mano izquierda.
- Entremos.- Dice el.
- Espera.- Tomo su brazo cuando pasa a mi lado.- No creo que sea buena idea que mis amigas te vean conmigo.- El me mira con una ceja levantada.- Solo digo que no quiero que te arriesgues, además de que ellas te interogaran, nunca me han visto con un chico en toda mi vida, además de...- Hablo con rapidez.
- Remy, tranquila, ellas no me verán, y si crees que te dejaré sola en este barrio de mala muerte y con ese hombre que tiene pinta de loco.- Dice señalando al cajero de la tienda, yo lo miro y en verdad tiene pinta de loco.- Tú estás loca, ahora entremos que me congelo.- habla nuevamente para luego tomar mi mano y guiarme hacia la puesta pesada de cristal.
Entramos al lugar y la calefacción nos golpea el rostro como un latigazo, camino hacia uno de los asientos mientras él va hacia unos estantes llenos de todo tipo de alimentos, me siento en un sofá al lado de la ventana, meto mis manos entre mis muslos ya que el frío que nos azoto en el viaje lastimo mis manos dejándolas como cubitos de hielo. Saco mi celular del abrigo que me prestó, desbloqueo la pantalla y reviso la hora, 02:22, los números blancos resaltan con el fondo de pantalla en el cual me encuentro con mis amigas el primer día de clases de este año.

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La Nerd & El Ladron
Novela JuvenilEl fuego y el hielo no van juntos codo a codo ya que por naturaleza el fuego derrite el hielo convirtiéndolo en agua la cual apaga la llama del fuego, entre ellos se matan. Pero ellos deciden desafiar a toda costa las leyes de la naturaleza y la cie...