Pasó cerca de un año desde la última vez que escribí algo aquí. 2017 fue un año bastante exhausto emocionalmente para mí, aunque ha habido más de tres ocasiones en la que quise escribir post, de verdad, pero estaba demasiado cansada, demasiado inmiscuida en otras actividades que proyecto 2017 para mejorar mis hábitos de escritura falló estrepitosamente.
Hoy llego con buenísimas noticias, terminé el quinto año de la relación que tengo con esta carrera satisfactoriamente. Sí, a pesar de los contratiempos con los no muy responsable compañeros de mi grupo de Odontología preventiva y Salud pública, nuestro informe final tanto de diagnóstico situacional de salud como la ejecución de nuestro plan de intervención fue exitoso. Siempre llevaré con cariño ir a ese colegio emblemático de mi ciudad y responder a las niñas curiosas Fannistas, o estar maravillada con su respuesta a todo el esfuerzo que le pusimos a preparar el material, el diseño de los talleres y la parte informativa. Si hay una asignatura de la que me siento feliz ha sido esa. Sin contar nuestra pequeña presentación a modo de improvisación teatral en el día del cepillado.
En la últimas navidades no recuerdo haber estado tan tranquila después de tanto tiempo, al terminar el récord de las clínicas.
Así que después de todo ese embrollo, me siento orgullosa de decir que ¡al fin! estoy realizando el internado odontológico, siguiendo un hilo que al empezar este año titubeaba al decir que sería mi camino, ese que esta muy cercano alguna vez soñé cuando era pequeña: La pediatría, que ahora en mi juventud cercana a la adultez—palabra que me repito más veces para hacerme la idea que estoy haciendo mayor— ha ido a parar en la odontopediatría.
Es por eso que decidí hacer el internado en un lugar que me permitiera zambullirme de tirón entre todos esos infantes, niños y púberes para descubrir si estaba hecha para eso.
Así que con más disponibilidad de tiempo, espero ya estar contándoles mas desventuras de esta chica nacida en Lima aunque no tan limeña que estará siempre en proceso de aprender mejores modos de ser una odontóloga. ¡Feliz internado 2018!
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Desventuras de una Odontóloga en proceso
RandomTrozos de vida de una estudiante universitaria común y silvestre para degustar. Sírvase usted. ADVERTENCIA: No espere relatos de noches fiesteras y días alocados, esta dice ser una estudiante dedicada al noventa y ocho por ciento que la única cosa p...