Capítulo dos: Tucker

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Los castigos son solo cuando ya han terminado todas las clases, por lo que de todas formas tengo que ir a mi última. Eso no quita el hecho de que este furiosa y de que necesite seriamente desquitarme con alguien.

Cuando giro el pasillo, veo que hay un grupo de chicos al lado de mi casillero. Ahora, eso no es algo que me molestaría en otras circunstancias, pero dado que estoy usando solo una camiseta sin mangas y un short, esto va a ser sumamente incómodo.

Me preparo mentalmente para los silbidos o cualquier estupidez que esté a punto de salir de sus bocas. Veo que están pasándose la pelota de básquet y prácticamente jugando ahí mismo en el pasillo. Cuando ya estoy a punto de llegar, uno de ellos lanza la pelota a otro que se encuentra prácticamente a unos metros delante de mí. Pero para mi suerte, el segundo no es lo suficientemente rápido, porque la pelota termina en mi cara y lanzándome al piso.

Ya van 4 las veces que me va cayendo un balón en la cara. ¿O son 5?

Las lagrimas en mis ojos no me dejan ver quién intenta levantarme, pero rápidamente siento que me empieza a sangrar la nariz. Por lo que me paro de manera abrupta y me dirijo corriendo al baño.

Cuando llego ahí, empiezo a lavarme la cara y luego a secarme. La sangre sigue saliendo por lo que saco más papel. Llega un punto en el que la sangre continúa fluyendo, pero ya no tengo más con qué secarme y empiezo a entrar en pánico.

Eso es todo, moriré desangrada en el baño.

- Pon la cabeza hacia arriba, eso hará que pare más rápido. -dice una voz que me hace saltar del susto.

Cuando me giró para ver quién es. Casi me desmayo de la vergüenza ahí mismo.

Lo primero que noto es su uniforme del equipo, este le queda muy bien adaptado a su cuerpo, que por cierto es bastante musculoso. Luego su cara, simétrica y prácticamente perfecta. Tiene unas cejas impresionantes y unos ojos verdes que actualmente me están viendo con bastante preocupación.

John intenta tocarme la cabeza para ayudarme (supongo yo) a no morir por el sangrado, pero yo soy más rápida y doy varios pasos atrás, lejos de su alcance.

- Gra gracias, pero no es necesario -digo tratando de regular mi respiración.

- No hay problema -dice él con una sonrisa tranquilizadora- fue un buen golpe el que te diste ahí. ¿Segura que estás bien?

La forma en que lo dice, lo hace ver tan tierno y a la vez sexy. Es como si se las arreglara para tener todo lo que un hombre necesita. Lastimosamente, a eso también se le agrega lo muy mujeriego que es y lo mucho que desprecio a hombres como él.

- Si, esto es algo que siempre me pasa, así que no te preocupes. -suelto super rápido, mientras me dirijo al primer cubículo que encuentro, a buscar más papel. La sangre todavía esta cayendo, pero ya con menos fuerza y eso hace que me relaje un poco. Sólo un poco, porque John Tucker sigue aquí, en el baño de damas, detrás de mí, muy preocupado y con ganas de ayudarme.

No logro encontrar más papel, así que me conformo con la bola del usado que ya tenía en mi mano.

- Aquí, toma -dice él, sacando de su bolsillo más y dándomelo.

Cuando nuestras manos se tocan, doy otro brinco, porque es la primera vez que me toca y no estaba preparada para la adrenalina que ingresó a mi cuerpo una vez que eso pasó.

Me da una mirada extraña y se aleja. Si amigo, soy una tipa extraña, corre mientras puedas.

- Bueno, si eso es todo supongo que ya debería irme, tengo entrenamiento. Estoy en el equipo de básquet.

Todas contra élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora