Cuando ves un documental sobre la vida animal en televisión, observas que la mayoría de los animales están siempre en manada. Es un instinto de supervivencia. En el caso de los adolescentes, es un instinto de auto protección. A nadie le gusta estar solo, o mejor dicho, la soledad. Porque si estoy en una guardería de niños y hay un montón de ruido, prefiero ir a un lugar tranquilo donde puedo estar sola. Pero no me refiero a esa clase de soledad. Me refiero al hecho de que a nadie le gusta no tener a alguien mas a quien contarle sus cosas, sus chistes o sus grandes hazañas de esa mañana para el desayuno.
Entonces podríamos llegar a la conclusión de que, no, no me gusta estar sola. Pero no me molesta. No me parece que necesite amigos para poder ser feliz o realizar lo que me proponga. Lo que si puedo admitir, es que justo ahora, en este preciso momento, mientras me encuentro sentada en una de las mesas de la esquina en el comedor de la escuela, me gustaría haber hecho ya aunque sea una amiga en mi primera clase. Ya sabes, esa que se te acerca y te pregunta quién eres y si te gustaría almorzar con ella luego. Pero lastimosamente y para mi (oh, vaya) gran sorpresa, esto no sucedió.
Lo que sí paso, es que tuve mi primer sueldo de la semana y por fin podré decirle a mi madre que de algo sirvió estar toda la semana tan ocupada. No es ni la cuarta parte de lo que necesito para el carro, pero algo es algo. Ya ven, ahí va algo positivo.
Estando aquí sentada en una esquina, me da mejor ventaja para poder observar lo que tanto Jane me contó durante toda esa semana. Es verdaderamente algo interesante de ver. No es difícil ver donde esta John, esta en una de las mesas del medio con un sujeto, que deduzco es su mejor amigo. Ambos se dicen algo y se ríen a carcajadas mientras chocan los cinco y se dan un abrazo. Mientras tanto, cerca a John, pero no lo suficiente como para que sea obvio, esta Heather y su grupo de animadoras. Están maquillándose mientras comen su almuerzo que es solo una ensalada, porque ya sabes, la dieta. ¿Quién hace eso? En fin, al otro lado del comedor, cerca a la entrada, se encuentra Beth con otras chicas. Todas tienen unas pancartas que dicen y exigen que el encargado de la cocina, deje de cocinar carne para el almuerzo. Estoy impactada, obvio. Y por supuesto, no se ve a Carrie por ningún lado, seguramente esta en la sala de audiovisuales haciendo tareas u organizando alguna charla.
Es tan absurdo como tres diferentes mujeres, todas lo suficientemente inteligentes (si, también estoy contando a Heather) no pueden ver como alguien como John, jamás será de una sola mujer. Todo él grita mujeriego. Incluso los chicos lo halaban y quieren ser como él. A nadie se le pasa desapercibida su coquetería y lo mucho que le gusta sonreír a las chicas. Pero a ellas les gusta y él lo sabe. Iugh.
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Durante las siguientes dos semanas las cosas fluyen como siempre. Es viernes y hasta ahora no consigo hacer ninguna amiga. Si, hay chicas con las que he hablado, pero nadie se ha molestado en tratar de buscarme fuera de clases. La única razón por la que yo no intento hacerlo es porque sé que una vez que mamá termine con su nuevo chico, estaremos muy lejos de este lugar. Probablemente siga en la misma escuela hasta que termine la primera mitad del año, pero da igual.
Hoy tengo gimnasia y es de las pocas clases que hasta ahora me ha gustado mas de esta escuela. Es tan genial ver a las chicas olvidar por un momento sus uñas y ponerse a jugar con el balón. Al parecer en esta escuela, el basquet y el voley son algo serio.
El día de hoy, por otro lado, sera diferente. La entrenadora de las clases paralelas a esta, se lastimó bajando de las escaleras. El rumor dice que, aunque se recupere, de todas formas dejar la escuela y se dedicará a hacer otra cosa. La gimnasia seguramente no era lo suyo.
Pero eso no es lo mas curioso del asunto, lo curioso es que las chicas que nunca se dirigen siquiera la palabra, estarán todas reunidas aquí. O sea, Heather, Carrie y Beth, las mejores amigas por siempre, por fin sabrán de su existencia. Y de lo mucho que tienen en común. Inserte risa malvada.
Cuando nos ponen en un mismo equipo, sé que las cosas aquí no terminarán bien. Heather está lista para sacar, mientras Carrie y una chica más hablan de algo que debería ser ultra secreto, pero que obvio no les importa en absoluto revelarlo, pues lo dicen claro y fuerte para las que quieran escucharlo.
- ¿Dónde estabas anoche? Te estuvimos esperando - le dice la chica a Carrie.
- Estuve en una cita con alguien, pero no se supone que deba decirle a nadie. -dice ella mientras da una risita.
- ¡No inventes! ¿Cuándo nos piensas decir quién es el chico misterioso?
- Esta bien, te lo diré. Pero promete guardar el secreto, nadie lo puede saber.
Hooola, hay unas 50 chicas aquí, 30 de ellas seguramente están escuchando lo que dicen chicas. ¿Así o mas obvias?
- Estoy saliendo con John Tucker.
Puedo ver que Heather las escuchó, porque lo siguiente que sucede es que el balón le cae en la cabeza a Carrie.
- ¡Hey! ¿Cuás es tu problema? -le grita ella mientras se acerca de manera amenazante.
- ¡Él es mío, alejate de él! -le dice Heather esta vez empujandola.
- Oh, no. No acabas de tocarme, estúpida. -dice Carrie y la empuja de vuelta.
- Chicas, por favor, paz y amor. -dice metiéndose Beth.
- ¡Tú no te metas! -dicen Heather y Carrie al unísono.
- YO estoy saliendo con John Tucker -dice Heather.
Esto llama la atención de Beth, quien agarra un balón y se lo tira a Heather en la cabeza.
- ¿Qué es lo que haces, perra? No me estoy metiendo contigo, así que alejate. -le dice ya muy furiosa esta.
- John Tucker esta saliendo CONMIGO. -dice Beth ahora muy eufórica.
- ¿De qué rayos hablas? -dice Carrie- Él esta CONMIGO.
- A ver, a ver, ¿qué está pasando aquí? Todas a sus lugares o las castigaré. -dice la entrenadora.
Todas se quedan mirando por un rato y luego deciden alejarse.
Carrie se va junto a su amiga y le dice alto y claro para que todas lo escuchemos. - Ya sabes como son las tipas aquí, creen que porque miran a un chico, ya es suyo. -y ambas se ríen.
- Ah, no. ¡Ya te pasaste idiota! -grita Beth. Agarra los balones y se los empieza a tirar a Carrie.
Todo se empieza a descontrolar. Carrie le tira balones a Heather, Heather le tira balones a Beth, Beth a Carrie. Es todas contra todas.
No sé qué se apodera de mí cuando me intento acercar para calmarlas. Lo único que recibo son balones en la cara repetidas veces. En algún punto durante la pelea, me doy por vencida.
La entrenadora esta gritando y trata de detenerlas, pero es algo imposible cuando todas se gritan e insultan.
- ¡Chicas, paren! -grito yo, pero nadie me hace caso
Cuando veo que la entrenadora agarra su pito y lo hace sonar con tanta fuerza, es cuando sé que están acabadas.
- ¡Ustedes cuatro, están castigadas! -grita furiosa. - No me pagan lo suficiente. ¡Maldición!
Y luego de eso, empieza a recoger cada balón y guardarlo donde corresponde.
- Espere, -digo yo algo confundida ¿dijo cuatro? Pero sólo son tres...
- También tú -me señala- No creas que no note tu pequeña participación en este escándalo.
- ¡Pero yo no hice nada! -grito furiosa. Nunca me han castigado y no quiero que empiecen a hacerlo ahora. - Solo estaba...
- No me importa. -me corta la entrenadora- Si no van las cuatro ahora mismo, les daré toda una semana de castigos.
Al momento de salir del gimnasio, todas me miran como si fuera YO la culpable.
- O sea, el idiota les pone los cuernos a todas. Y en lugar de desquitarse con él, ¿se pelean entre ustedes? -digo yo mientras me dirijo al baño, pero lo suficientemente alto para que me escuchen - Las creí mas astutas, chicas.
Y con eso me voy.
Tanto para ser anónima Kate
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Todas contra él
RomanceKate Spencer se ha pasado su vida entera mudándose debido a los noviazgos fallidos de su madre, Lori. Cuando llega a una nueva escuela, termina metida en un lío con el famosísimo John Tucker, el playboy. Quien venía engañando a tres chicas al mismo...