Una corriente de aire me despertó. Miré a mi lado, y vi a Abraham completamente arropado, mientras yo estaba desnuda y sin manta. Me levanté, me duché y decidí ponerme una camiseta azul celeste ancha, metida por dentro de los shorts blancos de cintura alta, y mis vans azules celeste. No sabía que hacer, asi que salí a la terraza, me senté en una silla y comencé a admirar el cielo, negro.
Flashback
Estaba en la sala de espera, del hospital, viendo pasar a gente que le faltaban alguna que otra extremidad, pero no me importaba, yo, a diferencia del resto de niños, no me causaba ninguna impresión. Yo estaba en mi mundo de arcoiris, con millones de niños jugando a mi alrededor, y mi abuelo al lado mio, montados en mi caballo llamado Willy, pero una voz, la cual se me hizo muy conocida me hizo salir de mis pensamientos.
Mamá: Cariño, tu abuelo quiere verte.
Yo: Vale mamá.
Entré en la habitación, fría, blanca y poco adornada. Me senté al lado de mi abuelo, débil pero intentaba no parecerlo.
Abuelo: Hola pequeña.
Yo: Yayo... Sé que te vas a ir, tarde o temrano, pero quiero que sepas que siempre vas a estar a mi lado, aun que no físicamente. -Yo a mi edad, era muy madura, la verdad, con 7 años nadie habla así.
Abuelo: Ya lo sé cariño, y quiero que recuerdes, que nunca de rindas por tus sueños, y, que a pesar de todos esos tontos de tu clases, nunca te derrumbes delante de ellos, esa será tu perdición.
Continuamos hablando durante un buen rato, hasta que quedó profundamente dormido. No respiraba, y cada vez se volvía más y más pálido. Me acerqué, le abracé, y comencé a llorar. mi abuelo había muerto, en frente de mis narices. Comencé a llorar, más y más fuerte, hasta que algo me separó de mi abuelo. Era mi madre, me agarró y me sacó de la habitación, me sacó a un jardín del hospital e intentó animarme. Yo estaba en shock, llorando en silencio, mientras miraba el cielo, negro.
Fin Flashback.
Me toqué los ojos, estaban hinchados. Entré corriendo al baño, y me miré en el espejo. Ojos hinchados y rojos, despeinada, y con rabia, tristeza y miles de sentimientos en mi mirada. Me lavé la cara y me tumbé al lado de Abraham, ahora mismos era el único que me podía ayudar, aun que estuviera dormido. Cerré los ojos, y lloré en silencio. Una mano me quitó una lágrima de la mejilla, abrí los ojos, y allí lo vi, con el pecho al aire.
Abraham: Gorda, ¿qué te pasa?
Yo: -Le conté lo que me había pasado.- Hoy hace 8 años desde que pasó eso, y hacía un día exactamente igual que este.
Abraham: Tienes que olvidarlo, quédate con los bonitos recuerdos. -Dijo apoyándome en su pecho.-Tu abuelo era buena persona, no querría verte así, creéme.
Estuvo acariciándome el pelo, tranquilizándome, como treinta minutos. Cuando por fin me levanté, le di un beso, largo, apasionado y dulce. Me separé de él, fui al armario y le lancé su ropa. Se metió en el baño, sin taparse, y se duchó. Cuando salió, me agarró de la cadera y bajamos al restaurante. Desayunamos solos, y nos bajamos a un jardín que había en el hotel.
Abraham: Me aburro.
Yo: Y yo.
Abraham: ¿Llamamos a Nazaret?
Yo:Me parece bien. -Dije con una sonrisa en la cara.
Yo: ¡Buenos días chochi!
Abraham: Buenos días fea.
Nazaret: Hijos de puta, me habéis despertado...
Rubén: Y a mi...
Ambos:¿Qué hacéis tan juntitos, eh, pareja?
Rubén: Pues habremos echo lo mismo que vosotros anoche.
Nazaret: Pero cállate... -Dijo intentando que no se escuchara.
Abraham: Pues me parece que sí...
Yo: ¿Estás tonto?
Abraham: Es la verdad. -Dijo callándome con un pico.
Nazaret: ¿Cuándo venis aquí? Ya sabéis, de concierto, así os vemos...
Abraham: Pues dentro de una semanita.
Se empezaron a escuchar gritos por parte de Nazaret, comencé a reir y me senté encima de Abraham, este me abrazó y apolló su cabeza en mi hombro. Seguimos hablando, hasta que vino Jacobo hacia nosotros. Nos despedimos y nos levantamos dirigiéndonos a él.
Jacobo: Chicos, hoy a las 7 el concierto, ¿preparados?
Yo: Nerviosa pero sí...
Abraham: Lo vas a hacer genial tonta.
Jacobo: Bueno, tenéis que ir con Alicia y Aroa, tenéis que ensayar un poco más.
Yo: Vale Jacobo -Dije añadiendo un beso en la mejilla.-Adiós.
Cogí a Abraham de la mano y nos fuimos a nuestra habitación, nos pusimos la ropa para ensayar y bajamos a un gimnasio que había. Comenzamos a ensayar entre risas y risas, pero todo salió bastante bien. Hoy había empezado el día mal, pero estaba segura de que iba a continuar bien.
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¡Holiis chochis y no chochis! Quería deciros que a partir de ahora pondré una canción para que la escuchaseis en cada cap, para que me conozcáis un poco más respecto a la música. Un besito, ¡y chao chao!
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Admítelo. (Abraham Mateo y Tú)
Teen FictionLa gente cree en los cuentos de hadas. Todo acabará bien, comiendo perdices. Pero, ¿quién sabe? Tal vez eso no suceda en esta historia. O, tal vez sí. Eso solo se descubrirá con el paso del tiempo. Con horas, minutos y segundos de empeño. Por eso, q...