1x11 - Wild And Free

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¿Recuerdan lo que he dicho del tío Stewart sobre ser un espíritu libre? O bueno... Al menos hasta hace 5 meses lo era, antes de casarse. Antes de Kate, Stewart seguía la misma rutina los viernes y los sábados; Despertaba a la 1 de la tarde aunque eso era todos los días pero continuaré, cocinaba algo especial para el mismo o hacia una parrillada, descansaba, veía una película, venia por mí y me llevaba a cenar algo de comida rápida... A veces Shelby también venía, luego me dejaba en casa y se iba de fiesta con sus amigos hasta la madrugada o el amanecer dependiendo de si tenía suerte de encontrar a alguna interesada en pasar la noche o no y finalmente volvía a su casa a dormir.

Luego conoció a Kate por unos exámenes médicos que tuvo que hacerse, ella fue su doctora y desde ese momento quedó enganchado con ella. Kate al principio no le prestaba demasiada atención y le asustaba su estilo de vida, de ser muy salvaje para ella y le asustaba que solo la quisiera para pasar el rato en ese momento de su vida en el que ella quería algo más serio. Luego de rechazarlo unas cuantas veces, finalmente logró convencerla cantándole una canción con su guitarra... En su trabajo. Bonita historia de amor, quizás solo no me caía bien Kate por alejarme de Stewart.

Hay dos puntos para resaltar aquí como motivos de porque les cuento esto; El primero es que estaba dándome cuenta de mi patrón de conducta, odiaba ser reemplazada o que me quitaran la atención de la poca gente que me la brindaba: No me agradaba Kate por alejarme de mi tío Stewart y mucho menos me agradaba Devon por alejarme de Shelby.

Y el segundo motivo; Yo también quería ser un espíritu libre, quería ser así: Disfrutar la vida, hacer alguna locura sin pensar en las repercusiones pero siempre encontraba algún motivo para cohibirme de mis deseos.

Era viernes y ese día, tan pronto entré a la escuela pasé frente al casillero de Devon que estaba unos 10 casilleros antes del mío y Shelby estaba allí con él, tonteando, ella reía, se le notaba feliz y yo por el contrario me sentía excluida de su vida. Quizás exageraba, quizás simplemente no me había visto. Llegué a mi casillero y me dispuse a acomodar en mi mochila las cosas que necesitaría.

–Hey –Le saludó Andrea parándose a su lado.

–¡Wow, pareces un ángel! –Exclamó Izzie sorprendida al mirarla debido a su atuendo, totalmente blanco –. No puedo mirarte durante mucho tiempo, me encandilas –Bromeó volviendo su atención al casillero.

–Escúchame –Le pidió Andrea logrando que su amiga volviese a mirarle –. Emmm... ¿Crees que cuando habló gesticulo mucho con las manos? He escuchado eso ¿Tu qué crees?

–Acabas de hacerlo –Respondió Izzie en tono jocoso –. ¿Por qué tan feliz de todas formas? Parece que tramas algo.

–Tú y yo vamos a divertirnos mucho esta noche –Andrea interpretó la mirada de su amiga y dio más información –, 6pm, el juego de las Panteras ¿Qué dices?

–... ¡Por supuesto! –Exclamó Izzie emocionada, emoción que se iría segundos después al recordar un pequeño inconveniente, llevando una mano a su frente –. Oh... Demonios, sigo castigada.

–¿No hay alguna manera de que puedas librarte de eso por esta noche?

–... Lo intentaré.

Si, el futbol americano me gustaba, no estaba obsesionada con ese deporte pero me parecía interesante. Nunca antes había ido a un juego de las Panteras el cual era el equipo de nuestra escuela; Las Panteras de Preston Forrest.

Panteras de Preston Forrest: 1 titulo estatal en 1974 en su única aparición en una final. 3 apariciones en el final four o semifinales (1974, 1975, 1992). Lo sé, no tenemos el mejor equipo de todo el estado de Texas. Somos más bien discretos. Por supuesto que quería ir y para lograrlo debía acudir a la única persona de mi dúo de padres que no me había castigado aun: Mamá. Pero no nos adelantemos.

Trabajo En ProgresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora