2x08 - Little voice

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Creo... No, estoy segura de que no siempre conocemos el poder de la palabra para bien y para mal. Un "Estoy contigo" o un "Te apoyo" pueden llegar a valer mucho cuando estás en tus momentos bajos. Decir que no tenía ese apoyo sería mentir pero igualmente creo que más apoyo nunca está de más.

Y yo que ya tenía planes para esa noche, justo cuando estaba más convencida que nunca de contarle a Hunter lo que me sucedía, pasaba esto. De todas formas, al escuchar a mi hermano decirme la noticia de que la policía tenía novedades de mi caso y que si quería estar presente cuando nos la informaras, respiré profundo armándome de valor y le dije:

–Quiero escuchar.

Claro, de mis labios había salido eso pero la reacción del resto de mi cuerpo no correspondía con mis palabras. Me tensé comencé a sudar aunque no hacía calor pero aun así me levanté de mi cama y caminé muy lentamente al lado de Clyde. Creo que en el camino desde mi habitación hasta las escaleras que son pocos pasos, me arrepentí como 100 veces de mi decisión pero seguía caminando.

Tan pronto comencé a bajar las escaleras pude ver a esos detectives. No sé porque se tomaban la molestia de venir, pudieron haberlo dicho por teléfono. No quería más interrogatorios, el primero lo superé y fue horrible. Al llegar a la base de las escaleras, me detuve y me quedé observando a los detectives sentados en el sofá y a mamá también sentada en uno de los sofás pequeños.

–Vamos, estamos aquí para ti –Clyde me sacó de mi trance y caminé junto con él. Mamá me cedió su asiento y tanto ella como mi hermano quedaron de pie a mi lado. Sentí como cada uno colocó una mano sobre mis hombros.

–Díganos –Escuché decir a mamá, cerré mis ojos y suspiré a la espera de la información sintiendo miedo. Por alguna razón ese era el sentimiento que en ese instante tenía en mi interior y supongo que en mi exterior se notaba.

–Hemos contactado con la aerolínea en la que trabaja el señor Bill Jacobs durante varios días y hoy finalmente tuvimos noticias de su paradero. Se encuentra en Hungría, tiene programado varios vuelos y lo que realmente necesitan saber es que en poco menos de dos semanas, estará aterrizando aquí en Houston.

Aquella noticia me afectó. Comencé a respirar muy agitadamente y todos los presentes en la sala de estar se mostraron algo preocupados. El silencio reinó y yo aun entre difíciles respiraciones, intenté preguntar:

–... ¿Cómo... Como...?

–No tiene nada de qué preocuparse, señorita Jacobs. Tan pronto ese criminal ponga un pie fuera de ese avión, será detenido y procesaremos los cargos. Lo mejor que le puede pasar, señorita es que el confiese el crimen.

Por supuesto que entendía, eso facilitaría todo el trámite pero seguramente no sería así y ese despreciable sujeto alegaría que es inocente. La "Reunión" no quedó allí, siguieron tocando otros temas pero yo ya había dejado de escuchar. Estaba sentada allí pero bien que podría decirse que no estaba. No duré mucho tiempo más allí, seguían hablando de cosas (De mi, asumo) pero me levanté y me fui sin decir una sola palabra.

Llegué a la cocina, me serví un vaso de jugo y me senté en la mesa. Me quedé allí por mucho tiempo, hasta que mi madre y mi hermano entraron a decirme que ya se habían ido los detectives. Mamá me abrazó y me dijo:

–Tranquila hija, todo saldrá bien, haremos justicia.

Mi respuesta fue aferrarme a ella y comenzar a llorar. Claro que me sentía mejor que cuando recién recibía la noticia pero esto, solo la idea enfrentarme al sujeto que me hizo eso me ponía nerviosa y asustada.

Trabajo En ProgresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora