2x03 - Burn it

8 1 0
                                    

¿Qué te ayuda a olvidar? Para unos quizás el alcohol, las drogas o métodos más sanos sin ningún riesgo como la terapia. Yo no usaba ninguna de las dos primeras para tal fin pero la tercera si, cada día debía ir con la doctora Pope a escucharla ahondar en mi problema e intentar ayudarme a sentirme mejor.

Yo por mi parte sabía que no me sentiría mejor, al menos no hasta ver a Bill encerrado en una cárcel o en un ataúd. Sé que no se oye bonito lo último pero a mí me daría la tranquilidad que necesitaba y quizás escupiría en su tumba. El solo pensamiento de esa posibilidad me reconfortaba un poco, no demasiado pero al menos me daba un motivo para soportar todo esto y seguir.

Aun así sentía que faltaba algo, que aun quedaban muchas lágrimas por llorar dentro de mí y no estaba equivocada... Tal vez nunca se me acabarían las lágrimas. Todos los días lloraba, principalmente por las noches y durante el día, a la vista de todos intentaba actuar lo más normal posible. Menos eufórica, más seria pero no me dejaba ver machacada por mi situación.

Alguna "Materia pendiente"... No salía de casa a ningún otro sitio que no fuese terapia.

Habían transcurrido unos cuantos días desde que sabía mi condición, 5 días para ser exactos y les juro que no habría salido de casa de no ser por algo que sucedió ese día. Principalmente era lunes y en horas de la tarde por primera vez en esos 5 días, pude hablar con Shelby... Ella fue hasta mi casa a visitarme.

Obviamente tuve que contarle todo lo que había sucedido. Estábamos en mi habitación sentadas frente a frente en mi cama y al terminar de contarle como había sucedido todo, su pregunta fue clara, directo al punto:

–... ¿Por qué nunca me dijiste nada? ¿Estabas pasando por esas cosas horribles y no confiaste en mí?

–En mi defensa, no confié en nadie –Respondió Izzie sin esconder su gran vergüenza y arrepentimiento por no haber hablado en su momento –. Yo... Tenía mucho miedo, Shelby. Aun lo tengo, debes comprender eso.

–Créeme que te entiendo pero... Me frustra todo esto, quizás pude haber hecho algo si lo hubiese sabido.

–No había nada que pudieses hacer. Miles de veces quise decírtelo pero me acobardaba, me daba vergüenza y miedo de que pudiese sucederte algo a ti también.

–Y ahora mi padre es tú abogado –Recordó Shelby rodando sus ojos –. No sé si pueda perdonarlo o no pero si gana tu caso, ganará muchos puntos a favor –Se hizo un silencio que duró unos segundos hasta que la misma Shelby continuó –. Papá me llamó anoche... Me dijo que aun no te has atrevido a ir a la policía.

Era cierto, habían pasado unos cuantos días y aun no había ido con el padre de Shelby a la delegación de policía a poner la denuncia por abuso a un menor. Quería hacerlo pero me daba mucho miedo lo que me encontraría, lo que tendría que enfrentar. Igualmente había prometido que esa semana que recién comenzaba... Lo haría.

–Iremos esta semana, lo prometo. Yo más que nadie quiere ver al maldito de Bill pudriéndose en una cárcel –No podía dejar que todo se centrase en mí así que cambié el tema –. ¿Cómo te sientes con todo esto de tener que lidiar con tu padre nuevamente?

–No lo sé. Por un lado lo odio, tengo mucho resentimiento hacia el por no preocuparse por mi pero por el otro... Sigue siendo mi padre y algún buen recuerdo aun mantengo en mi memoria sobre él.

Quizás era únicamente un intento mío para sentir que no era el centro de atención siempre pero realmente quería escucharla, quería que aunque yo la estuviese pasando mal, ella aun sintiese que la apoyo y que sigo siendo su amiga. Podía ver en su rostro cada una de las emociones que decía, odio, rencor, confusión.

Trabajo En ProgresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora