Wake me up.

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Sus labios se movían con los míos, una mano la sostenía de la cabera, y la otra de la cintura, profundizando aquél beso. Me causaba ternura, porque se paraba de puntitas para llegar a mis labios. Siempre amé a las chicas más bajitas que yo: me hacían sentir grande, y que yo era lo único que podía tocarlas. Como Kage. Abrí los ojos a tope, sin separar mis labios de lo suyos, por alguna razón, necesitaba sentir de nuevo algo mágico en los míos. La pequeña castaña abrió los ojos, y pronto frunció el ceño.

—¿Pasa algo, Harry? —esa pequeña vocesilla, tan pequeña cómo ella. Hice una mueca, y la miré, ese vestido de margaritas la hacía ver más pura de lo que ya era. Tenía diécinueve años, la chica, era mucho más joven que yo, pero más inteligente. Su pequeña mano se posó sobre mi mejilla, y me miró con los ojos preocupados. No sabía su nombre, pero ella sabía el mío a la perfección.

—¿Cuál es tu nombre? —pregunté roncamente, y preocupado. Ella rió suavemente, sin dejar de mirarme a los ojos, éstos azules. Ella quizá pensaba que todo era en modo de juego, pero no era así, yo hablaba en serio. Sentía un pequeño nudo en el estómago, que no me dejaba hablar bien. Movió su pelo castaño, hasta que cayera por su hombro, me gustaba.

—Page Swan —mierda. Maldije en voz baja, queriendo llorar, pero no me lo permetiría, no ahora. Casi el mismo nombre que Kage, casi el mismo apellido, pero no eran iguales en algo, el aspecto. Ella tenía unos lindos ojos color azul, un cabello color avellana, y unos labios color cereza, al igual que sus mejillas. —¿Porqué? ¿Pasa algo, Harry?

—No, no, nada —negué con la cabeza, y bajando la mirada. Page alcanzó mi mentón y lo acarició, sin duda era tierna. Pasó el pulgar dulcemente por mi barba de tres días y rió cuando sintió la rasposidad apenas creciente. Pero algo en mi cabeza me decía que no debía olvidar a Kage, que no debía olvidar esos momentos con ella. Soy un hijo de puta —Sólo me duele un poco la cabeza. Page... creo que deberías ir a tu casa ya, mañana tienes que ir al psicólogo en la mañana, y yo tengo que trabajar.

—No estás bien —frunció el ceño. Planté un beso en sus pequeños labios y tomé sus caderas con las dos manos. —Nos conocemos hace un mes, y de la nada olvidas mi nombre, ¿qué pasa, Harry? Siento confusión ahora mismo. —gesticuló con las manos —¿Es qué no me quieres? Sé que no soy muy gua-

—Tú jamás sabrás lo hermosa que eres para mí —acaricié su mejilla, imaginándome a Kage enfrente mío. Su pelo rubio, sus hermosos labios, y esa singular nariz tan graciosa que tiene —Eres preciosa, bebé, eres perfecta.

No sabía lo que decía, estaba jodidamente loco en ese momento. Cerré los ojos, y situé mi rostro en su cuello, inhalando su dulce aroma a vainilla. Ella soltó un suspiro agudo, tratando de reprimir con los labios algún sonido de placer. Besé lentamente su cuello, llegando a ese punto dulce donde sabía que era su punto débil. Otro suspiro, y no pudo retener otro gemido.

—Pero quizás sólo esté enamorado cuando despierte.

 Nota importante: todos le debemos la vida a @perfxzayn, porque me dio la idea de hacer esto. Así que síganla y denle gracias, que ella me ayudará  a hacer tooooooooda la secuela. ¡Gracias linda!

Wake me up |Book Three.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora