13

7.3K 769 103
                                    

    Mi espalda chocó contra la puerta, con una mano en el cuello de Kage, y otro en la perilla de la puerta, tratando de abrir ésta. Como arte de magia se abrió, pero era claro que no me separaría de los labios de mi novia, estaba completamente loco sí lo hacía, y sí lo hacía, era porque ella me lo pedía. En mi cabeza sólo daba ideas de hacer feliz a Kage, no sabía lo que hacía claramente, sólo saboreaba los labios húmedos de la rubia con deleite de más, de verdad que lo disfrutaba demasiado. Ella se mantenía acorralada en la pared de mi habitación, poniendo sus manos en mi pelo, y daba pequeños suspiros, sin nada de vergüenza, porque al parecer la casa estaba completamente sola, pero me mantenía callado por sí acaso, o por sí el idiota de Luke interrumpía mi noche de amor como todas las otras veces, que fueron muchas, honestamente.  

   Pude sentir una lágrima mojar mi pulgar, pues mi mano se encontraba cálidamente sobre sus mejillas, pero ella me impidió limpiarla y preguntar porqué lloraba sí estaba conmigo, no sé porqué. Y de verdad que sentía necesidad de sus besos, pero ya no era restregarme contra ella, ó hacerlo en esa cama mediocre, fría, y amplia, sólo era besarla, sólo mi trabajo consistía en eso, porque de verdad que no quería hacerlo. En realidad, sí quería, pero no tanto como juntar nuestros labios, eso me causaba más placer que ningún otro, de hecho, el simple hecho de estar a su lado hacía que me sintiera el hombre-ángel más afortunado y feliz del mundo, porque supongo para mí, que lo era. Y quiero que algún día, ella también diga lo muy enamorada que está de mí. Pero no es que no lo haya dicho en algún momento, pero en ese momento quería lo dijera, sólo para mí, susurrando. Ya no lamentaba no haber estado con ella hace tiempo atrás, ya no.

       Pero me lamentaba que esto no iba a durar para siempre, porque así es. Nuestros deseos, tanto como los de Kage como los míos, no se cumplirían. Vamos, Kage deseaba ir a Venezuela con todo su alma, yo quería pasar por Chile, Perú, Colombia, Argentina, por todo el mundo, por todos los países, y no me preocupaba el dinero, es decir, los dos tenemos alas, ¿Verdad? Y también, yo quería tener unos lindos hijos, llamada Darcy, o Katherine, o Kage, o Luke, o Dylan, ó incluso un pequeño Harry, sería genial y perfecto. No me quejo, lo que estaba viviendo justo en ese momento estaba más que perfecto. Es decir, tenía al amor de mi vida justo a milímetros de mí, sus labios junto con los míos, y yo le susurraba palabras de amor que la hacían sonrojar. Podría ser de todo, depresiva, bulímica, anoréxica, pero menos suicida, porque los suicidas...son sólo ángeles que quieren volver a casa, era algo que me había acordado bien en ese momento. No podíamos dejar que el miedo nos definiera, no podíamos hayar lados brillantes en la vida, porque no había, teníamos que mirar a los menos oscuros, y que una persona, necesitaba más amor del que pudiera pedir, ella quería que le diera amor, demasiado, porque lo necesitaba,  adivinen que hice...se lo dí. Le di todo el amor que le pude haber dado a una persona, a cualquier cosa, y Kage me dio tanto igualmente, que no supe que hacer con él, pero no lo desperdicié.

    Kage se separó de mí y me obligó a que la mirase firmemente a los ojos. Oí su inhanalación brusca contra mis labios y enseguida esa sonrisa mía desapareció como arte de magia, tomó mi mejilla con una mano y yo sólo la miraba con adoración, con la boca boca abierta. Unió nuestros labios de nuevo, acarició mis hombros por encima de la tela cuadrada, mi pelo, y a lo último de nuevo mi rostro. Sonrió modiendo su labio, traviesa, y me pareció hermosa. Alcé su mano, y entrelazé nuestros dedos, pronunciando un: para siempre, muy bajito, que pareciera íntimo, sólo para nosotros dos. Besé sus labios una vez más, húmedamente, y al momento de separarlos, no había una sonrisa en la hermosa cara de Kage.

  

    —Prefiero que esto termine a que estés soñando éstas cosas, Harry. —al momento que habló, fruncí el ceño extrañado por sus palabras tan demandantes, pero asentí sumisamente, sin saber de que era lo que Kage hablaba. Terminé de tragar saliva fuertemente, y me apresuré a negar con la cabeza, no quería que terminara con esto, no quería que terminara con ésto porque era lo único que tenía. Ella se tragó que tenía en las mejillas, no dejándome eliminarlas por mi cuenta una vez más. —Y quizá...quizá te estés preguntando que está pasando conmigo, pero quiero que sepas que te amo, y gracias por salvar mi vida. Gracias por darme de todo, cariño, amistad, confianza, y sobre todo...amor, gracias por darme amor, Harry, no sabes lo agradecida que estoy por nuestro amor demacrado. Tú, tú no sabes —lloró bajando la mirada, la subió de nuevo, y yo abrí la boca para hablar, pero no me dejó continuar. —Tú no sabes lo mucho que te amo, no lo sabes, me salvaste la vida. ¿Recuerdas aquel día? Cuando besé tus labios, y cuando cruzé el umbral, te agradecí del peor mounstro que pude haber conocido...yo misma. Y te juro por ti, por mi vida que eres tú, que siempre recordaré las veces que me hiciste sentir hermosa cuando solo era una bolsa de depresión. Tú no sabes...tú jamás lo hermoso que eres para mí, Harry, pero quizás sólo estés despierto cuando despiertes. Y q-quiero que despiertes ya, Ángel.

     ¡Dame amor, bebé! ¡Bésame, amor! ¡Despiértame, Ángel!

 

      Esas voces en mi cabeza entraban y salían de ella, pero yo no me quise quedar así, yo no me quedaría con los brazos cruzados, saboreando las dulces palabras salidas de su boca segundos antes. Con todo la desesperación del mundo, cogí su cuello, su cintura, y junté nuestros labios por milésima vez en aquel rato de palabras sinceras. Y eso ya no era mediocridad, ya no me conformaba con lo básico, porque de verdad yo no lo quería, yo quería a Kage. El verdadero amor es cuando vas por el difícil proceso, de aceptación, y sacrificio...y aún así te levantas cada mañana enamorándote de nuevo. Abrí los ojos rápidamente y la separé de mí, tomándola de los hombros y abrazándola, oliendo la vainilla en su cuello, mi rostro enterrada en él. Tragué mis lágrimas para susurrar en su oído, sin separarme de ella.

     —Podría hablar de ti todo el día y noche, y aún así tener más de un millón de cosas para decir, pero muchas ya no tienen sentido. —mordí mi labio tratando de tragarme, en un intento  fallido, las lágrimas. Pude sentir su sonrisa rozar contra mi cabello, y dejé un beso corto en su cuello, nada pasional. Tomé una respiración brusca de aire. —Así que sólo diré que eres una persona maravillosa...y que no puedo imaginar una vida sin ti.

      —Abre los ojos, y ve.

¡Y despierta, Harry!

 

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, SOY LA PEOR DE TODO EL MUNDO, LO SIENTO, ESTOY EN CANCÚN Y NO SÉ, NO PUDE SUBIR CAPÍTULOOOOOO :( HARÉ UNA FIC BIEN TIERNUCHIS, PERO NO SÉ DE QUIEN, SÍ DE LARRY *CHAN, CHAN, CHAN* O DE NIALL (O LOUIS) NO SÉ, ¿ME DICEEEEEEEN? Estoy desesperada, y no sé porqué escribo con mayúscula y grito, lol. Faltan bien re-poquitos capítulos para que termine el último fic de la trilogía, Skinny Love, ASÍ LA LLAMÉEEEE, JOOOOOOO. DIME SÍ NO ES BONITO? APARTE ES UNA CANCIÓN DE ED, AAAAAAAAAH. LAs re-amo, chau.

 

i love u a lot, kiana.

Wake me up |Book Three.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora