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                            "Nunca sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes. O quizá sí supiste lo que tenías, pero no sabías que valía demasiado para ti, Harry"

          Los ojos grandes ojos de Page se abrieron con curiosidad, sus mejilillas se sonrojaron, y yo sonreí complacido. No le guardaba ningún rencor a Page, era sólo una niña de diécinueve años, con una vida -seguramente- de mierda, y necesitaba alguna persona para ser feliz, como Kage me necesitaba a mí. Lo entendía bien, pero ahora era asunto olvidado, había quedado en el pasado, completamente superado, o al menos intento eso.

         En realidad no creía en las palabras de Kage ese día. No lo sé, estaba confundido, acababa de dormir, había tenido una pesadilla, no creo que ella se Page. Claro que le creía a Kage, pero era algo demasiado confuso para ser real, de todas maneras, no podrías amar a otra persona que no fuera ella, ósea Kage. Charlie se había marchado, al igual que Ellie y Grace, dejándome visitar a su pequeña hija, y aquí estaba.

      —Hola Harry—saludó con la voz ronca, sonreí con amabilidad, para que no se sientiera culpable de lo que hizo, aunque eso fuera una completa barbaridad. Jugó con su cabello castaño, y me miró con sus gigantes azules, casi grises. Seguramente su padre le había dicho varias cosas sobre cuidarse y un buen regaño —No puedo creer lo que acabo de hacer, estuve a punto de morir...dios, gracias por salvarme, te debo demaciado, muchísimas gracias.

       —Eso no es cierto, Page, de todas maneras y-yo...

       —¿Se siente bien salvar la vida de alguien más, Harry?  —preguntó y yo sentí como mi corazón golpeaba fuerte mi pecho. Ella sonrió con emoción y movió sus dedos, jugando torpemente con ellos. Asentí un poco confundido, ella siguió hablando —Supongo que sí, quiero sentir eso alguna vez, pero estoy lejos de ello, ¿no crees? Hey, ¿Me harías un gran favor?

      Asentí, la chica me dijo que quería que le comprase una flores en la florería cerca del hospital, le obedecí, decía que eran para una amiga suya. En ese momento me encontraba en aquella tienda, cuyo olor era fantástico. Levanté el cuello entre la poca gente que había, y pude ver a la trabajadora de la tienda, enseñándole amapolas a una chica de pelo rubio platino. Caminé hasta allá, con una sonrisa cordial y cortéz a la vez. Sonaba por las bocinas del ambiente de la tienda "Teenage dream", una canción muy bonita y claramente, de la famosa Katy. Llegué a ellas y la castaña me sonrió amablemente, yo todavía sin mirar a la rubia.

            —Hola, eh...necesito margaritas, ¿Podrías traerme un lindo ramo? —la mujer asintió rápidamente, y la rubia detrás de mí soltó una pequeña risa adorable, igual a la de Kage. No quise quejarme, y sólo me volteé a verla.

      Mi mente me debería estar fallando, o imaginaba algo estúpidamente real. Quizá era alguna alucinación por estar escrbiendo cartas a las doce de la noche ayer. Y bueno, son las nueve de la noche, y obedezco a comprar flores, no he dormido, ni comido, ni bebido nada, y eso me hacía mal. Rió nuevamente, sonrojándose, era idéntica. Sus ojos grises que cambian de color con el clima estaban ahí, su nariz graciosa y respingada, sus hermosos labios y sonrisa, dios es perfecta...pero hay un maldito problema...sus cicatrices. Me miró asustada, cuando persivió mi mirada por todo su cuerpo, examinando esa anatomía qué conocía tan bien. Yo estaba asustado, sofocado, confundido, no entendía ni una mierda de lo que pasaba ahí.

           —T-tus margaritas están aquí —tartamudeó, justo como lo hacía Kage cuando le decía algo. Me di cuenta que pasé más tiempo mirándola de lo debido, pues hasta las flores habías llegado. Es raro porque no me cobró nada. Su chaqueta de cuero no cubría para nada esas amargas cicatrices, pero sí algunas liguitas de plástico de colores —La chica dijo que te las regalaba porque eras un nuevo cliente, y también porque tienes un cupón, ¿Entiendes?

          —Claro que sí —pronuncié con una sonrisa amable, ella frunció una ceja, y mi mandíbula se tensó, pero la disfracé con una sonrisa falsa. Se cruzó de brazos, y me entregó las flores, antes gruñir —Y ahora, ¿podrías decirme tu nombre?

          —Mira, amigo, sé que sonaré grosera, pero realmente no me interesa ninguna relación en éste momento. No me has dicho tu nombre, deberías hacerlo. —movió su cadera impaciente, tiene el mismo mal genio que Kage cuando no le dan o dicen cuando quiere. Reí nerviosamente, ella frunció el ceño, esperando una respuesta —¿Cual es tu nombre, chico de tatuajes?

        —H-Harry Styles —recordé aquella vez, nuestro primer encuentro, eran casi las mismas palabras que usó aquella vez. Debe ser una mala pasada de mi mente, o quizá ellos me están haciendo pagar por lo que le hice a Kage, puedo jurarlo —¿El tuyo? —prendí un cigarro y me lo llevé a la boca. Ella me lo quitó de inmediato, y lo pisó, yo la miré indignado.

         —Kage Sweeney —miró el suelo y sonrió complacida por su obra de salvarme del humo. Abrí la boca, pero de ella sólo salió un jadeo inecesario, no podía ser. Fruncí el ceño  —Pero puedes decirme Ángel, Harry Styles.

Yaaa, deberían  amarme xddd les tengo su cap. Díganme sí quieren acción entre Kage y Harry e.e éste cap se lo dedico a alguien muy lindo. Mi señorito favorito, y aparte lee la fic :) te quiero <33

¡Tenemos Tráiler, gracias a AlwaysLaughs la amo! Enjoy y síganme en ig, @kage_sweeney :)

With love, kikis  

Wake me up |Book Three.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora