Denis 7

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—Sigo sin entenderte — comenta Maddie caminando a unos cuantos centímetros cerca de mí en dirección al establecimiento, ha estado haciéndome preguntas sobre Cara todo el camino a la universidad.

Me pregunto porque la subí al coche cuando la vi esperando la parada del autobús, cada día que pasa me convenzo más de que Maddie es la versión femenina de Louis.

—No pretendo que lo hagas—respondo desinteresado sin detener mi recorrido a las áreas verdes, tumbándome en el pasto.

La rubia me imita, no sin antes lanzarme una mirada envenenada.

—Yo he visto como sufre por ti y a ti no importarte en absoluto— se queja me encojo de hombros restándole valor a sus palabras.

— No debería afectarte como me relaciono con los que me rodean. ¿Sabes? me caías mejor cuando eras casi muda.

—No puedo quedarme callada ante las injusticias, le importas demasiado, incluso un ciego podría verlo sin esforzarse

Ahora es mi turno de darle a notar mi enfado cuando la miro.

—Yo no le pedí que se preocupará por mi ¿bueno? Si ella decidió hacerlo no es más que su problema—Escupo irritado.

Maddie menea la cabeza con la desaprobación reflejada en sus facciones, se pone de pie preparada para irse, sin embargo se planta justo en frente solo para decir:

—Espero que no tengas que arrepentirte después. —luego de eso se gira sobre sus talones y sigue su camino ignorando mi presencia.

—Vete quiero estar solo— murmuro al verla lo bastante alejada.

Expulso un suspiro sacando la frustración acumulada mientras fijo la mirada en el puñado de los estudiantes entrando y saliendo del edificio, perdiéndome en el recuerdo de lo que sucedió esa noche.

Un salto, y esto se acaba pienso para mis adentros, con los ojos cerrados tratando de mantener el equilibrio. Doy una inspiración profunda para darme el valor que necesito.

Hazlo, termina con esto de una maldita vez habla alguien a mi izquierda, abro los ojos girando la cabeza hacía aquella voz.

Hallándome a mí mismo, a ese Denis que ha estado manejando mi vida a su antojo. Examina mi rostro con cierta diversión, su cabello revolotea gracias a la brisa ventosa que rompe en sus rizos despeinados.

Mostrándome una sonrisa torcida que lo único que me produce es un escalofrío que se desplaza por cada uno de mis nervios.

Cobarde, eso es lo que eres. Un cobarde enfatiza el adjetivo con el afán de molestarme, el resentimiento comienza a entumecerme hasta los músculos mientras lo veo regodearse de mi situación.

—No soy un cobarde— replico en un susurro volviendo la mirada al frente.

Demuéstramelo—me reta ensanchando su sonrisa socorrona.

Decidido a enseñarle lo que soy capaz de hacer me acerco poco a poco al filo del puente.

Pero entonces una mano cálida aprieta la mía, susurrándome un resiste volteo y no sólo veo a Cara en situada a mi derecha sino también al pequeño Allen quien me mira suplicante.

Quédate conmigo Denis—ruegan al unísono, haciendo que el corazón me lata tan deprisa que me tengo que obligarme a jalar un poco de aire.

Por Ti Lo Haria Siempre #2 (Disponible En Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora