VII. Epilogo

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Caminaba por los fiordos helados de la antigua Noruega, mi país natal. Buscaba a una chica, se llamaba Ellen, era una niña maravillosa, atenta, siempre llevaba una sonrisa contagiosa. La quería tanto. Volvi a la base abandonada, era una misión de la que quizás no regresaría. Decian que IAN se había descontrolado y mataba a todo aquel que se acercara.

Entre en la base, el sitio estaba destrozado. Vi una lapida cerca de la chimenea, me acerque extrañado.

"¿Por que IAN haría algo asi?"-pense observando la tumba.

- "En memoria de Pio" –me fije detenidamente en la letra- Ellen...-murmure alertado y comence a buscarla dando gritos por todo el lugar.

Llegue al centro de la base y me paralice. IAN estaba delante de mi dándome la espalda, observando una capsula de cristal fijamente, su holograma era claro y parpadeaba. Saque mi electro-barra y me acerque con cuidado. Entonces la vi. Era ella. Era Ellen... La electro-barra cayo de mis manos.

"¿E-esta muerta...?"-pense y cai de rodillas al lado de la cúpula.

- ¿E-ellen?-la llame con la voz rota mientras sentía que las lagrimas se acumulaban en mis ojos- n-no...no no no...Ellen...No Dios no..-comence a llorar, sentí como alguien me ponía la mano en el hombro.

Me gire y mire a IAN, el sonrio triste.

- Ella duerme... Ella quería morir... Pero ahora tu estas aquí... Y ella vivirá...

Lo mire con los ojos llorosos y solte un sollozo de alivio. IAN comenzó a parpadear y fallar.

- La cuide... y me mantuve encendido proporcionándole aire limpio y cubriendo sus necesidades básicas... La salve.. ¿no?... –cada vez fallaba mas- por favor dime que la salve...

- La salvaste IAN... la salvaste..-dije con voz rota.

- Ya no soy un monstruo ...¿verdad?....Ahora..¿Soy bueno? Cumpli mi deber... –dijo desapareciendo.

- Si IAN...-las lagrimas se deslizaban por mis mejillas.

El sonrio.

- Adios Sam... Adios Ellen...Gracias por todo...-desaparecio, la base entera se apago.

IAN había eliminado su propio programa y había modificado su placa para mantenerla con vida. Abrace a Ellen llamándola, pero no despertaba, su respiración era suave y tranquila, le acaricie una mejilla.

- Vamos...volvamos a casa Ellen...-se movio un poco, le bese la mejilla y la cogi en brazos.

Sali de allí y camine hacia el horizonte, el Sol se ponía y el cielo era anaranjado.

- Adios IAN...-dije antes de partir.

"No sabia cuando despertarias, pero me daba igual, cuando lo hicieras yo estaría allí, y estaba vez si te regalaría el mundo de mis relatos..."


I.A.NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora