∽Narra Nikki∽
A las 22:45 del Domingo, Patrice y yo estábamos vestidas y listas para la fiesta. Ella llevaba un jersey color vino, unos vaqueros pitillos y unos tacones negros. Yo llevaba una blusa azul, unos leguins negros y unas manoletinas blancas.
Patrice me había dicho que debíamos esperar hasta que los supervisores pasasen de largo. Para ello teníamos que meternos en la cama y aparentar estar dormidas.
Cuando los profesores salieron de la habitación, Patrice y yo nos dirijimos a la ventana. Ella la abrió y saltó a una rama de un árbol. Me impresionó lo ágil que era. Yo me asomé para calcular el impacto contra el suelo. Estábamos en el 3° piso, por tanto sería una dura caída. Miré a Patrice con la esperanza de que esto fuese una broma, pero ella me devolvió una mirada de "Tírate de una vez, que me aburro". Salté encima del alfeizar de la ventana. Cerré los ojos y dí un salto. Solo los abrí cuando por poco me caigo de la rama. Me sujeté con ambas manos a la rama, mientras que mi cuerpo colgaba en el vacío. Mi corazón se aceleró y comencé a sudar.
-¡Nikki!-Patrice me cogió de un brazo y me subió como pudo a la rama.-¡Ten más cuidado! ¡Nos podrían descubrir!
-¡Lo siento por no haber saltado nunca de una ventana a un árbol desde un 3° piso!-Dije yo tratando de controlar mi respiración.
-Dejémoslo y vayamos a la fiesta. A éste paso se acabará antes de que lleguemos.
-Y como piensas...-Pregunté dudivatiba cuando Patrice lo demostró.
Se agarró a una rama más pequeña que en la que estábamos. Después a otra y así hasta que aterrizó en el suelo. Me miró y me hizo un gesto con la mano de que la siguiera. Yo la miré con la boca abierta.
-¡Venga!-Dijo con voz cansina.
Me agarré a la rama más cercana y comencé a bajar. Cuando me quedaban solo dos ramas hasta llegar al suelo, la rama en donde me estaba sujetando se partió. Caí desde más de dos metros, pero por suerte aterricé de pie y la hierba amortiguó mi caída. El tobillo me dolía un poco pero ignoré el dolor.
Seguí caminando hacia el origen de las luces y la música. Cuando llegamos a la fogata me encontré con que no conocía a nadie de allí. Hice un intento para buscar a Alex, pero no estaba allí. Había algunos chicos ebrios bailando con otras chicas igual de borrachas. La mayoría estaban moviéndose al ritmo de una música distinta a la que estaba sonando. No me sentía muy cómoda allí. En mi antiguo pueblo jamás había bebido nada que tuviese alcohol. Me repugnaba como la gente podía beberse algo que los destrozaba por dentro. Patrice se había marchado con Countrey y con otros amigos, dejándome sola. De repente un chico vomitó detrás de un árbol. Me empezaron a dar nauseas e intenté escabullirme de la fiesta. El único sitio a oscuras era el cenador.
Cuando llegué allí me llevé una sorpresa. Una figura vestida de negro se asomaba por una de las ventanas, con unos prismáticos.
-¿Alex?-Le llamé.
Él se dio la vuelta y me miró. Con esos ojos azules que tanto me gustaban. Se sorprendió al verme.
-Vaya. ¿Qué hacías aquí fuera?-Preguntó el alzando una ceja.
-Supongo que podría preguntarte lo mismo.-Le miré de arriba a abajo.-¿Los estábas espiando?
-No, solo controlo que nadie se pase de la raya.
Me extrañé por los prismáticos. Solo alguien con una extraordinaria vista y con visión nocturna podría ver algo en aquella oscuridad. La conversación terminó y me sentí incómoda. Decidí dejar de ser tan tímida con los chicos y me lancé.
-¿Por qué me has estado ignorado toda la semana?-Pregunté segura de mi misma.
A él le sorprendió la pregunta. Se sonrojó. Frunció el ceño intentando darme una respuesta.
-Era por tu bien.-Levanté una ceja.-Como habrás visto, no soy muy querido entre los "prototipo medianoche".-Hizo comillas con los dedos.-No quería que se enfadaran tus amigos contigo por mi culpa.
Bajó la mirada. Yo me sentí confusa. ¿No se había acercado a mi por no causarme problemas? Mi salvador del bosque no se había ido. Seguía protegiéndome.
-Oh... eh... no son mis amigos. Solo estoy con ellos por Patrice.-Hice una pausa y le miré a los ojos enfadada.-Es mi única amiga.-Repliqué alterada.-Pero tú con los demás pareces ser bastante seguro.-Me crucé de brazos.
Alex se sorprendió por mi tono de voz. Su mirada se tornó sombría. Bajó la mirada al suelo. Se metió las manos en los bolsillos. Parecía querer aparentar vergüenza, pero más bien daba miedo. Levantó la mirada hacia mi. Sus ojos estaban fríos.
-Es una larga historia.-Apartó la mirada.
Eché un vistazo a la fiesta.
-Tenemos tiempo.-Dije yo segura.
Él se recostó en una pared del cenador. Sus ojos estaban entrecerrados, en actitud pensativa. No parecía querer hablar de ello.
-Digamos que... no se me da muy bien hacer amigos.-Yo me reí en mi mente. No le había costado mucho hacerse amigo mío.-Siempre estoy viajando de un lado para otro y... mis amigos desaparecen de mi vida tan rápido como llegan.-Iba a añadir algo pero se lo pensó mejor y se calló. Su mirada volvió a la fiesta.
Me sentí mal por él. Me puse roja como un tomate. Alex se recostó en una pared. En la oscuridad se apreciaban mejor sus grandes músculos. Además, como toda su ropa era negra, parecía una sombra. Volvió a mirar por sus prismáticos. La conversación había terminado y ya no sabía que decir. Una vez más, la distancia que nos separaba era demasiado grande. Él notó que le estaba mirando. Apartó los prismáticos de sus hermosos ojos. Entonces se golpeó con la mano, sin querer la esquina de un adorno del cenador, que eran bastante afilados. Un hilillo de sangre le calló por la palma de la mano. Alex se mordió el labio, tan fuerte que se hizo sangre. Apretó los puños intentando no gritar. Giró la cabeza, quedándome sus ojos fuera de mi campo visual. Una vena se hinchó en su cuello.
-Te... Tengo que... irme...-Su voz sonaba entrecortada y más grave de lo normal.
Corrió hacia la salida del cenador. Pude apreciar un destello azulado procedente de sus ojos. Antes de que desapareciera intenté alcanzarle. Pero vi algo que me dejó helada. La herida de su mano... había desaparecido...
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Medianoche
WerewolfNikki, una adolescente de 16 años, ojos gris tormenta y pelo marrón miel, que no soporta a las personas que se creen mejor que los demás, a sido traslada a un internado llamado Medianoche, situado en el noroeste de Estados Unidos. Sus padres la mand...