Capítulo 3

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∽Narra Nikki∽

Cuando ese misterioso chico me cogió le miré a los ojos. Sus ojos eran de un color verde oscuro. Y su pelo marrón clarito le daba un aire de amabilidad. Nada más lejos de la realidad.

-¡Pero que haces!-Gritó enfadado.

-¿Qué?-Dije confundida.

-¡Me has arrugado la camisa!-Muchas miradas repararon en nosotros.

-¡Pues, bájame!-Dije también cabreaba.

-¡Encantado!-Me dejó en el suelo de forma brusca. La falda se me levantó ligeramente.-¡Adiós!-se dio la vuelta y se fue.

-Engreido...-Dije cuando desapareció por la esquina del pasillo.

-Parece que ya has conocido a Marcus. -Dijo una voz femenina tras mi espalda.

Me dí la vuelta y me encontré con una chica de pelo rubio, muy rizado. Tenía los ojos verdes claritos, sombreados con unas largas pestañas. Parecía la típica chica pija.

-Si...-Dije desanimada.

-No te preocupes. No todos lo alumnos de Medianoche somos así.-Dijo con una sonrisa.

-Eso espero.-Dije con otra sonrisa.

-Soy Patrice, encantada.-Me tendió su mano.

-Nicole, pero me llaman Nikki-Le estreché la mano.

Ella la retiró y se la frotó.

-Vaya tienes mucha fuerza.-Dijo extrañada.

Yo solo sonreí. Era bastante amable.

-Vayamos al vestíbulo. Va a comenzar el discurso.

En el vestíbulo había muchísima gente. Casi no cabíamos en él. Mientras la directora subía al podio, yo busqué a Alex. No estaba por ninguna parte.

-Bienvenidos a todos al internado Medianoche. Soy la directora Bethany. Este año estamos muy agradecidos por la llegada de los nuevos estudiantes. Nuestro cometido en este internado es el de reformar a los alumnos rebeldes que no tienen modales...

Dejé de escuchar para dedicarme a buscar a Alex. No estaba por ninguna parte. Eso me extrañó. Pensaba que iba a estar por aquí, pero al parecer me equivocaba. Ahora que lo pensaba mejor Alex era muy parecido a los chicos de aquí. Era alto, musculoso, guapo... Mientras los pensaba me sonrojé ligeramente. Lo único que lo diferenciaba de ellos era su carácter justo. Vaya, ya estaba hablando como si le conociese de toda la vida. Esos ojos azules me cautivaban, junto con su pelo negro azabache.

En el vestíbulo había otras personas que tampoco encajaban allí. Había un chico, de pelo con rastas rojizas, que llevaba una gorra con su nombre, Vic, escrito en letras mayúsculas. Mientras lo buscaba me choqué con una chica. Era bajita y pálida. Su pelo marrón café estaba cortado tipo chico. Sus gafas grandes ocultaban sus ojos marrones oscuros. Por su postura podría deducir que era muy tímida. Miraba hacia el suelo y su pelo le tapaba los ojos. Tenía las manos juntas como si fuese débil.

-Lo... lo siento...-Dijo en una voz apenas audible.

-No te disculpes,-Sonreí amablemente.-He sido yo que se a chocado contigo. Discúlpame.-Le tendí mi mano.-Soy Nicole, pero me llaman Nikki.

-Ra... Raquel.-Me estrechó la mano con muy poca fuerza.

-¡Nikki! ¡Corre ya han puesto los carteles de las parejas de habitación! -Patrice me cogió del brazo.

-Vale.-Miré a Raquel.-Ya nos veremos.

-Si... hasta luego...

Patrice me arrastró hasta un corcho en el que había una lista de parejas con sus respectivas habitaciones al lado. Busqué mi apellido.

-McWhite... McWhite... ¡Aquí está!

-¡Genial! ¡Nos a tocado juntas!-Dijo entusiasmaba Patrice.

-¿Tu apellido es RossoSangue?

-Si. Es extraño, ¿Verdad?

-Y que lo digas.-Sonreí, Patrice parecía una gran amiga.

-Vamos a verla. ¡Rápido!

Subimos las escaleras corriendo. Casi me resbalé una vez pero Patrice me cogió en el último momento.

-Lo siento. No controlo muy bien mi cuerpo. Éste verano crecí mucho y aún no me he acostumbrado.

-No te preocupes. Todos crecemos tarde o temprano.

Miré a Patrice. Ella era alta y esbelta. Daba la sensación de que tenía a todos a sus pies. Sentí un poco de envidia hacia ella. Llegamos al tercer piso y entramos al pasillo. Había dos puertas. Según la lista la nuestra era el 3°A. Entramos en ella y nos desilusionamos un poco. Las paredes eran grises, sin ningún adorno en ellas. Las ventanas eran poco llamativas. Tenía dos armarios y dos camas. En medio de las dos había una pequeña mesita de noche. Patrice dejó su teléfono móvil encima de la cama que estaba más cerca de la puerta.

-¡Me pido ésta cama!-Gritó tumbándose en ella.

Yo me reí de ella y me senté en la otra cama.

-Y dime... ¿Te gusta algún chico del internado?-Preguntó con una mirada pícara.

-¿Eh? Ah... No lo se... No conozco a mucha gente...-Dije mirando a otro lado.

-Mmmm...-Me miró alzando una ceja, como si no estuviese muy convencida.-Lo que tú digas...

-¿Y a ti? ¿Te gusta alguien?-Pregunté cambiando de tema.

-Oh, si. Se llama Angelo Armidachi. Es italiano.-Dijo con la mirada en las nubes.

-Ah... ¿Donde os conocisteis?-Pregunté como cualquier amiga.

-En la Torre de Pisa, al atardecer... Yo estaba perdida y él me ayudó a encontrar el hotel.

-Oooh... Que romántico...-Respondí imaginándonos a mi y a Alex en esa situación.

-Por cierto. La directora me a dado una lista de normas.-Dijo enseñándome un papel.

Las leí por encima.

«1°-No salir más tarde del anochecer.

2°-Asistir a todas las clases del día.

3°-No molestar a los profesores.

4°-No traer animales al internado.

5°-Solo se podrá ir al pueblo en las escursiones planificadas.

6°-No entrar solo al bosque.

7°-Hay que estar en la cama antes de las 22:30.»

Dejé de leer. Eran unas normas muy estrictas. Las dejé encima de la mesilla y me tumbé en la cama. Patrice llamó mi atención chasqueando sus finos dedos delante de mi.

-¿Te gustaría ir a una fiesta este Domingo? Va a ir casi toda la gente del internado.

-Claro. ¿Por qué no? Será divertido.-Respondí con una sonrisa.

-Muy bien. Es después del toque de queda.-Me miró con una sonrisa maliciosa.

-¿Pero eso no está prohibido?-Pregunté indecisa.

-Si. Pero es para celebrar el último fin de semana de vacaciones.-Dijo mientras sacaba un jersey verde esmeralda de su maleta.

-¿Y como lo haremos?-Dije mirando la poca ropa bonita que tenía yo.

-Tú solo ponte guapa.-Dijo como si nada...

MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora