Cap. 2

594 36 7
                                    

Camus:

Hoy me siento extraño, como que todo mi vacío se hubiese llenado y parece ser que fue desde que le hablé a Milo, cada día hablamos más y nos conocemos. Me alegra haber conocido a alguien, así ya no estaré sólo.

Al bajar a clases me dirijo a mi salón, llegue y  tome  asiento, a los pocos minutos llegó el profesor,  los pocos que estaban de pie o charlando corren a sentarse y guardan silencio, llenando el aula de un silencio sepulcral.

—Mi nombre es Surt, y seré su nuevo  profesor, quiero decirles que no me sé sus nombres, por lo que le pido a todos que mencionen sus nombres.

Uno a uno los fue señalando y uno a uno fueron diciendo sus nombres, hasta que llego mi turno.

—¿Cómo te llamas?

—Camus... — dije casi en un susurro, la verdad odiaba estar ahí, de algún manera me sentía incómodo y observado.

—¿Cómo, podrías hablar más fuerte?

—Camus —dije un poco molesto y  fuerte.

—Muy bien — me lanzó una mirada un tanto extraña que me hizo sentir aún más incómodo.

Durante la clase el profesor no dejaba de mirarme raro, es decir, explicaba y me miraba de reojo, la clase pareciera que duró horas. Cuando por fin terminó salí lo más rápido que pude del salón, no quería quedarme ahí, aparte de que se me hizo aburrida el profesor se comportaba extraño conmigo, pero bueno, pasaron las demás clases y después el receso, iba caminando por el patio buscando a una sola persona, me encontraba cerca de una de las mesas, pasaba por ahí cuando escucho  una voz que dice mi nombre, volteo y es el profesor  ¡por qué a mi! me dirijo a él un poco disgustado, al acercarme lo suficiente, me dijo:

—Veo que eres muy tímido ¿no es así? — dice mientras lleva una de sus manos a mis mejillas y comienza a acariciar  una de ellas

—Y-yo... sí profesor, soy nuevo aquí – dije mientras voltee mi rostro y al fin logré soltarme de su agarre.

—Eso veo – dijo alejando su mano  – me preguntó si serás bien portado o malo – dice soltando una carcajada, la cual me hizo  estremecer.

Milo:

Llevo aproximadamente una semana de conocer a Camus, se me hace agradable estar a su lado y compartirle cosas que a nadie más le había dicho. Me sorprende que el lo haya logrado en una semana lo que otros lograrían en años, algunas veces mi tristeza se esfuma por completo cuando estoy con él, y eso me extraña un poco.

En eso me encontraba pensando mientras caminaba por el patio, cuando alze la vista y observó a Camus hablando con alguien más, al parecer era un profesor, observé su lenguaje corporal y supuse que estaba incómodo con aquello, así que opté por lo siguiente:

—¡Camus! – grité para llamé su atención, note que su rostro se iluminó.

Él voltea le dice algo al profesor y camina hacia mi,  al llegar me saluda.

—Hola Milo.

—Hola Camus, ¿ahora no estas leyendo un libro?.

–La verdad quise descansar un poco de la lectura y pasar el rato.

–Ya veo, ¿Quieres hacer algo?

–Claro, ¿podemos platicar o dar una vuelta?

–Me parece buena idea, vamos – veo que él comienza a caminar. Volteo y ese profesor nos observaba, pero sobre todo note su mirada sobre Camus, lo miré con frialdad, como si de una amenaza se tratase.

–Milo, ¿Estás bien, qué miras? – dijo Camus, sacándome de mis pensamientos.

—Nada, vamos a dar una vuelta – mire de reojo a este y nuestras miradas se cruzaron, no le di importancia y seguí con lo mío.

Disfrutaba escuchar las anécdotas que Camus me contaba durante el paseo por los jardines. Aún tenía la intriga en mí, pero traté de no darle importancia.

—¿Qué tienes? — dijo Camus preocupado.

—No es nada, sólo que ya casi se termina  el receso, por cierto, casi se me olvidaba. Toma, es un regalo — digo sacando un libro envuelto.

—Wow, muchas gracias Milo — dice tomándolo con una sonrisa.

Rompió cuidadosamente el envoltorio, revelando el libro.

—"Romeo y Julieta", wow jamás lo he leído, ¡gracias!— dice mientras me da un abrazo, cosa que hace que me ponga nervioso.

Al separarse, pude notar que sus mejillas estaban cubiertas de un leve tono rojo, él decide regresar  y yo sólo lo sigo, en ese instante se armó un silencio incómodo.

Llegamos al patio, ví que iba a decir algo, pero fue interrumpido por el sonido del timbre y me quede con la duda de qué me iba a decir.

*********************************
Hola, ya sé que tardé un poco pero aquí lo tienen, espero les guste.

Nos leemos después...

|| Mi Pequeña Obsesión || Shotacon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora