VI

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Paul's pov.

Iba camino al spá, tenía una cita para un masaje. Mar, mi mejor amiga, me había dicho que necesitaba algo para aliviar mi tensión, ella dice que estaba muy tenso.

Luego de unos minutos de tráfico, llegué al lugar. Tenía un aspecto relajante, paredes color crema y un aroma a rosas.

-Eh... buenas tardes. Tengo una cita para un masaje. -le sonreí a la recepcionista. Tecleó algunas cosas en la computadora y me miró.

-Sí, pero llegas quince minutos tarde y nuestra ultima masajista se ha ocupado. -devolvió su vista al computador. -pero, para tu suerte, uno de nuestros mejores masajistas está disponible. -sonrió.

-¿Uno?, ¿es hombre? -fruncí levemente el ceño. La verdad es que esperaba a una rubia de grandes atributos, no quería un masaje con un hombre pero tampoco quería perder mi tiempo. La recepcionista asintió. -está bien.

-Ven conmigo. -se levantó de su asiento y llegamos a un cuarto un poco más pequeño. En medio de la habitación había una cama para masajes y en ella había una toalla, en las paredes habían estantes con cremas o aceites. -Entra al baño de ahí y te quitas toda la ropa, luego te acuestas en la cama boca abajo y te cubres con la toalla. Nuestro masajista no tarda en llegar. -me regaló una sonrisa y se salió.

Hice lo que me indicó, fui a acostarme en la cama y coloqué la suave tela de la toalla sobre mis glúteos, esperando que llegara John, al parecer así se llama mi masajista. Pasaron cinco minutos, la puerta fue abierta y cerrada rápidamente, una figura masculina se acercaba a mí. Levanté mi mirada y me encontré con unos impactantes ojos café, nunca en mi vida había visto unos así; y ni hablar del resto de su apariencia. Tenía el cabello de un color castaño claro, seguramente era más alto que yo. Tenía unos jeans negros ajustados y una camisa blanca. Me consideraba heterosexual, pero debo admitir que él era muy guapo. 

-Buenas tardes. -su voz gruesa hizo que mi piel se erizara. -Soy John, tu masajista.

-Hola, soy Paul, el gusto es mío. -traté de no sonar nervioso.

--Bien... ¿qué tipo de masaje quieres? -preguntó.

-No sabía que tenía que elegir. -sonreí un poco apenado

-De eso no te preocupes. -sonrió otra vez. - Eso se soluciona, ahora solo relájate. Yo me encargo del resto.

Volví a recostar mi cabeza, podía sentir mi cuerpo temblar.

John's pov:

Agarré una de las botellas que se encontraban en los estantes, abrí y vertí un poco de ese líquido en mis manos. Coloqué mis manos sobre la espalda del pelinegro y sentí cómo su piel se tensaba al tacto.

-Relájate. -susurré en su oído mientras pasaba mis grandes manos por su cuerpo. Comencé haciendo movimientos lentos y circulares por la parte de sus hombros y descendía hasta el final de su espalda, haciendo presión para alivianar sus músculos, hasta casi rozar el gran trasero de Paul.

Mordía mi labio mientras tocaba su pequeño cuerpo. Cómo me gustaria verlo montado sobre mi polla ahora mismo, encima de la cama de masajes o en el suelo, no importa dónde. Su trasero se veía tan apetecible desde mi punto de vista, quería tocarlo, estrujarlo, darle nalgadas, que Paul gritara mi nombre.

Seguía con el masaje, deslizaba mis manos de arriba abajo, desde los hombros hasta su trasero, que cada vez se iba destapando más. Me eché un poco más de aceite y continué con sus piernas, eran tan perfectas. Tomé el muslo derecho y fui haciendo movimientos ayudandome de los pulgares, bajando hasta sus pies y volía a subir al muslo frotando con delicadeza, tocando apenas el trasero del chico y con estos movimientos, su entrada también. Cómo me gustaría introducir mis dedos y lengua en él. Eché un poco más de aceite en mis manos, que accidentalmente se iban dento de sus muslos.

yes, Daddy. [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora