II

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Sus manos agarraban con fuerza esos cabellos negros. Suspiros salían del pequeño, le encantaba que Daddy haga eso y a Daddy le encantaba que Paul lamiera su pene de esa forma. Siempre trataba de mirar a Daddy cada vez que lo hacía y si lo hacía bien podía ganar un gran premio.
Se le hacía un poco díficil hacerlo con las manos esposadas a sus espaldas, pero hacía lo mejor que podía.

-Voy a correrme. -dijo con voz ronca y entrecortada el chico de cabello castaño.

Lamía con más intensidad hasta que sintió aquel liquido pegajoso en su boca. Empezó a mover sus labios de manera lenta, casi mordiendolo, mientras el mayor gritaba con fuerza y presionaba más su cabeza tirando de sus cabellos.

Cuando los espasmos fueron pasando, quitó su miembro de la boca del menor e hizo que este se pusiera de pie. Quería verlo en la penumbra. Su pequeña faldita estaba un poco arrugada y sus medias llegaban por debajo de sus muslos. Lo observaba de pies a cabeza, fijándose en cada detalle hasta que se detuvo en sus labios.

Tenía la boca repleta de semen, querían caer algunas gotas pero lo evitaba, atrapandolas con su lengua. Entonces John no resistió más y lo besó con desesperación, ese pequeño lo volvía loco. Paul jadeaba cerca del oído de John mientras sentía que su ropa interior se ajustaba cada vez que rosaba su pelvis con John.

-¿Lo vamos a hacer pronto, Daddy? -susurraba en el oído del mayor en voz baja.

-¿Hoy fuiste un niño bueno? -rió por lo bajo.

Paul sólo asintió reiteradas veces.

-Dijiste una mala palabra cuando no compré aquel dulce, ¿recuerdas?. -susurró e hizo que se arrodillara en la cama y fue directo a uno de los cajones y sacó un pañuelo rosa. Luego hizo unos cuantos ruidos más, Paul estaba muy excitado como para adivinar qué hacía.

Pronto se dejaron de escuchar toda clase de ruidos. Hasta que sintió una mano golpear su trasero. Gritó muy fuerte. La mano volvió a repetir lo anterior y sintió un hormigueo donde se había posado, amaba sentir esas cosas.

En el tercer golpe maldijo.
Eso hizo que se ganara tres más.

-¿Quién es tu Daddy? -gritó John sobre los jadeos del pelinegro.

-John, John es mi Daddy. -gritó con fuerza al sentir otro golpe. Estaba tan excitado.

-Oh, no te escuché bien. ¿Quién es?

-¡John, John es mi Daddy y el único que me folla! -gritó con desesperación.

Sintió un vibrador en su interior. Lo metía y lo sacaba sin importar los gruñidos del pequeño. Sus quejidos llenaban la habitación junto con el ruido del juguete entrando y saliendo.
John acariciaba el pene de Paul, estaba a punto de correrse cuando quitó el aparato.

-D-Daddy. -esta a punto de quejarse cuando sintió el miembro de John en su interior. Se estremeción al sentirlo frío por el lubricante, pero luego se sentía perfecto. Las embestidas eran fuertes y salvajes. Algo característico de él.

Se corrió manchando su abdomen y su falda. Sin importarle nada, John siguió embistiendolo, él apenas había comenzado. Paul sentía su cuerpo caliente y cansado pero no iba a parar.

Mordía su cuello con fuerza, John mentió uno de sus dedos en la boca de Paul. Él lo lamía mientras sentía cómo su cuerpo se calentaba de nuevo. Sus manos estaban adoloridas por las esposas, pero no le importaba. John lo masturbaba mientras lo embestía con más fuerza.

Hasta que se corrió en su interior, llenando a Paul de su semen. Gimió con fuerza al llegar unos segundos después. John juntó su semen y lo pasó por esos labios delicados. Paul saboreó hasta que Daddy lo besó de forma tierna, correspondió al beso de forma torpe e insegura.

Paul se abalanzó a sus brazos mientras ocultaba su rostro en su cuello, estaba tan avergonzado. John rió ante aquella reacción.

-¿Siempre vas a amar a Daddy?

Paul asintió.

-¿Nunca me abandonarás? -preguntó con ojos tristes.

John acarició su mejilla de porcelana.

-¿Por qué haría algo así, baby? -preguntó dando pequeños besos en el rostro de Paul.

-m
tengo gafas nuevas y
me duelen los ojitos :c

yes, Daddy. [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora