Se produjo un silencio que me parecía incomodo, quería tratarlo amablemente por haberme defendido, pero algo en mi me lo impedía (como siempre).
-¿Piensas quedarte viéndome todo el rato que este aquí? – pregunte mirándolo de reojo, y como siempre con mi pequeño tono de rigidez… él se disculpó y giro su vista a otro lado, sabia que era timido conmigo porque le gustaba, pero pareciera que para mi era imposible demostrarle afecto o gratitud.
-¿Por qué?... ¿por qué te sigues relacionando conmigo a pesar de lo fría y cortante que soy contigo?- dije pausadamente mientras seguía miraba por la ventana revisando que llegaran por mí - ¿Qué tengo que hacer para que ya no te metas más en mi vida?- pregunte mirándole de reojo. No quería que siguiera saliendo lastimado por mi culpa, ni siquiera tenía el valor de preguntar como seguía de sus costillas, o si le dolía mucho el golpe en la espalda.
-¿Y yo que tengo que hacer para que me des una oportunidad de acercarme a ti?- dijo rápidamente volteándose hacia mí. Solté un suspiro y me levante de mi asiento, me dirigí hacia donde se encontraba y me senté justo en una banca que esta frente a él.
-Porque no durare mucho tiempo en esta ciudad…- dije viéndole a los ojos.
-tienes que estar bromeando, te mire a mediados de abril en una tarde lluviosa en la estación – Me respondió mirándome a los ojos.
Recordé ese día y que lo había visto por primera vez en ese lugar, el chico de la chaqueta café y gorro gris, sabía que era el mismo que me hablo la segunda vez que fui a esa estación, pero no me atrevía a preguntar.
-sí, es cierto, me viste, pero solo había venido de visita, ahora me estoy quedando aquí, pero no será por mucho tiempo- dijo entre suspiros. Sabía bien que no tardarían en decirme que nos volvemos a ir de viaje.
-¿Cuánto tiempo más te quedaras?-preguntó con algo de inquietud.
-Aun no lo sé… lo más probable es que solo sea una semana o unos cuantos días-dije con la mirada perdida al pensar que quizá solo serían horas lo que me restaba en este lugar.
-creo que deberíamos irnos, pronto cerraran la escuela- dijo consultando la hora en su reloj de pulsera. Por un momento había olvidado que llegarían por mí, por alguna razón quería seguir estando con él.
Nos pusimos de pie y tomamos nuestras cosas para salir de la escuela, al poner la vista en la entrada mire el coche del chofer que me esperaba, pero no era solo él el que me esperaba, me dio temor que mi padre le hiciera algo a Dante, trate de no mostrar mi angustia y preocupación, pero creo no fue suficiente el esfuerzo que puse, ya que él me pregunto si me pasaba algo, yo lo negué rápidamente, pero un sudor en frio recorría mi espalda.
Justo unos cuantos pasos antes de llegar al coche, mi padre bajo de él… no parecía muy contento de verme con alguien, subí rápidamente al coche sin despedirme de él para evitar el incomodo momento que se avecinaba, mi padre lo siguió mirando por un leve momento y de un momento a otro entro al coche para indicarle al chofer que avanzara.
-¿Quién es él?- pregunto mi padre con su agradable tono frio.
-Solo es un compañero de clases, nadie en especial – dije con frialdad para evitar más preguntas.
-Me alegra… -dijo mi padre haciendo una pequeña pausa- porque a partir de hoy será la última vez que lo veas- dijo revisando su agenda. Trate de no hacer mi sorpresa y mi tristeza visible, sabía que esto pasaría y por lo mismo no tenía permitido enamorarme de alguien… o más bien… por eso me empeñaba en mantener a todas las personas alejadas.
No dije nada en todo el camino de regreso a casa, baje del coche y me disponía a ir directo a mi habitación cuando escuche la voz de mi padre garras piando para llamar mi atención haciéndome girar a verlo.
-Te quiero lista a las 10:00 pm de hoy, tus maletas empacadas y tus recuerdos de este lugar aquí, nuestro vuelo sale a las 11:00 pm. – dijo mientras caminaba a la sala a seguir revisando su agenda.
Subí rápidamente y me encerré en mi habitación un buen rato para terminar de empacar mis cosas, que por cierto no eran muchas ya que solo iba sacando de la maleta lo que iba necesitando.
Después de un rato salí a dar el último paseo en esta ciudad, visitando los lugares que me habían dejado agradables recuerdos, iba caminando y revisando las fotos de mi celular y encontré la que más me gustaba, era un hermoso muelle donde llegaban cruceros y jates, y a un lado había una gran y hermosa playa, no lo pensé y me dirigí hacia ese lugar.
Se me fue la mayoría del tiempo en ese lugar, el sol estaba bajando y el cielo adquiría un hermoso color rojizo como el de mi cabello, la última vez que había estado en ese lugar fue hace tiempo, cuando mi madre aún seguía conmigo, creo que por eso a mi padre no le gustaba regresar a este lugar. Había decidido retirarme de aquel lugar antes de que se hiciera más tarde, pero sentí una presencia que se aproximaba a mí y me gire a ver, para mi sorpresa era Dante, la persona menos indicada para ver en ese momento… no soportaba la idea de verlo una vez más y no despedirme, pero ya era mucho de estar huyéndole a este sentimiento que tenía por él, de alguna manera tenía que expresarlo.
-Hola- dije mostrándole una leve sonrisa.
-Ho… hola- dijo al tiempo que sus mejillas se encendían (se miraba muy lindo).
Baje un poco la vista y pude ver una cámara fotográfica que colgaba de su cuello, era realmente hermosa, soñaba con una así desde hace tiempo.
-¿Eres fotógrafo?- Pregunte mirando la cámara.
-¿ha?... ¡aa eso!- dijo tomando su cámara- pues en ocasiones, no lo soy de oficio, pero tengo un blog donde publico las fotos que tomo- dijo sonriendo (insisto, se miraba realmente adorable jeje).
-¡oh eso es increíble!- dije sorprendida y mostrando una gran sonrisa.
Él se recargo en la barra de protección que había, y pregunto que hacía en ese lugar, le explique que el primer dia que llegue a esta ciudad mire este lugar y se me hizo realmente hermoso y quise regresar, mientras cerraba mis ojos para disfrutar la agradable briza que acariciaba mi rostro.
-Te miras algo diferente a esta mañana, ¿pasó algo?- pregunto con una leve sonrisa adornando su rostro.
No sabía si decirle la verdad o darle un pequeña mentira, “quizá sea la última vez que lo veas” pensé mientras miraba el mar.
-en realidad estoy exactamente igual que en la mañana… solo que no muestro mis lágrimas- termine diciendo.
-¿porque no lo haces?
-Porque no quiero preocupar a la única persona que me ha tendido una mano en esta ciudad y que a pesar de todos mis malos tratos sigue estando cerca de mí- dije con las lágrimas ya en mis ojos como si aquella pregunta hubiera sido tan dolorosa como para no soportarlo.
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Relato de un hombre enamorado
Romanceun chico de preparatoria se enamora perdidamente de una peliroja que conoce de ocación en un lugar concurrido por muchas personas, este chico no la vuelve a ver hasta dentro de un tiempo y esta decidido a confesar lo que siente y sabes si esa chica...