-Tres-

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Una de las cosas que me gustan de mi trabajo, son los eventos especiales, los que sea. Por ejemplo, todos los viernes bailó en el tubo, los lunes hay precios bajos con orgía.

Este sábado tengo una despedida de soltero, nunca e estado en una así que espero hacerlo bien.

En esos eventos me explicaron que soy solo del que se va a casar, le pertenecere una noche entera.

No quiero alargar mi relato de hoy, lo dire de una buena vez; quien se vaya a casar coge muy bien.
Así es el asunto:

Resulta que no era mucha gente la que asistió a la despedida de soltero, solo eran cuatro incluyendo a el principal a quien le celebraban aquello.

Yo no voy con rodeos, en cuanto lo vi supe que hoy iba a tener una buena cogida, recuerdo como se bailaba lentamente, intentando insitarlo hasta que sediera y sus amigos animandolo, no era para nada tímido por cierto, tampoco se tardo en manosearme.
Afortunada será la mujer que se casé con el.

Siguiendo con lo que paso, de un momento a otro, terminamos en una habitación los dos, completamente desnudos y calmando nuestra sed de sexo.

Comencé con lo normal, una mamada no le cae mal a nadie, podía escuchar los jadeos que salían de su boca, eso solo me incitaba a seguie. A veces, la gente se sorprende de que tan profunda es mi garganta, las mujeres sin embargo se impresionan de mi lengua tan larga. Lo se, tengo muchos dones para satisfacer deseos sexuales.

Volviendo con la despedida de soltero, mientras chupaba su miembro logre sentir que ya se había corrido y mucho en mi boca, su semen sabia bastante bien.

Luego de ello le di un tratado especial, hicimos básicamente de todo, desde un sesenta y nueve, le hice una rusa, que por cierto su pene palpitaba mucho y eso me excitaba más.

Hicimos de todo, pero lo mejor llego cuando me penetro, los pondré en el momento.

Estaba intentando normalizar mi respiración, ese chico termino de chuparmela, en un abrir y cerrar de ojos yo ya me encontraba a su merced.

Me agarre de su espalda y empezó, esta vez se sintió muy raro, pues se movia con delicadeza y eso solo me provocaba que quisiera más, que anhelara más de el.

Este parecía ser un record, nadie, en lo que llevo trabajando me ha hecho gemir tan alto como lo hizo el, les juro que sentirlo dentro fue al principio muy tierno, pero en cuanto me descuide y baje la guardia me penetro sin ningún tipo de piedad.

Fue extraño a la vez, aún que sea prostituta yo amo mucho a mi marido, lo considero el único hombre con el que siento algo muy sentimental a la hora de tener sexo.

Pero ese hombre...me hizo sentir incluso más cosas que mi marido, quizás solo sean mis altas expectativas pero fue extraño.

(...)

Espero que ese hombre sea millonario, ya que lo estuvimos haciendo toda la noche, juro que ni podía cerrar las piernas.

Ambos estábamos dormidos en mi cama, cada uno enrollado de diferente modo. Fui la primera en despertar.

Al ver su rostro me sonroje un poco, me veía adorable pero me tenía que enfocar. Soy María Reynolds y no puedo enamorarme de un cliente.

Estuve esperando a que despertará para desearle buenos días y buena suerte de paso, pero en eso empezo a sonar lo que parecía un celular, yo no tengo uno.

Era del chico, lo tomo discretamente y vi quien llamaba

Una tal Eliza, joder, ese maldito nombre de nuevo.
Eliza...asumí que era su prometida, María, hay muchas Elizas en el mundo, es completamente imposible que especialmente sea tu Eliza.

Decidí dejar el celular ahí para que el mismo se diera cuenta y así fue.

Contestó algo nervioso —Eliza...buenos días— Se miraba en su cara el cansancio —¿Que porque no llegue anoche? Pues...— Me acerque a el y empecé a plantarle besos en el cuello —Ugr...y-yo me...ah...quede en casa de Lafayette...si...—

La esposa no se escucho convencida ya que le colgó el teléfono, sin embargo yo si estaba allí para escucharlo, no dije nada y solo lo besé, el me correspondió de inmediato.

El beso se tardo un buen momento hasta que me separe dejando nuestros labios rozando —Ve con tu esposa...debe de estar maniaca por verte— volví a besarlo.

Lo lamento mucho pero eso pasa cuando alcanzas más allá que mi punto G.

Este se separo rápido y se vistió, se largo de mi habitación y yo me quede con las ganas de que se quedará.

Ese tal Alexander era un tipo muy bueno y esa tal Eliza era una chica muy afortunada.

Love Me [María Reynolds Fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora