Capítulo 2

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John pasó a recogerme más temprano de lo esperado. 7.30 de la mañana y él ya estaba sentado esperándome en el tercer escalón del porche de la casa. Él detesta el hecho de que si estás citado para una hora en concreto y no llegas a la hora que se te fue dicha, estás siendo un total irresponsable. Pues la otra persona puso confianza en ti para que llegarás puntual y no uno o dos minutos retrasado.
De todos modos, en ésta relación yo soy la que siempre llega impuntual a cualquier lado. Jamás se me ha dado la puntualidad, se me conoce por llegar hasta una hora tarde después de lo citado. John me lo perdona, no puede hacer nada contra lo que es natural en mí.

—¿Por qué esa expresión de querer asesinar a alguien? —pregunta él al verme el rostro. Observa las bolsas bajo mis ojos colocándose el bolso al hombro derecho, el cual sí está en perfectas condiciones—. ¿Qué te pasó? ¿Hay algo que no me has contado aún? ¿Qué me estás ocultando? —eleva una ceja arqueándola—. Sé que estuve de visita en casa de mi abuela y que allí no tengo ningún tipo de conexión WiFi, porque no tengo dinero para comprar Internet móvil pero... —coloco mi mano sobre su boca para callarle. Es natural en él ser hablador, las palabras que dice salen hasta por lugares inimaginables. Veo en sus facciones que tiene la intención de seguir hablando, pero le detengo recordándole una vez más que no lo haga.

—No emitas ninguna palabra más, es mi turno de hablar —le reitero quitando lentamente mi mano de su boca—. Efectivamente, tengo altos deseos de asesinar a alguien. Shawn está por empezar su gira, tal como te lo mencioné hace un par de semanas. Pues, hace tres días mis padres y él tomaron un avión hacía Los Ángeles, dejándome totalmente sola. Y eso no es todo, realmente no me quedaré sola, tendré niñeras y me cuidarán como si fuera una bebé de cinco años —le explico. Instantáneamente al oir la palabra "Niñeras", se le arruga la frente y sus cejas se fruncieron.

—¿Niñeras? —inquiere. Le observo y está de brazos cruzados mirándome fijamente—. ¿Por qué dijiste el sustantivo en plural? ¿No debería ser niñera como un sustantivo singular? —negué haciendo un movimiento leve con la cabeza.

—Eso tiene una explicación, John. Lamentable y desgraciadamente, no es sólo una niñera, sino más de una —señalo detendiéndome con John en el semáforo que ha dado en rojo—. Es una catastrófica tragedia que terminará fatal.

—Sí —murmuró—. Honestamente, suena como una cruel tortura —bromea empujándome hacía la calle en cuanto el semáforo cambia a color verde, indicándonos que ya podemos cruzar.

—No es gracioso. No tiene ni una pizca de diversión el asunto —un quejido proveniente de mi gargante se escapa de ella saliendo por mis labios—. ¡Mis padres simplemente quieren que mi vida social caiga a un abismo vacío que no tiene fin! ¿Entiendes? ¡Esto es un completo suicidio social! —exclamo elevando los brazos en el aire para expresar mi enfado.

John se ríe y le golpeo el brazo izquierdo, ahora es mi turno de reír mientras el soba suavemente la zona afectada.

—Estás siendo melodramática, y mira que sé de lo que hablo.

.

Le estaba hablando a John sobre lo aburrida que será la clase de Química de la segunda hora del día -como todas las demás clases del semestre pasado -, cuando entró al salón el rector de la escuela.

—Buenos días, estudiantes —saludó energético. Las vibras positivas y de vitalidad del hombre brotaban por todas partes en su rostro, llegaba a un punto en el que su ímpetu daba molestia—. Vengo a anunciarles que la profesora Verley ha tenido que irse de ésta institución por motivos personales y que su remplazo para la clase destinada al aprendizaje del Francés por el resto del año será el profesor Whitley —un hombre de aspecto joven entra por la puerta del salón posicionándose frente al pizarrón y quedando con vista periférica de la clase. Él curva las comisuras de los labios hacía arriba formando una sonrisa, súbitamente oigo los suspiros de la mayoría de chicas adolescentes hormonales -incluyéndome - dentro de mi clase de Francés—. Muy bien, le dejo acargo de estos chicos para que se presente —dice el rector dirigiéndose al nuevo profesor suplente. Él responde con un simple gesto y espera a que su superior se marche.

Baby Sitting {old magcon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora