capitulo 1

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era una linda niña de 5 años. me encontraba en el parque sobre arena haciendo un castillo. un niño de mi misma edad, marco diaz, me estaba ayudando. recuerdo que me había dicho que haríamos el castillo mas grande que jamas hayamos echo.

marco: ¡ya veras que esta castillo nos quedara genial! —había exclamado con una sonrisa.

yo: no lo se marco. no ha suficiente arena para hacerlo mas grande.

marco: no te preocupes por eso, ya veras que encontraremos una solución.

recuerdo que el castillo aun estaba a medio hacer. llevábamos solo la mitad de él cuando un niño pateo la pelota y callo arriba de la arena. nuestro castillo se derrumbo por completo.

marco: oh no...

yo: waaa!!

niño: l-lo siento mucho, no era mi intención.

con lagrimas en mis ojos agarre un poco de arena para lanzársela aquel niño, quien salio corriendo con su madre. lloraba mucho. recuerdo que me hacia mucha ilusión crear aquel castillo tan grande del que marco y yo hablábamos todo el tiempo.

marco me observo y saco un pequeño pañuelo de su chaqueta para pasármelo por las mejillas y así secar mis lagrimas. en aquel día no me había dado cuenta, pero ahora que lo recuerdo bien el rostro inocente de marco de niño me tranquilizaba.

marco: no llores. ya veras que para la próxima haremos un castillo mucho mejor.

yo: ¿d-de veras?

marco: ¡claro que si!

yo: tu, siempre eres amble conmigo. yo, solo soy una niña llorona.

marco: yo no creo eso. yo pienso que eres una niña muy bonita.

yo: no es cierto. todos dicen que soy una niña aburrida y llorona. incluso no quieren jugar conmigo los demás niños en la escuela.

marco: eso es por que te tienen envidia. tu eres muy bonita. creelo. —dijo con una sonrisa.

yo: si, si es así, e-entonces.. em... —chocaba mis dedos con leve sonrojo en las mejillas.

marco: ¿que pasa?

yo: entonces, s-si crees que soy una niña bonita como tu dices... ¡si dices la verdad casémonos cuando seamos grandes!

había gritado con las mejillas sonrojadas, pero con un rostro serio. marco me sorprendió pero una linda sonrisa se manifestó en su rostro también con un leve sonrojo.

marco: si, casémonos cuando seamos grandes.

yo: e-entonces es una promesa..

marco: si... una promesa....

concluimos aquella tarde con el juramento del meñique. pero, al día siguiente me entere que marco se había mudado. y no se despidió.

—0—

abrí mis parpados para ver aquel chico echo todo un adolescente. estaba sentado al otro lado de la mesa comiendo unos panqueques que hizo hace unos minutos atrás para desayunar. ¡no se como este tipo puede actuar tan natural!

actualmente estamos viviendo en el mismo techo desde hace dos días atrás. nuestros padres nos obligaron, literalmente, a mudarnos a un departamento que habían comprado para que viviéramos juntos. ¡ni siquiera estamos casados! no puedo creer que mis padres hayan tomado aquella promesa tan literal y tan seriamente.

eramos tan solo unos niños cuando eso paso por lo que esa promesa no es valida. miraba como el castaño comida y disfrutaba de su comida con un sonrisa despreocupada en su cara. hag, me irrita.

casados a la fuerza.   (starco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora