Capítulo 2

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"¡Eso es! Eso es, trataré de comprobar el canal de comunicación desde aquí. Janni, eres una genio."

"Lo sé." Ella contestó casualmente, observando con un suspiro y una sonrisa mientras yo me marchaba con el café hacia mi oficina.

Necesitaba concentrarme. Sin pensarlo me senté, cogí algo con lo que escribir y unas cuantas hojas de papel y me puse a pensar muy fuerte en lo que quería preguntar a los alienígenas. Decidme algo que sólo vosotros sepáis, y que nosotros podamos comprobar desde donde estamos. Necesito saber si realmente os estáis comunicando conmigo. Repetí este pensamiento una y otra vez en mi mente, intentando visualizar que se proyectaba a través de la atmósfera, hasta la nave extraterrestre. Había practicado este tipo de técnicas alguna vez en cursos de yoga y mindfulness, así que tenía confianza en que estaba tan concentrado como era posible y que lo lograría. Sin embargo... después de mandar el mensaje unas cuantas veces, no recibí ninguna señal. Quizá estas cosas llevaban su tiempo. Quizá tenía que... ¿dibujar lo que quería preguntar? Merecía la pena intentarlo. Acerqué el bolígrafo al papel, pero para mi sorpresa me encontré completamente bloqueado. Si me forzaba a dibujar sólo me salían líneas inconexas y garabatos horrorosos. He de admitir que estaba frustrado, como casi nunca antes había estado. Frustrado y agotado. Después de media hora de gruñir, romper papeles y dar vueltas a la habitación, opté por respirar hondo, sentarme de nuevo y obligarme a mí mismo a relajarme. Podía hacerlo, sabía que podía hacerlo. Con un poco más de concentración...

Una respiración. Dos. Tres, aún más lentas. Cerré los ojos, a fin de centrarme más en el mensaje que estaba enviando. Pero tan pronto como mis párpados se cerraron, mi cuerpo no pudo aguantar aquello más tiempo y aprovechó el momento para empujarme con todo el cansancio que llevaba acumulado. En lo que podría haber sido el momento más determinante y crucial en toda mi vida... me quedé dormido como una muñeca de trapo.

Tardaría unas tres horas en despertarme de nuevo, con la boca pastosa y un hilillo de babas resbalando por las comisuras de los labios como si fuera un bebé. Sorbí un poco por la nariz antes de abrir los ojos lentamente. El cuello me dolía horrores. Y al parecer no estaba solo, porque lo primero que vi ante mí fue el rostro de... ¿Jannike? ¿Por qué me estaba viendo dormir? Y... ¿Alex, Jean, Benson, Clem...? ¿Qué hacían todos mirándome? Se me aceleró el corazón de pronto por la vergüenza, por lo que traté de incorporarme en mi silla, limpiándome la cara apresuradamente. Tuve que soltar un gemido por el dolor de cuello, tras lo cual Benson se adelantó para hablar. Todos mis compañeros me observaban con expresión de sorpresa y confusión.

"¿F-Francis?" Allí cada uno me llamaba de la forma que le resultaba más fácil, de modo que ya no me importaba el nombre que me pusieran. "... ¿Estás bien?"

"S-Sí, claro, por supuesto que estoy bien..." Contesté algo confuso, levantándome de la silla con cuidado mientras me frotaba el cuello para calmar la molestia. Las caras del resto no cambiaron un ápice. Algunos se atrevieron a hablar en murmullos, aunque no completaban sus frases. "Bueno, es que..." "Estabas..." "No sabemos si..." "Era como si..."

La voz de Janni interrumpió los murmullos. Como siempre, ella era la más clara y directa. "Estabas hablando en sueños. Por eso nos preocupamos."

"O-Oh. Hablando en-... Ya veo." Dejé escapar una risa nerviosa, notando cómo empezaba a sonrojarme. Nunca me había ocurrido algo así, así que me resultaba bastante extraño estar en esa situación. Pero ¿todos mis compañeros allí reunidos? ¿Para escuchar lo que estaba diciendo? "Y... Bueno, ¿qué es lo que estaba-?"

"Creo que es mejor que tú lo escuches." Me interrumpió ella, reproduciendo lo que imaginé era una grabación de mis palabras oníricas.

Como suele ocurrir al escuchar una grabación de la voz propia, aborrecía cómo sonaba; sobre todo teniendo en cuenta que estaba dormido y arrastraba las palabras, murmurando y dejando algunas sin terminar. Algunas no tenían ningún sentido, pero visto en conjunto el mensaje era intrigante.

¡Paco, Viajero Espacial!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora