"La mente puede calcular, pero el corazón anhela. Y el corazón quiere lo que el corazón quiere."
—S. King.
Mayo de 2014,
Robert sostenía su móvil contra su oreja, dando vueltas por su departamento. Esperaba que a persona al otro lado de la línea contestara el teléfono mientras ensayaba mentalmente qué diría. No estaba seguro de cómo comenzar la conversación, ni mucho menos cómo terminarla.
—¿Hola? —dijeron al otro lado de la línea.
—¿Hunter Baumann?
—Sí, habla él. ¿Quién llama?
—Tu primo, Robert King.
Hubo un pequeño silencio entonces. Robert y Hunter no habían tenido casi ningún tipo de comunicación desde que hubo un pequeño altercado durante sus años de secundaria en Sídney que definitivamente no había resultado bien. Robert había comenzado a salir con la chica de la que Hunter estaba enamorado, resultando en una pelea en casa de los padres de Robert de la que jamás se olvidaría gracias a una cicatriz en su mentón.
—¿Cómo estás, Robert? —Hunter era un excelente hipócrita.
Robert vaciló.
—Bueno, me mudé a Melbourne hace poco.
—Genial. Deberíamos vernos en algún momento, a tomar algo.
Robert estaba plenamente consciente de que mentía, que lo decía por mera cordialidad condescendiente, pero poco le importó.
—La verdad es que deberíamos. Necesito hablar algo contigo.
—¿Ah, sí? —él bufó, incrédulo— ¿y sobre qué podría ser?
Robert sonrió, a pesar de que sabía que Hunter no podía verle, porque sabía que lo sorprendería con lo que estaba por decirle. Le haría sentirse descolocado, lo suficiente como para que su nivel de petulancia bajara unos cuantos grados.
—Katherine Miller.
A pesar de estar hablando por teléfono, Robert sintió como Hunter se detuvo en seco al escuchar ese nombre.
La mañana de ese lunes, Robert no se encontraba de muy buen humor. Llegó tarde a la escuela luego de haber tenido que llevar su auto a reparación por una falla en el motor, no pudo tomar su café o fumar su cigarrillo, y mucho menos comer. Cuando llegó, los estudiantes estaban en clases y afortunadamente nadie notó que estaba demorado, así que pudo pasar directamente a su oficina sin tener que dar explicaciones, evitando enfrentar a alguien y que notaran su humor de perros. Tuvo que hacer su mayor esfuerzo por que eso no afectara su primera entrevista con Gavin McLaurent, quien se había recuperado de su resfriado y parecía más que dispuesto a cooperar con Robert.
La cita con Isabelle venía justo después, como de costumbre, pero al ver el reloj, Robert notó que llevaba cinco minutos de retraso. Intentó no darle importancia, evitar que le irritara, pero no pudo evitarlo. Se encontró maldiciendo cada una de las cosas que le habían salido mal durante su mañana, la manera en que el universo parecía conspirar para que se sintiera de esta forma a pesar de todos sus intentos de mantenerse firme y optimista.
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Noelle
Mystery / ThrillerEn Victoria, Australia, un joven psicólogo toma el lugar de su difunta mentora, quien, en sus últimos días, se negó a dejar de tratar a Noelle Williams, una peculiar paciente que ha desaparecido sin dejar rastro.