2. Un comportamiento inesperado

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Después del incidente de ayer, (obviamente ya se me había pasado la furia) me sentía en el mood de surfear.

Tome mi tabla y me dirijí al mar. Las olas estaban perfectas, creando tubos perfectos. Estuve surfeando hasta eso del medio día.

Cuando salí del mar a tomar un receso, escuché una voz familiar.

-Amarila- gritó Krissa mientras corría.

Me dí vuelta y la saludé, me sentía feliz de verla otra vez, ni siquiera sé la razón solo lo estaba.

-¿Sigues molesta por lo de ayer?- preguntó curiosa.

-Para nada, lo único que sé es que tu hermano y sus amigos son bastante arrogantes-le dije.

-Tienes razón, pero esos son nuestros primos- explicó-Por cierto, tienes una tabla muy bonita¿Desde cuando surfeas?-

-Gracias, surfeo desde los 10 años - contesté timida.

Sentí mis mejillas sonrrojarse ya que no tengo muchos amigos y me sentía a gusto platicando con ella.

Lluego de charlar unas horas con Krissa aparecieron 2 idiotas de la ganga. Al parecer ella era la única descente entre ellos.

-Hola ¿que haces con esta...señorita?- preguntó uno de ellos que tenía el cabello negro como el carbón, los ojos marrones y de estatura promedio, dandome una mirada de repugnancia, mientras yo le observaba con una mirada seca y cortante.

-Se llama Amarila y deberian disculparse los 2 con ella- respondió -Amarila, el chico del cabello negro es mi primo, Alex y el del cabello marrón claro es su hermano, Isaac-

-¿Crees que nos disculparemos con esa actitud que trae?- preguntó Alex agitado.

-Hasta yo andaría con esa actitud, lo que hicieron fue burlarse de ella- dijo Krissa defensiva.

-Lo siento- dijo una voz que no provenía de ninguno de ellos 2.

-Louis no tienes que disculparte con esa tipa, no tienes que...- dijo Alex pero este lo interrumpió.

-Sí, sí tengo que hacerlo, estuvo mal lo que hice tan solo me reí, disculpa- se expresó ese tal Louis que supuse que era el hermano de Krissa.

Escuchar esas palabras de ese chico que creí arrogante hicieron que me estremesiera un poco. No esperé escuchar eso de él, pensé que era un contestón como su imbécil primo Alex, pero no fue así.

-E-esta bien, acepto tu disculpa- contesté sorprendida.

-¿Que esperan para disculparse con la señorita?- Preguntó Louis dirijiéndose a sus primos.

-Perdón- dijo Isaac cabiz bajo.

-¿Saben qué? yo mejor me voy, no fui yo quien lanzó la bola de arena- Dijo Alex mal humorado, se dió una vuelta y se marchó

-Siempre anda así rebelde y molesto con algo que él mismo no sabe- Dijo Krissa.

-Em... hola yo soy Louis- se presentó Louis extendiendo una mano para levantarme del suelo.-Tu debes ser Amarila- preguntó con una sonrisa.

Su sonrisa era perfecta, como la de un ángel. Sus primos eran bastante atractivos, pero Louis era el más lindo. Louis tenía esos ojos verde esmeralda que hacía un perfecto contraste con su lacio oscuro cabello.

-Así es- Respondí tímida.-¿Quieres dar una vuelta?-

-Claro- respondió soltando una risita simpática.

-Isaac y yo vamos a ver que ha pasado con Alex- dijo Krissa sonrrojada.

Ella era siempre así muy tímida. Era una chica de 14 años con el cabello lacio castaño claro, los ojos color caramelo, y unas cuantas pecas en sus rosadas mejillas. Me caía bastante bien.

-¿Que edad tienes?- pregunta Louis.

-16 y ¿tú?-

-Cumplí 17 el 7 de abril-

-Yo cumpliré los mios el 12 de julio- dije tímida.

La mirada de Louis cambió en un segundo. Fue raro ya que estaba risueño y alegre hace unos segundos y ahora estaba triste mirando al suelo.

-¿Qué te ocurre?- pregunté preocupada.

-Mi papá murió ese mismo día. Èl fue soldado y falleció en combate- Dijo desanimado.

-L-lo siento mucho de verdad-No sabía que decirle exactamente.

-Nah despreocupate- dijo divertido. Parecía que quería desahogar ese sentimiento ya que estabamos cerca de esa fecha.

-Tengo una cabaña de verano cerca de la playa- dije tratando de animar la situación.

-Suena bien- dijo sonriente -Me gustaría aprender a surfear-

-¿Estas diciendo en otras palabras que quieres que te enseñe?- pregunte curiosa.

-No, no por supuesto que no- respondió sarcásticamente.

-Veremos- le dije -Se está haciendo tarde y estamos muy lejos-

-Te acompañaré a tu cabaña- dijo gentilmente.

-De acuerdo- le dije con una sonrisa.

Caminamos de regreso a mi cabaña. Durante ese camino nos preguntamos todo tipo de tonterias, pero no las personales. Tenía miedo de que me preguntara algo personal.Luego te explicaré por que

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