Me dirijía al aeropuerto a darle una despedida a mi amor y a mi mejor amiga. Este verano parecía ordinario en su comienzo, pero dicen que la vida es una caja de sorpresas y me lo ha demostrado.
***
-¿Prefieres que regrese a casa y te busque luego?- preguntó mamá.
-Sí, sí te llamaré cualquier cosa- dije bajandome rápidamente del auto buscando a Louis con la mirada.
Ellos se habían adelantado (o quizas ni habían llegado) en el camino.
Me senté en uno de los sillones de esos gates más reconocidos por los encuentros y las despedidas que suelen ocurrir en este. Miré a todas partes y no veía rastro de ellos. Me entretuve con mi teléfono un buen rato hasta que recordé el proposito de mi presencia en ese aeropuerto.
Me entró el hambre y fui por un emparedado en la cafetería que estaba dentro del aeropuerto. Me senté y miré el emparedado con desagrado. Sentía que la desesperación me quitaba el apetito y que de repente me daban nauseas. Corrí al baño y vomité, así, de la nada. Después me convencí a mi misma de que era producto de los nervios.
***
Después de esperar esa hora y media (que me pareció más de medio año) unos brazos fuertes (que reconocía muy bien, de hecho) abrazaron mi cintura y unos labios rosados y muy jugosos besaron mi mejilla.
-¡Cariño!- abrazé a Louis fuertemente devolviéndole el beso.
-Cuánto llevas aquí- preguntó.
-Una hora y media más o menos- dije haciendo un gesto.
-Y... ¿no tienes hambre?- dijo Louis.
-Intenté comer un emparedado, pero los nervios hicieron que perdiera mi apetito- dije palpando mi vientre.
***
-El vuelo de el gate 16 está listo para abordar- anunciaron los altavoces de todo el lugar. Era el único avión que no quería que llegara.
Krissa y yo estabamos charlando y cuando escuchamos eso nuestras miradas se pasmaron y la conversación paró en seco.
-Ami...- dijo sollozando.
-It's ok- dije un poco llorosa.
Me despedí de su tía y sus primos y el último despido (como ha de ser) fue el de Louis. Me miró y me abrazó tan fuerte que casi sentía que mi cuerpo se unía con el suyo. Tomó mi rostro y me besó una y otra y otra vez hasta que retiré sus manos de mi rostro tratando de hacer esta despedida un poco menos dolorosa, pero este me pegó a su pecho. Podía oír su corazón y su respiración haciendo un tipo de harmonía.
-Louis- le dije despegandome de él con un tono de "suficiente".
-No, no shh has silencio- y me pegó más aún.
-Basta, perderás tu vuelo- dije y finalmente me soltó.
-No es algo que me importe- y me dio un beso fuerte.
-Te juro que jamás te voy a fallar- le dije llorando.
Todos habían abordado el avión y yo miraba através de el cristal. Lo vi marcharse lento, lentito, muy despacito hasta que se perdió en la inmensidad del cielo. Aún así me quedé allí, como que, esperando a que ese avión regresara. Cuando llegaron las personas que vigilaban y ponían orden allí me ordenaron que saliera y creo que del shock me desmayé.
***
Cuando desperté estaba en mi cuarto y tenía la luz de mi lamparita encendida. Me sentía muy débil como para ponerme de pie y pues me quedé contemplando el techo hasta que me quedé dormida.
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My Favorite Surfer
Cerita PendekEsta es la historia de amor de Sol Amarila Groen, una Hawaiiana de 16 años, con el sol impregnado en su cabello castaño claro, con ojos color miel y su piel bronceada suavemente por la caricia del sol. Ella no sabe el cambio que dará su vida este ve...