Un milagro había ocurrido, o mejor dicho tanto esfuerzo valió la pena.
Ambos habían entrado a la misma universidad.
Mei en la sección de derecho y Sicheng en tecnología.
El verano había pasado y el primer día de clases como universitarios se acercaba y no querían saber nada relacionado con eso. El solo haber tenido que mudarse al campus había sido todo un sacrificio, mejor no pensar por ahora en levantarse más temprano de lo habitual o ir a la biblioteca, todavía que daban días de vacaciones.
"Sicheng." Lo llamó una cansada Mei ya que habían estado todo el día ordenando su habitación. "¿Porque odias tanto los dulces, Candy Pop? Si mal no recuerdo tu eras el que los comía."
Sicheng es puso nervioso, después de tanto. ¿Porque preguntar ahora? ¿Se lo decía o no?
Se lo decía.
Se sentó a un lado de ella y suspiró.
"El día en que Donghyuck te rechazó, me llamaste llorando y fui a tu casa." Mei asintió recordando el día "No sabía como hacer que pararías de llorar y lo único que tenía era un dulce, te lo di y a partir de ese día no dejaste de comerlos."
"¿Eso que tiene que ver con que los odies?" Pregunto, realmente estaba confundida y Sicheng parecía cada vez estar más nervioso.
"Cada vez que comía un Candy Pop me venía a la cabeza ese momento y me enojaba, quería encontrar a Haechan y pegarle. No quería volverte a ver así jamás." Termino Sicheng de decir todo lo que se había contenido por años.
Estaba preocupado, Mei solo lo miraba, no decía nada solo estaba allí mirándolo.
"¿Mei?" La llamó y ella reaccionó, una gran sonrisa adornaba su cara; lo cual lo hacía más confuso para él.
"Gracias Winwin." Lo llamó ella por el el apodo que le había puesto cuando recién se habían conocido."Gracias por siempre estar conmigo." Y seguido de eso Mei se inclinó para al fin besar los labios de Sicheng.
