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Sicheng movía su brazo, tratando que Mei quitara su cabeza de este para poder ganar la partida del juego de guerra en su celular; no es que no quisiera a Mei cerca de él, al contrario, pero en este caso necesitaba ganar el juego ya que de recompensa le darían monedas suficientes para comprar un nuevo traje a su personaje.

"¡Sicheng!" Lo llamó la joven pero el estaba tan concentrado en el juego que ni lo notó.

Mei estaba furiosa, era el primer día que lo veía después de las vacaciones de año nuevo, realmente lo había extrañando.
Abrió su bolso sacando su paquete de dulces favoritos, Candy Pop, les saco la envoltura para meterlos en su boca y sentir, lo que para ella era una delicia de sabores; pero no para Sicheng, quien ahora la miraba con repudio ante el acto de la menor.

"¿Quieres?" Pregunto extendiendo el paquete al chico, el cual con tan solo sentir el olor de los dulces se había sentido mal.

"Sabes que no me gustan. ¿Algún día vas a dejar de comerlos? Se te van a caer los dientes de tantos dulces." Dijo Sicheng mientras se paraba el árbol donde estaba recostado para dirigirse a clases, Mei rápidamente lo siguió, odiaba que caminara tan rápido, un paso de el eran tres de ella.
Sicheng no pudo evitar sonreír, siempre le parecía tierno cundo Mei trataba de alcanzarlo, y con tal de ver esa escena a veces caminaba más  rápido de lo común.

Pensándolo bien, no le importaba no haber ganado la partida, después jugaría otra para ganar las monedas, ahora tenía una dos partidas importantes que jugar, una era ganar el corazón de la pequeña de ojos grandes que corría hacia el y la otra era sacar los odiosos dulces de la vida de ella.

CANDY POP ; WINWIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora