Los ojos de Mei no podían creer quien estaba en frente de su puerta a las 2:30 de la mañana.Se quedó callada esperando que él diga algo, no quería decir o hacer algo que lo haga huir como la última vez.
Aunque solo hubieran pasado unas cuantas semanas, en ese tiempo se dio cuenta de cuanto lo necesitaba y lo extrañaba.
"Perdón por la hora, no sabía si venir ahora o mañana pero tal vez mañana saldrías con Kun entonces decidí venir ahora. Bueno en realidad Lucas me obligó." Dijo rápido y torpemente Sicheng.
Un gran alivio paso por el cuerpo de la chica, al parecer todo había vuelto a la normalidad, aunque había algo raro en él; se hizo a un lado dejando entrar a su pequeño apartamento y justo cuando paso por su lado pudo deducir que era lo que estaba mal.
Sicheng rápidamente paso a la cocina en busca de un encendedor, había escondido la caja detrás de su espalda para que Mei no se diera cuenta del pastel y por suerte todo parecía ir bien. Una vez todo listo camino con el pastel en mano hasta donde se encontraba Mei, está se sorprendió, pensó que Sicheng se encontraba en el baño ya que el olor a alcohol era muy notorio, no sabía como seguía consciente.
" Feliz cumpleaños querida Mei, feliz cumpleaños a ti." Termino de cantar.
Los grandes ojos se habían llenando de lágrimas, por más de que hubiera pasado varios cumpleaños con él, se había resignado a que eso tal vez no volviera a pasar, rápidamente pidió sus deseos y se acercó a apagar las velas pero Sicheng alejó el pastel de ella.
"Antes de que hagas eso, necesito decir algo." Murmuro nervioso. "Me...realmente me gustas Mei, desde hace mucho tiempo y realmente me arrepiento de haber huido aquel día pero no sabía que hacer ." Confesó.
"Te besaría pero realmente apestas a alcohol." Dijo Mei mientras reía.
"No lo hubiera podido decir nunca si estaba sobrio. Ahora si, sopla." Dijo acercándole el pastel pero ella negó. "¿No quieres que se cumplan tus deseos?"
"Mis deseos se acaban de cumplir. "