Capítulo 55 - El Santuario.

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En otra parte Adam llega al lugar en donde está la cabra enterrada bajo un montón de nieve. Mira a su alrededor asegurándose de que no hay nadie que pueda verle, todo a su alrededor está completamente desierto y espera que sea así el resto del tiempo que le lleve esa tarea desagradable, que no le queda otro remedio que hacer, de lo contrario no haría una cosa así, pero es que no piensa quedarse de brazos cruzados sin hacer nada y corriendo el riesgo de que comiencen a haber graves problemas que no solo van a perjudicar a Zeeb, sino a Lilith y a él también.

Junto al bulto de nieve comienza a cavar en ese frío suelo blanco. Al principio todas las paladas que saca son de nieve, pues hay bastantes centímetros almacenados en el suelo de nevadas anteriores que aun no se han secado, ni se secarán en todo el invierno, donde la mayor parte de los días estará nevando. El suelo verde del bosque aun no se va a ver hasta dentro de unos cuantos meses, cuando comience un tiempo más cálido y la nieve comience a desaparecer dejando ver todo con un color más vivo y animado.

Después de un rato cavando y echando la nieve a un lado, al fin llega a excavar en el suelo profundamente tirando a un lado, sobre la nieve la húmeda tierra. Cava y cava sin parar, sacando montones de tierra mientras va haciendo un hoyo cada vez más profundo y grande. De vez en cuando pasea su mirada alrededor comprobando que todo sigue completamente desierto, que en esos momentos él es la única persona. Eso de cavar sin detenerse ni un solo segundo le está resultando bastante cansino y a pesar del frío que hace comienza a sudar, gotas de sudor bajan por su frente mojando su flequillo.

Tiempo después logra cavar un hoyo lo suficientemente profundo, de más o menos un metro de profundidad. A un lado hay un gran montón de tierra que ha sacado con su pala con mucho esfuerzo. De su flequillo empapado cae alguna que otra gota de sudor, pero ya queda lo que menos trabajo necesita y sale del hoyo. Vuelve a echar una mirada a su alrededor por enésima vez, el bosque a su alrededor sigue solitario, pero eso no le tranquiliza del todo, sigue igual de tenso que cuando empezó a excavar esa gran fosa para que la cabra no sea descubierta y acabe pudriéndose bajo tierra.

A continuación con la ayuda de su pala comienza a quitar la nieve de encima del cuerpo muerto del animal hasta que unos minutos después vuelve a estar al descubierto. Es verdad que ahora le toca la parte que menos esfuerzo le va a costar, pero es la parte más desagradable. Vuelve a mirar a su alrededor desconfiado, todo sigue completamente vacío de gente. Baja la mirada al cadáver comprendiendo que lo mejor es acabar cuanto antes.

Se coloca justo detrás de él y con la ayuda de su pala y de uno de sus pies empuja el cuerpo hacia el hoyo hasta dejarlo caer en su interior. El peso del cuerpo al chocar contra el suelo hace un extraño ruido al chocar contra la tierra y queda con una postura un tanto extraña y antinatural. Es entonces cuando, con la ayuda de su pala, hace caer los restos que han quedado al interior de ese agujero, tripas ensangrentadas e incluso una pata medio roída. Morir siendo devorado vivo debe de ser una de las muertes más desagradables que existan.

Ahora, lo primero que hace es dedicarse a tirar al pozo que hizo la nieve ensangrentada que dejó el cuerpo, no debe dejar ningún tipo de prueba que haga sospechar a los demás. En cuanto acaba, va cogiendo con la pala toda la tierra que quitó para hacer el agujero y lo va echando a su interior dejando poco a poco el cuerpo sepultado y llenando ese hoyo.

Tras un rato rellenando el agujero, por fin acaba y con la ayuda de su pala esparce nieve sobre la tierra para disimular, de manera que ahora es imposible sospechar nada, el suelo permanece irregular y cubierto de nieve, al igual que el resto del bosque. Es imposible que alguien descubra lo que hay bajo ese suelo a no ser que se ponga a cavar, cosa que nadie hará, o al menos eso espera.

Entonces camina alejándose de allí en dirección a casa, de forma lenta para descansar un poco de tanto excavar. Está seguro de que al día siguiente tendrá los brazos doloridos, por suerte, mañana, en el instituto no tiene clase de Educación Física. Tiene ganas de llegar a casa, pues está hambriento, siente sus tripas crujir en su estómago, espera que su hermana haya tenido la consideración de hacerle la comida, aunque no se hace muchas ilusiones.

Saga Secretos Ocultos (Pausada Temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora