Maldición Eterna - Capítulo 13

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Desde el divorcio de sus padres Selene no quiso volver a ver a su padre y mucho menos a hablar con él por romper de esa manera la familia. No solo había traicionado a su madre engañándola con otra mujer, sino a ella también, lo había arruinado todo. Selene por primera vez comenzó a odiar a alguien, lo que ella nunca se imaginó es que la primera vez que odiara a una persona sería a su propio padre, a Markel, pero es que nunca se imaginó que fuera a hacerles una cosa así.

Markel llamaba a Selene al móvil y le mandaba mensajes por el Whatsapp, pero ella nunca le contestaba, lo ignoraba totalmente, de manera que él no sabía nada de su hija y por eso lo estaba pasando muy mal, porque su propia hija no le quería hablar y mucho menos verle delante. Con esa situación incluso se llegó a haber arrepentido de haber engañado a Elena con otra mujer, se llegó a arrepentir tanto que la acabó dejando, pero en ningún momento trató de volver con su ex mujer, pues él mismo veía lo que había hecho como algo imperdonable.

La única manera que él tenía de ver a Selene era yendo a lugares de la pequeña ciudad que ella frecuentaba y también esperando en el portal de su casa a que saliera para intentar hablar con ella, pero Selene se negaba, nunca le dejaba, no quería escucharlo y la mayoría de las veces acababa ignorándolo. Otras veces él la seguía ella en un intento de tener la oportunidad de hablarle, pero Selene acababa escondiéndose en cualquier lugar o huyendo acababa haciendo que Markel le perdiera la pista.

Al no poder hablar con su hija lo que hacía era preguntarle sobre ella a personas cercanas a Selene, amigos y de vez en cuando también a su novio, Yeray, a pesar de que nunca le había caído bien ese chico y estaba en contra de su relación, pero sobre todo con quién más hablaba era con Idaira, que lo comprendía e incluso le daba pena de él y le hablaba de Selene. Todo eso era lo que le quedaba a Markel, oír hablar de su hija, puesto que ella no quería ni verle ni hablarle. Idaira había hablado con Selene, pues a ella no le parecía bien que le hiciera eso a su padre, pero Selene no le hacía caso y todo seguía igual.

Su madre, Elena, al darse cuenta de todo intentó hablar con su hija, ya que después de todo Markel era su padre y la quería, comprendía que quisiera ver y hablar con Selene. Elena quería que su hija siguiera manteniendo el contacto con él, era lo mejor, pero Selene tenía las ideas fijas y nadie era capaz de hacerla cambiar por más que se le insistiera, seguía empeñada en no querer saber nada con su padre. Sin duda cuando Selene se empeña puede llegar a ser la persona más terca del mundo.

Así fueron pasando los meses, Markel vivía sufriendo por su hija y Selene vivía agobiada tratando de evitarlo todo el tiempo, prácticamente andaba escondida por la pequeña ciudad, en donde no tenía muchos lugares en donde esconderse, Se sentía acosada por su propio padre y le era imposible tener un día tranquilo sin tener miedo a poder encontrárselo o más bien a que él la encontrara a ella.

Días antes de volver Elena de Islandia Selene salía a las dos y media del instituto junto a Idaira, su mejor amiga. Ella era solo unos centímetros más alta que Selene. Tenía el pelo negro, aunque al sol parecía de color marrón, largo y liso hasta media espalda, con un flequillo recto cubriendo su frente. Siempre vestía extrañas ropas negras, al igual que en esos momentos, era gótica, había empezado el pasado año a serlo porque le gustaba mucho el color negro, las ropas, la música y tenía una ideológica que concordaba con esa subcultura urbana. Siempre se delineaba los ojos en negro y se ponía la sombra más oscura que podía resaltando sus ojos, mientras que para el resto de la cara se la maquillaba del maquillaje más claro existente. A su lado Selene parecía morena y eso que era muy pálida de piel. También se ponía extraños complementos como pulseras y collares con pinchos o tachuelas.

Las dos iban por el pasillo hacia la salida del instituto entre el montón de adolescentes de otras clases. El timbre acababa de sonar y muchos salían rápido, era Viernes, el primer Viernes del comienzo del curso hacía unos días, la mayoría llevaba esperando ese día desde que había comenzado el Lunes, el primer día de clase. Otros como Selene e Idaira iban hablando tranquilamente, pero en general por el pasillo se mezclaban un montón de voces en una a modo de un molesto jaleo para los oídos.

Saga Secretos Ocultos (Pausada Temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora