Sin necesidad de flechas. Parte 2

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Seis.

-¿Qué? ¿Acaso soy el ogro de la historia? Vamos, dime porque la verdad no lo logro comprender.

No me atreví a contestarle, admito que me acobarde ante la oscura mirada de Eros. Pasó su mano por el barandal de madera del balcón, mientras se acercaba a mí.

-¿Qué he hecho para que no confíes en mí?-preguntó

-Tú-susurré con un hilo de voz- me ordenaste que no me acercara a los magos...

-Si, pero me desobedeciste.

-Si...

-¿Por qué?

-Al principio fue por la "sensación", luego me dio pena el niño...es que estaba tan solo y Ginny parecía la más apropiada para él. Pero después Perséfone me hizo hablar con Lily y... ¡Oh Eros no sabes la pena que me dio ver a esa mujer! Sufre horrores viendo a su hijo...-no continúe, el llanto me había tomado la voz.

Eros me miró sorprendido, y de inmediato lo comprendí. El dios de los enamorados me conocía en muchos estados; enfadada, decepcionada, frustrada, bromista, feliz... Pero jamás de los jamases me había visto llorar, porque yo misma me había prohibido derrumbarme frente a él.

-Si era tan importante para ti ¿Por qué no me lo dijiste?

-Creí que te enojarias... tenía miedo-murmuré al tiempo que trataba de secar mis lágrimas.

-Pero no te importó decírselo a Fobos ¿no?-apuntó con enojo haciendo oídos sordos a lo que acababa de decir.

De pronto un "clic" se hizo en mi cabeza.

-Entonces es verdad.... No te importa que me acercara a los mago, lo que te molesta es que Fobos lo supiera, que pusiera toda mi confianza sobre él... ¿Crees que le tengo más cariño a él que a ti?

Eros no contestó, miró al espléndido paisaje que le proporcionaba el gran balcón de su palacio, mientras se aferraba con fuerza a la baranda de este.

-Jamás quise que fueras mi aprendiz- confesó y eso me rompió el corazón en mil pedazos- Jamás, pero Atenea me convenció de que te necesitaba... por que antes no tenía razón de existir, estaba deprimido y más amargado de lo que ya soy-soltó una media sonrisa- Atenea dijo que tu lograrías hacerme más feliz, que tu compañía me haría bien. Al principio debo admitir que creí que no funcionaria. Tú eras buena aprendiz y todo, pero yo no me sentía mejor... pero cuando Fobos comenzó a buscarte y cuando te ataque... Me di cuenta que para mí, tú no eres una simple aprendiz, Evangelina.

-Para-suplique, sabia a donde iba a parar todo esto y no me agradaba para nada la idea.

-¿Es que no lo entiendes?

-Si, pero tú debes entenderme a mi Eros, te amo, pero no de la forma que quieres-exclamé -Siempre me cuidaste, me aconsejaste, eres mi guía en todo esto. Eros, eres lo más parecido a un padre que he conocido en mi vida, mejor dicho, has sido mejor padre para mí que el mío propio fue...

Jamás me había puesto a pensar en Eros de esa forma, pero sabía que era así cómo lo amaba cuando las palabras brotaron de mi boca. Aquel dios había ocupado un puesto que toda mi vida había tenido desocupado... jamás había tenido un padre digno de llamarlo así.

-¿Un padre?...-me miró sorprendido-Creo que si me hubieras dicho que me querías como a un amigo hubiera sido aceptable... ¿Pero un padre? ¿Yo? ¿Justamente yo?

Sonreí tímidamente mientras el dios se revolvía el cabello con una mano.

-¿Te decepciona?-pregunté tristemente.

La aprendiz de Eros [Harry&Ginny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora