Justin miró su reloj una vez más y se cruzó de brazos. Llevaba una hora sentado en su auto, esperando que salga. Mordió su labio impaciente, sin quitar la mirada de la casa de dos pisos. El celeste del cielo había desaparecido y estaba pintado de negro, lo que indicaba que era tarde. De pronto, la puerta se abrió y la morena salió hablando por teléfono. Llevaba un vestido ajustado al cuerpo de color negro, una chaqueta encima y unos tacones. Su cabello negro caía por su espalda y lo llevaba planchado.
El rubio se bajó del auto y caminó detrás de ella en silencio con sus manos en los bolsillos. Hacía frío, así que decidió prenderse más arriba la campera de cuero. No había nadie en las calles, solo aquellos dos individuos. Ella seguía hablando por teléfono y cada tanto, reía, sin darse cuenta de que era perseguida. Colgó el teléfono y lo guardó en su bolso, luego dobló en la esquina y él tiró de ella.
El corazón de __________ latió rápidamente, se había asustado. Pensando que era un ladrón, hizo lo primero que se le ocurrió; le pegó con su bolso. Pero con eso no logró que la soltara. Iba a gritar, pero cuando levantó la cabeza, se encontró con esos ojos mieles. Confundida, lamió sus labios.
—¿Qué coño te pasa? Casi me matas de un susto. —Se quejó. Tironeó de su brazo para librarse, pero Justin no la soltaba.
—Eres una maldita loca. —Escupió entre dientes.
—Suéltame, imbécil. —Espetó al sentir que la apretaba más fuerte. No entendía nada, llegaba de la nada en medio de la noche y la trataba de loca.
—No creas que no me enteré de lo que le hiciste a Tamara.
—La perra se lo merecía. —Dijo al comprender por qué estaba ahí.
—La única perra eres tú—murmuró con rabia—Aléjate de Tamara, desde ahora no le harás nada más.
—¿Y crees que te haré caso? —Carcajeó.
—Lo harás si sabes lo que te conviene.
—Uy, qué miedo tengo. —Se burló y luego rió. Justin tensó la mandíbula.
—Agradece que no te denunciaremos con la policía, pero si le vuelves a hacer algo, la próxima vez no tendremos compasión.
Ahora sí que no le quedaba más que hacerle caso a Justin. No quería tener problemas con la policía, quizá hasta la meterían a la cárcel.
De un fuerte tirón, se libró de su agarre.
—Te arrepentirás, Bieber.
—De lo único que me arrepiento es de haberte conocido.
Aunque sus palabras eran fuertes y crudas, todavía se sentía atraído hacia ella. No podía evitarlo, quería quitar todos esos sentimientos y reemplazarlos con Tamara. Ella sí era una chica que valía la pena. La chica que él necesitaba, que algún día quería tener como novia y enamorarse. Era educada, gentil, sincera, linda ¿Qué más quería?
__________ se volteó enojada y siguió su camino, mientras que Justin volvió hacia su auto. Como odiaba que le ganaran. Ella siempre quería ganar en todo, pero tal vez esta vez sería diferente. Pero no por la amenaza de Justin se detendría. Sabía que aunque la quería alejar de su vida, la seguía deseando, y usaría eso en su contra.
Odiaba ser reemplazada. Odiaba que no le hiciera caso. Y quería tenerlo de nuevo a sus pies.
Desde el día en que Justin se enteró de que Matt se había acostado con __________, no se habían vuelto a hablar. Él era uno de sus mejores amigos, y lo traicionó. Nunca más le dirigió una palabra, y cada vez que lo veía, lo fulminaba con la mirada. Jamás le perdonaría.
Al otro día, después de la escuela, __________ salió a almorzar con Megan y Karime. Cuando la camarera llegó a su mesa, una muy grande sorpresa se llevaron. Pero era algo de lo que disfrutarían.
—¿Qué desean pedir? —Le preguntó lo más cortésmente.
—Quiero una ensalada y jugo de naranja. —le ordenó ________ y la rubia anotó en su libreta nerviosamente—Ah, y ten cuidado de no llenármela de gérmenes cuando me lo traigas.
Las tres amigas rieron.
—¿Y ustedes? —Se dirigió hacia las otras dos, ignorando a la morena.
—Hey, no he terminado contigo.
—_________, por favor…
—Por favor nada—la interrumpe—eres una camarera de cuarta, vaya sorpresa me he llevado al encontrarte aquí. Es lo menos que puede conseguir una fracasada como tú.
Lágrimas pincharon en los ojos de Tamara, pero no dejó que salieran. Trabajaba allí desde hacía meses, y ahora debía soportar las burlas e insultos de la morena. No podía hacer nada, ella era la empleada y __________ el cliente. Tenía que aguantárselo todo.
—Anota rápido, quiero fideos sin salsa. —Le dice Megan, y luego toma el pedido de Karime.
—Tenemos hambre, será mejor que te apures. —Espetó la morena y la rubia salió corriendo de allí. Veinte minutos después, apareció con la comida—Ah, como les contaba, no saben lo bien que lo hace Justin.
—¿En serio? Queremos detalles. —Le siguió el juego Megan. Lo hacían a propósito porque estaba Tamara allí, sirviéndole los platos.
—Es un jodido Dios, no deja de decirme lo preciosa que soy cada vez que lo hacemos, que soy única y la única mujer de su vida—les contó y esbozó una sonrisa. Le echó un vistazo a la rubia y notó que estaba incómoda—quedamos en volver a vernos pronto. Sabía que caería a mis pies nuevamente.
Terminó de servirle la comida, y se largó de allí. Entró a la cocina y dejó salir las lágrimas que estuvo conteniendo todo ese tiempo. ¡Como la odiaba! No dejaba de humillarla, y esta vez le había dolido tanto lo que había dicho. No podía creer que podía existir una persona con tanta maldad, y sobretodo, que Justin se hubiera fijado en ella.
Y se quedó con la duda de si lo que había dicho ___________ era verdad. ¿Justin le decía todas esas cosas? Sintió como si una daga le atravesaba el corazón.
Secó sus lágrimas e intentó parecer normal antes de salir afuera. Atendió unos clientes más, y luego volvió a la mesa de __________, que ya habían terminado de comer.
—¿Puedo retirarles los platos? —Preguntó con miedo.
—Sí, llévatelos—dijo sin hacerle mucho caso—oh ¿estuviste llorando, Tammy? —Se burló para luego soltar una carcajada—Te ves patética, pierdes el tiempo llorando por Justin. Él es mío.
—Justin no es de nadie, y menos tuyo.
—Dime, ¿cuántas veces te ha dicho que eres la chica más hermosa que ha conocido alguna vez? —Enarcó una ceja y sonrió al ver que no respondía—¿Te dijo que te deseaba tantas veces como a mí me lo había dicho? ¿Qué cada vez que estaba cerca tuyo no aguantaba no besarte?
Todo eso y más le había dicho Justin a __________. Tamara volvía a sentir las lágrimas en sus ojos, que salieron sin que se diera cuenta, y su corazón estrujarse. Cada palabra que salía de esa boca, le dolía demasiado.
La morena se paró de su asiento y se detuvo frente a ella, cara a cara, con su mirada desafiante. Con los tacones que llevaba, ambas estaban a la misma altura.
—Piérdete, Parker. Justin está contigo sólo para olvidarme, y no lo logra. —La empujó con su hombro al pasar y salió del restaurante, satisfecha.