—Esto va a ser gracioso. —Le dijo Jace a Michael, sonriendo.
—¿Por qué lo dices?
—¿Qué no ves? Todos están aquí.
—¿Todos? —Preguntó confundido.
—Sí, _______, sus amigas…
—¿Y eso qué tiene?
—Ellas están peleada con Karime, según lo que escuché. Y Justin también está aquí, de seguro se pelearán y su novia también está aquí.
—Uhh, esto se va a poner bueno. —Rió.
—Y no he terminado. Matt también está, y dicen que él estaba jodidamente enamorado de Windstone, pero ya sabes cómo es ella. Jugó con él, entonces se enojó tanto que dicen que fue al prostíbulo donde se encontraba y pagaba cada noche por ella.
—¿En serio? No tenía idea de eso.
—Bueno, no sé cómo no te enteraste. Los chismes aquí nunca se detienen, y creo que no somos los únicos que quieren ver cómo terminará esto.
¿Quién dijo que _______ no podía seducir hombres con el brazo quebrado? Aún así ella era irresistible. Hacía unos veinte minutos que había llegado, junto con Megan, y ya tenían varios chicos babeando por ellas.
La morena acariciaba el cuello de un chico guapo y lo seducía, sonriendo, aleteando sus pestañas y fingiendo que le interesaba escuchar aquella aburrida historia sobre cómo llegó allí, cuando reconoció una cabellera rubia. Frunció el ceño, miró a través del hombre de ojos celestes que tenía en frente, y confirmó que no se había confundido. Había venido.
Ignoró su presencia cuando se besó con el chico, pero varios minutos después, pasó por su lado e intercambió una mirada con ella. _________ volteó su rostro como si no hubiera visto nada y le prestó atención al chico.
—Disculpa, voy por una cerveza. —Le dijo dedicándole una encantadora sonrisa.
—¿Te acompaño?
—No, no hace falta. Vengo rápido.
Se alejó del chico de ojos celestes y buscó a Megan. Cuando la encontró cerca de dos tipos, tiró de su brazo y la alejó. Quejándose, ella frunció el ceño.
—¿Qué sucede?
—¿Tienes una cerveza? —rodó los ojos—Sé que tienes.
—¿Por qué no le dices a ese chico que te compre?
—Vamos, Megan, no seas mala con tu amiga.
Suspirando, le alcanzó una botella.
—¿Viste a Karime? Está aquí.
—Sí, la vi—contesto de mala gana—¿Hablaste con ella?
—No, me vio y desvié la mirada. Tampoco hizo nada para hablarme.
—Déjala, es una idiota. ¿No vez que no quiere juntarse más con nosotras?
—Mírala, con el imbécil de Marco. —Dijo observándola mientras reía con él.
—Como sea, nos vemos luego.
Buscó al chico rubio de ojos claros que se encontraba con ella, pero no lo vio por ningún lado. Bebiendo de la botella, lo pudo ver más lejos junto a otra chica. La sangre hirvió en ella, estaba enfadada. ¿Cómo pudo dejarla? Se preguntaba. Estaba tan indignada, que se acercó a ellos.