La rubia se despertó debido al despertador que sonó y, seguidamente se levantó. Se dirigió al baño y luego de realizar sus necesidades y lavarse la cara y dientes, reemplazó el pijama por ropa normal. Vestía una sudadera blanca, jeans y zapatillas. Sencilla.
Bajó las escaleras encontrándose con su padre desayunando. Él siempre se levantaba a la misma hora que ella para ir al trabajo y de paso dejarla en la escuela. Y sí, todavía la llevaba y la iba a buscar de vez en cuando. Ya había pasado mucho tiempo desde lo de Justin, pero aun así no confiaba plenamente en su hija. El señor Parker creía que Tamara no estaba con él, que su hija le hacía caso. Ella había tenido mucha suerte de que no la haya descubierto todavía, aunque no sabía si iba a seguir con esa relación.
Todo se estaba desmoronando poco a poco, y ella era una persona débil. No sabía si seguiría estando dispuesta a todo o si lo soportaría.
—Buenos días, padre. —Lo saludó con un beso en la mejilla y se sentó frente a él en la mesa para tomar un café.
—Buenos días—le respondió—¿Cómo van los estudios para el examen de la universidad?
—Bien. —Respondió dudosa.
Su padre la había estado presionando hace un mes con ese examen. Estaba calificando para una de las mejores universidades, si no aprobaba, no entraba. Y si no entraba, estaba muerta.
—¿Bien? —apartó su mirada del periódico que estaba leyendo y la miró fijamente—Tamara Parker espero que no me vengas con ninguna sorpresa. Debes sacarte una alta calificación en ese examen, no aceptaré que me decepciones.
—Sí, papá…
—Te lo digo en serio—dijo con tono amenazante—no te gustarán las consecuencias si me entero que desaprobaste ese examen y no entras a esa universidad.
Asintiendo, la rubia terminó su desayuno para luego ir a la escuela.
Mientras tanto, Justin recién se despertaba debido a un mensaje de Jace. Gruñendo, se levantó de la cama con pereza, dirigiéndose al baño. Era tarde, pero no le importaba. No le servía de nada apurarse, de todos modos llegaría tarde a clases.
Luego de prepararse, se subió a su moto y condujo a una alta velocidad hasta el instituto. Su cabello había quedado revuelto por el viento, y eso volvía loca a cualquier chica.
Entró a su salón correspondiente, interrumpiendo la clase y llamando la atención de todos los individuos que se encontraban allí.
—Lo siento. —Dijo al notar la mirada del profesor Charles sobre él. Negó con la cabeza y siguió hablando mientras el rubio tomaba asiento.
Cuando Tamara lo había visto entrar se le paró el corazón. Se veía totalmente guapo, pero no quiso mirarlo por mucho tiempo o notaría su mirada. Aún estaba enojada con él, y no lo perdonaría fácilmente.
Al terminar la clase, todos salieron afuera. Justin no había notado la presencia de Tamara aún, por lo tanto salió sin esperarla. Pero antes de que pudiera irse muy lejos, alguien lo tomó del brazo, deteniéndolo.
—Hey.
Se dio la vuelta y se encontró con una chica bellísima frente a él. La había visto muchas veces, pero jamás le había hablado.
—Justin ¿verdad?
—Sí. —Respondió sorprendido y algo confuso.
—Me llamo Amber, no sé si me conoces…
Amber era alta, flaca con buenas curvas y un precioso rostro; tenía unos grandes ojos celestes, nariz respingada y cabello castaño. Incluso se podría decir que era más linda y atractiva que ___________.