Entró al night-club y rápidamente pudo analizar a las chicas semidesnudas corretear por todos lados. Al momento de observar el lugar, quiso salir corriendo de allí, pero no podía. El lugar estaba lleno de hombres, que se comían con la mirada a todas las mujeres.
_____________ preguntó por el dueño del lugar, y luego habló con él. Una vez que estuvieron de acuerdo, le hizo cambiarse el jean y la camiseta que le había prestado Nicky, por un corset negro, un minúsculo short apretado, y unos tacones altos.
Típica ropa de puta.
Le asignaron un hombre, y luego fueron llevados a una habitación. Tuvo tanta mala suerte en su primera vez, que le tocó a un tipo de unos cuarenta años. En el momento que desprendió su pantalón, le dio asco.
Pero no le quedaba otra cosa por hacer. Si quería dinero y rápido, debía hacerlo. Además, le dejaban quedarse a dormir en ese lugar.
¿Quién lo diría? La magnífica, guapa, manipuladora, grandiosa y diosa del sexo, terminó siendo una prostituta.
Se sentía tan avergonzada de ella misma.
Definitivamente ya no volvería a la escuela. A la mierda sus estudios, se dijo. Ya no podía volver, y de seguro no hubiera servido nada, porque hubiera repetido de año.
Estaba sola en este mundo. Hasta su madre la había dejado.
Mientras que _________ sufría, estos días Justin se la había pasado con Tamara. Habían estado tranquilos, sin peleas, sin preocupaciones, sin la morena que los moleste. A los dos les sorprendió y les extrañó que ella no hubiera ido más a la escuela, pero por un lado, Justin se preocupaba. Quería saber dónde estaba, qué había sucedido con ella, y que los rumores que corrían por la escuela sean falsos.
Se decía que estaba trabajando de prostituta.
Uno de los chicos de la escuela, dijo que la había visto en un night-club, y desde entonces había corrido el rumor.
En uno de esos días de trabajo, _________ tuvo un cliente inesperado. Sentía tanta rabia por dentro.
¿Cómo la había encontrado? Se preguntaba. Y ahora no le quedaba nada más que cumplir con lo suyo, o la podrían echar. No podía permitir eso, era un horrendo empleo, pero ganaba bien, tenía donde pasar las noches, y podía comprarse comida.
Pensaba alquilar algún departamento cuando tuviera el dinero necesario. También había ido a su casa para ver si su madre había vuelto, pero no. Y había comenzado a fumar demasiado. Nunca antes había necesitado de los cigarros tanto como ahora. Estos lugares te cambiaban demasiado, además, allí fumaban mucho, y por eso se le hizo tan adicto el olor a humo.
—¿Por qué viniste? —Escupió.
—¿Tú qué crees? —Sonrió de lado—vine a pasar un buen rato.
—Maldito hijo de puta.
—Eh, cuida tu boca o le diré a tu jefe que no estás cumpliendo con tu trabajo.